Una vez recibida la primera boleta del año de la tasa de Alumbrado, Barrido y Limpieza con los aumentos anunciados por la comuna, muchos vecinos de la ciudad -o al menos aquellos que no estaban de vacaciones- descubrieron que en numerosos casos no se trataba de incrementos de entre el 50 y 70 por ciento sino que los había de 300, 500 y hasta 1100 por ciento.
Superada la sorpresa, los bahienses se amontonaron en las oficinas de Catastro donde fueron “pésimamente atendidos” y a lo sumo pudieron irse con un papelito con una formulita escrita a mano que justificaba el monto de la tasa.
En ese mismo lugar, decidieron canalizar la bronca autoconvocándose en asamblea para plantear sus quejas a la Municipalidad en forma conjunta. Asimismo, se pusieron en contacto con los únicos dos concejales que votaron en contra de los aumentos: Norberto Martínez (IC) y Andrés de Leo (ARB).
“La primera asamblea la hicimos el miércoles 30, más o menos unos sesenta vecinos, y decidimos que el lugar para ir todos juntos era el Concejo Deliberante. Fuimos el jueves a la mañana y cuando llegamos, antes de empezar el debate, la prensa nos informó que el intendente a esta altura había dicho que éramos sesenta, que veníamos de parte de Martínez, fogoneados por él… y ya eso sinceramente nos indignó mucho”, dijo a EcoDias Rosa Domínguez.
Tras ese arranque, cuatro voceros de la asamblea explicaron la situación a los ediles destacando que los presentes estaban al día con sus pagos, que estaban de acuerdo en un aumento “racional” de la tasa y no como el actual donde además de alcanzar valores altísimos en algunos casos, en otros existen injusticias “entre barrios o entre vecinos de un mismo barrio”.
También cuestionaron que “si la tasa responde a una retribución por el costo divisible de un servicio o varios, se toma como base imponible para su determinación una valuación fiscal que aplica la provincia para percibir impuesto de rentas, cuando ello debiera ser utilizado al sólo efecto de establecer un criterio de equidad entre contribuyentes”.
Finalmente, exigieron: la postergación del cobro hasta que no exista una solución -computando como crédito a favor del contribuyente los pagos efectuados-, la modificación de la ordenanza Fiscal en lo referente al ABL y que en el futuro se ponga a disposición del vecino la información de las cuentas públicas, sobre todo, cuando se discuta un aumento de tasas.
En tanto, los concejales justificaron la aprobación del incremento aduciendo -según Esteban Agudiak- “que el secretario de Economía les mostró casos aleatorios de toda la población, de las 122 partidas que tiene el municipio y ninguno superaba el 70%, los aumentos rondaban entre el 50 y el 70%. De ahí la sorpresa de los concejales cuando nosotros les mostramos casos que superaban en 300, 400 y hasta el 600%”.
Esa noche, durante una asamblea recibieron el llamado del edil Alejandro Curino informándoles que iban a ser recibidos por el secretario de Economía, Hugo Borelli.
Domínguez comentó que en el encuentro se pidió “que no se aplicara más del 110% de aumento, del cr. Borelli surgió que hubo errores y que a partir del 150% -no del 110 pero fue lo que se negoció- había que instrumentar una planilla donde cada vecino tenía que individualizar el caso para que sea estudiado”.
Por último, la asamblea del martes 5 que junto ya a unas 200 personas, debía recibir de la comuna las planillas pero aunque esto no sucedió: los vecinos decidieron esperar. El secretario de Economía pidió un día más para entregarlas y por eso se estableció un nuevo encuentro para el jueves 7 por la noche en O’Higgins 474.