Se estudia la posibilidad de pedir al Concejo Deliberante que se presente ante la justicia por el no funcionamiento de la planta depuradora Tercera Cuenca y la falta de explicaciones de la empresa prestataria.

En la última reunión de la Comisión Asesora de Medio Ambiente del Concejo Deliberante se planteó una alternativa que, de llevarse a cabo, puede llegar a ser un ultimátum en la paciente tolerancia para con la empresa ABSA.
El problema, o uno de ellos, es la Planta Depuradora de Líquidos Cloacales Tercera Cuenca. Miembros de la ONG Tellus denunciaron contaminación, a raíz de que la planta no estaría funcionando, desechando los efluentes cloacales hacia la ría sin tratamiento alguno.
La situación no es nueva, los reclamos se repiten en la Comisión Asesora pero nunca llega la respuesta. Lo llamativo es que la empresa asegure -a través de algunos medios de comunicación- el funcionamiento de la planta.
Por ello, en la Comisión se planteó el paso legal. En este momento las entidades integrantes se encuentran consultando en su composición para ver si es conveniente o no tomar este tipo de medidas.
La concejal Aloma Sartor, presidenta de la Comisión, explicó a EcoDias que la propuesta buscaba “instar a la propia Comisión a que se expidiera acerca de si estábamos de acuerdo en pedir a la Comisión de Concejales que propusiera al Concejo Deliberante que se presentara a la justicia por el tema de la planta de tratamiento de la Tercera Cuenca por su no funcionamiento”.
La concejal, que no está de acuerdo con esta posibilidad, explicó las causas de por qué se llegó a esta situación: “La verdad es que desde la Comisión y desde el propio Concejo Deliberante se han hecho cantidades de proyectos de resolución, de convocatorias a la propia ABSA para que vengan a contar lo que pasa. Los hemos invitado a ellos, a la Autoridad del Agua, al Ministerio y nunca jamás nos han respondido ninguna cosa al respecto. Todo lo contrario, por los medios salen a decir que la situación está bien, que la planta está funcionando cuando en la última reunión, por ejemplo, la gente de Tellus mostró a través de videos que la planta no está en funcionamiento, que hay una situación contaminante. A los pocos días sale Scarcella a decir que la planta funciona bien, es como una tomada de pelo”.
Guillermo Scarcella es el presidente de ABSA. Sartor sostiene que “pareciera que tuvieran como un escudo de protección que hace que no les llegue absolutamente nada. Consideran que no tienen que rendir cuentas ni explicar ni decir nada”. A lo sumo mandan una misiva -informal en todos sus términos- disculpándose de no asistir por compromisos asumidos con anterioridad.

El papel del Estado
Aunque Sartor no coincida en la instancia judicial, es consciente de que “los organismos de control no funcionan y ante esa situación empiezan a surgir estas ideas vinculadas a poner los problemas a reacción de la justicia. Pero yo creo que el mejor mecanismo es revalorizar todas las instituciones porque sino termina siendo sólo otra oportunidad más de poner el reclamo en la opinión pública. No sólo están debilitadas las instituciones políticas, este gobierno ha debilitado todas las instituciones incluidas las de la justicia”.
Para que los organismos de control funciones, dice la edil, hace falta un papel más fuerte del Estado, en este caso, refiriéndonos a la problemática en Bahía, del gobierno municipal: “Me refiero al rol institucional del Estado, a la diferenciación entre un poder ejecutivo y un poder legislativo, que los mecanismos de control existan y tengan peso porque existen en los papeles”.
La concejal Sartor se formuló y compartió ante EcoDias algunas cuestiones: “¿Cómo es posible que ningún pedido de informe del Concejo fue respondido? ¿Cómo es posible que este gobierno provincial no permita que la delegada de la Autoridad del Agua en Bahía Blanca pueda decir la cota del embalse? ¿Cómo es posible que el gerente de ABSA no pueda venir a decir alguna cosa más desde hace más de un año? Eso no es lógico y siguen haciéndolo sin que pase nada”.
Además, agregó que desde la Comisión cuentan con una infinita cantidad de proyectos y pedidos de informe solicitando en relación a este tema sin obtener respuestas ni de la empresa ni de los organismos estatales afectados: “El que se tiene que poner al frente del reclamo y jugar un rol coordinador es el propio municipio. No de manera solitaria, porque el Concejo también forma parte de las instituciones del municipio pero también lo es el Ejecutivo. Ambos debieran ir juntos a reclamar porque no puede ser que el señor Scarcella diga lo que dice y sabemos todos que no es así. El propio ejecutivo debiera plantarse frente a eso pidiendo que arreglen las casas”.
La planta se pagó, resaltó, alguien la hizo bajo licitación y sin embargo no funciona.

Gestos y preguntas
Últimamente ha habido una disminución en el caudal informativo respecto de la crisis hídrica que aqueja a Bahía Blanca. Todos recordamos la conferencia del intendente con los viejos caños arriba del escritorio y el lanzamiento de campañas de concientización pero da la impresión de que el tono del problema fue bajando. Consultada al respecto, Sartor no coincidió con esta sensación y adujo que la conferencia con los viejos caños fue un gesto que repercutió fuerte en la posterior reunión de la Mesa del Agua, a la que los ciudadanos no pueden acceder, aunque después reclamen racionalidad: “Las cosas no pueden ser más o menos fuertes en función del efecto mediático que tengan. Son fuertes porque lo son, porque nos estamos quedando sin agua, porque la realidad está demostrando que no se trata de un hecho menor. ¿Vos ves los obreros de ABSA arreglando caños? ¿Ves acaso si hicieron el estudio de las mallas? ¿Vos ves si hicieron el estudio de la batimetría del embalse?”, volvió a preguntar la concejal.
Finalmente, Sartor reconoció esos gestos que se vienen dando en algunas situaciones, que son favorables y sirven para los anuncios aunque destacó que el tema en nuestra ciudad sigue siendo delicada: “¿Sabemos realmente si los recursos de la provincia efectivamente están puestos con celeridad? No lo sabemos y nadie se anima a salir a quejarse. Estamos complicados, si para aprender tenemos que quedarnos sin agua, eso estaría indicando que tenemos una sociedad que deja bastante que desear”.