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A 200 ediciones, 200 palabras

A 200 ediciones, 200 palabras
Hoy estamos muy contentos. Somos concientes de lo que significa que con el
periódico EcoDias hayamos alcanzado estas dos centenas de ediciones en
papel para nuestra Bahía Blanca.
Por esta razón y para compartir este gran logro es que le pedimos a
personalidades del quehacer de la ciudad que a 200 ediciones nos dejen 200
palabras en un texto que refleje su opinión en la respuesta a la pregunta
guía: “¿Qué importancia tiene la diversidad de medios de comunicación en
una sociedad?”.
Invitamos a nuestros lectores a generar su propia respuesta y a enviárnosla
a [email protected].
De esta manera, juntos -como hasta ahora- celebramos y compartimos dos de
nuestros bienes más preciados: la palabra y la libertad de expresarla.

Walter Rezzuti (A.P.A.C.I.)

Hacer números en una sociedad economicista suele ser algo natural, casi
conducente, por lo que calculadora en mano, uno llega a darse cuenta que
son ¡200 periódicos! en 7 años, o sea, a razón de ¡2,5 por mes! Y no es
poca cosa.
Ecodias ha llegado a su Nº 200 silenciosamente, con esa constancia de los
que van haciendo camino al andar, de los que aprenden “embarrándose”, desde
el llano, con la escasez de recursos ¡siempre! aunque no del humano, que ha
hecho de este logro la consecuencia de un objetivo claro y el producto de
un rumbo -a veces no tan claro- pero huella transitable al fin.
La ciudad tiene un medio de prensa gráfico, una voz que llega a los
lectores en forma gratuita, que intenta analizar la realidad desde un punto
de vista particular, distinto al que han tenido históricamente otros medios
masivos, formadores de opinión, durante tantos años en Bahía Blanca.
Y es allí donde radica el mayor de sus aportes: contribuir a la
construcción de una sociedad diversa, pluralista, democrática, protagónica,
participativa y culta, para ser más libres, para que podamos sentir que
nuestra mirada es tenida en cuenta, ya que no hay sociedad que tolere la
diversidad y el pluralismo si no puede ver expresada una visión de las
cosas en la mayor amplitud posible. Intenta ser EcoDias un medio
alternativo en el que pueda plasmarse esa forma de ver el mundo desde lo
pequeño y sencillo, desde lo que le acontece al hombre común, que no está
expresada a diario en nuestra sociedad.
Es saludable darse cuenta de que es necesario en cualquier comunidad un
periódico de estas características, porque hace que un sector de la
sociedad esté representado -minoritario o mayoritario, no importa-, lo que
hace a una convivencia más armónica y de mayor tolerancia. Los que no han
entendido esto, porque no han querido o no han podido, han tratado de
cooptarlo, llevando agua para su molino, o de desacreditarlo, poniendo
palos en la rueda. Algunos que lo han entendido no han colaborado en la
medida de lo posible para que la experiencia se mantenga. Pero hay que dar
las gracias que varios, que han comprendido que EcoDias es de todos los
bahienses, le han puesto el hombro y el bolsillo para que no dejemos de
tener una imprescindible bocanada de aire fresco que permite un mejor
equilibrio en el clima de todos los días.
Felicitaciones y hay que seguir andando nomás…

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Sandra Della Giustina (Consultora en Medios y Educación)

Hoy los ciudadanos globales demandan instrumentos de comunicación veloces,
interactivos y baratos.
La información desborda todos los canales imaginados. Cualquier persona
que disponga de una computadora y una conexión a Internet puede hacer
públicas sus ideas, sin mediación. La abundancia de tecnología nos promete
la fantasía de editar la realidad a medida. Entonces… ¿es posible pensar un
lector a futuro?
La respuesta es sí. Porque la convalidación de fuentes confiables resulta
vital en este clima de abundancia informativa. Pero será indispensable
asumir cierta mutación.

El acceso masivo a la telefonía móvil permitió la generación de noticias en
tiempo real, la hipertextualidad quebró la linealidad del texto y mando a
los lectores por atajos conceptuales nunca antes explorados.
Ante la diversidad, los medios de comunicación intentan construir
representaciones que se manifiestan con más fuerza en el colectivo de la
oferta mediática, vital para el resguardo de libertad de expresión.
Los medios tradicionales lo intentan sumando nuevos productos de gran
calidad técnica para el público masivo, en tanto los medios gratuitos ganan
terreno con una estrategia más cercana a la gente. El Periodismo Público en
su mejor momento. (1)
En esta carrera la ventaja es para aquellos que entiendan realmente a los
nuevos lectores globales. (2)

Los periódicos gratuitos ya representan el 8% del total mundial y el 32% de
Europa (WAN 2007).
Estas dos palabras exceden la medida de la consigna… Tómenlas como bonus
trak de lo mejor que puedo desearle a EcoDias… Lectores GLOBALES.

