Es un dato inobjetable que las comunicaciones han ganado un lugar privilegiado en esta parte de la historia. Y también que -a diferencia de otros períodos de la historia en los que la experimentación se realizaba con animales hasta verificar la inocuidad de los distintos avances en materia de ciencia- hoy los humanos somos muchas veces los nuevos conejitos de India.
Las dos afirmaciones precedentes prácticamente colisionan toda vez que hay que referirse al tema de las antenas de telefonía celular. En el ámbito provincial, ha habido cambios recientes en materia de legislación con una resolución -la 900 del año 2005- que prácticamente no alcanzó a entrar en vigencia cuando fue reemplazada por otra -la 144 de 2007-. La primera marcaba un límite de distancia mínimo entre las antenas de telefonía celular y diferentes lugares sensibles tales como centros de salud y educativos, entre otros, mientras que la del presente año refiere la posibilidad de análisis respecto de la ubicación y a un proceso de registración y reautorización de las antenas. Ese proceso lo llevan a cabo los municipios que luego envían un informe a la Secretaría de Política Ambiental de la provincia de Buenos Aires en donde se evalúa la ubicación de las antenas y el posible retiro o no de las mismas.

Una sola respuesta
En Bahía Blanca la Secretaría de Obras y Servicios Públicos envió las cartas correspondientes no solamente a las empresas de telefonía sino también a todos aquellos que cuentan con antenas de radio AM o FM. A la fecha de publicación de esta nota, se había recibido una respuesta de parte de una radio AM de la ciudad.
Eduardo Conghos, titular del área de Gestión Ambiental, opinó de la situación y advirtió acerca de los pasos a seguir: “Lo que se quiso hacer es mandar una primera nota para pedirles que nos traigan esa información y empezar a hacer las autorizaciones. Si esta actitud de no presentar las cosas persiste vamos a tener que poner un plazo y exigir en base a ese plazo. Tenemos que saber dónde están ubicadas, como están ubicadas y qué tipo de instalación tienen en el lugar. A partir de allí ver si la zona elegida para la antena es conveniente o no, y con eso elevar el informe a la Secretaría de Política Ambiental (SPA) que va a hacer la segunda parte”.

Nuevas relaciones
Conghos señaló que con ese informe se puede incluir una opinión municipal  acerca del lugar de emplazamiento de una antena en particular, es decir, si es apropiado o no.
Como se recordará Eduardo Conghos proviene de la Asociación Ambientalista del Sur, una de las organizaciones bahienses que cuestionaba las políticas de la Secretaría de Política Ambiental provincial. Hoy Conghos está de licencia en la entidad ambientalista, y define la relación entre el ente provincial y la comuna como positiva: “Estamos construyendo una nueva relación con la Secretaría. Desde hace dos meses a la fecha hemos notado una muy buena predisposición a partir de gestiones que se hicieron desde la Municipalidad, así que estamos aprovechando este buen momento en las relaciones que no se había dado en tiempos anteriores”.
Por último, el funcionario informó acerca de la visita que se tuvo semanas atrás de la Comisión Nacional de Comunicaciones para medir potencias en lugares y domicilios de la ciudad y también de la Secretaría de Política Ambiental que en el mes pasado envío representantes con la misma intención de medir las incidencias de las antenas de telefonía celular: “Esa es información que todavía tenemos pero que estamos requiriendo a estos dos organismos para ir incorporándola dentro de la información general que tiene el municipio. Es un tema que hay que trabajarlo, estamos empezando a hacerlo y hay muy buena predisposición para ello”.