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Eduardo A. Hidalgo (Secretario General APDH Bahía Blanca)

Periodismo se escribe con P de Pueblo. Allí nacen las mejores ideas. Allí
conviven las mayores contradicciones. Allí se sintetiza la búsqueda del
destino común. Voces para ser recogidas y expuestas. Sin filtros, sin
interpretaciones, sin manipulaciones. Abriendo espacios de contención y
auténtica libre expresión. Libre como la vida misma se nos ofrece.
Herramienta para el debate y la tolerancia. No para oírnos. Para escuchar y
escucharnos. El silencio de los cómplices impidió conocer la historia del
horror genocida. El miedo, la no participación o la indiferencia, suma a
la complicidad. Nos impide ser y crecer.
Medios de comunicación por construir o en construcción, abrevando allí.
Hacedores de espacios de libertad. Amplio sendero que nos llevará a ese
otro país y esa otra sociedad, soñada. La Bahía de la Esperanza que nos
espera, no puede seguir anclada al viejo incienso nauseabundo de dominación
y postergación de unos pocos privilegiados. Construyamos una comunidad
humana desde los más hondo. Respetada y protegida en todos sus derechos.
Mirando al otro para sumarlo, y no para condenarlo cuando la violencia de
esta misma sociedad lo empujó a su violencia. Necesitamos medios de
comunicación para salvarnos juntos. Sin “empresas de comunicación” del
privilegio, que necesitan del silencio para que todo siga igual.

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Juan Pedro Tunessi (Presidente HCD)

Es inimaginable una sociedad plural, sin una prensa plural. Lograrlo
requiere de conductas tolerantes, y la tolerancia es una virtud que se
aprende, aceptando como necesaria la opinión del otro, aun cuando no nos
guste o no nos convenga.
La diversidad de opiniones eleva el nivel del debate, que deberá arrojar
como resultado una conducta proactiva. En los ámbitos donde prevalece la
diversidad de opiniones, el lógico conflicto de intereses, no paraliza ni
impide, sino que mejora, potencia, optimiza, equilibra, comparte, incluye.
Sólo quienes no están dispuestos a compartir lo que tienen, o interesados
en impedir todo aquello que no controlen, están preocupados en evitar una
sociedad más plural y democrática. La diversidad, es un gran antídoto
contra la tentación autoritaria.
La necesidad de una ciudadanía más activa, supone una sociedad con
«ínfulas», con conciencia crítica, capaz de saber lo que quiere y de cómo
luchar por obtenerlo, todo lo cual reclama un debate público enriquecido
por la diversidad de opiniones.
Compartir los bienes materiales y culturales, hacen a una sociedad con más
equilibrio y menos violencia, y ello supone inevitablemente ciudadanos
alertas, con capacidad para elegir entre un variado menú de ofertas.
Sueño con una ciudad plural, emprendedora, crítica y democrática. No hace
falta recalcar que soy partidario de la diversidad de medios.
 

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Sandra Crucianelli (Conductora noticiero Canal 7)

La aparición de nuevos medios y el pluralismo en los contenidos ayudan al
ciudadano a disponer de una oferta mediática amplia, aunque no sólo
importa la transmisión de datos, sino también el análisis de la realidad,
verdadero formador de opinión pública.
Celebré la aparición de las FM, publicaciones como EcoDias y los cables que
dieron espacio a programas locales. Esto fue y sigue siendo muy saludable.
El abanico debe ser lo más amplio posible. Sería muy aburrido vivir en una
ciudad donde todos los medios dijeran lo mismo y tuvieran el mismo
pensamiento editorial. Pero nada de esto guarda relación con la calidad de
la información. Todavía necesitamos mejores contenidos periodísticos. Es el
verdadero desafío que tenemos por delante.
Creí que Internet impulsaría la creación de muchos medios electrónicos,
pero lamentablemente eso no ocurrió. Y dentro de lo que hay aquí, ninguno
de ellos aún es realmente multimedia, ya que se requiere la presencia de
todos los soportes y vías amplias de participación ciudadana. Celebro que
EcoDias se mantenga en la Web -en paralelo con su edición gráfica-, así
como el nacimiento de La Brújula Net, que Martín Noir y Germán Sasso acaban
de lanzar. Estos esfuerzos merecen ser reconocidos.

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Marcelo Feliú (Diputado Provincial FPV)

Así como ya casi nadie se atreve a discutir que una comunidad se nutre y
crece a partir de la diferencia de ideas de sus integrantes (sea en materia
de ideologías, creencias o actitudes de vida, tanto como de la tolerancia
con que cada persona defienda y a la vez acepte las posturas ajenas), está
claro que la diversidad de medios de comunicación es un factor básico para
este desarrollo.
Ya sea para coincidir o para disentir, para aceptar o para
intentar elaborar una postura superadora, para aprender algo nuevo o para
reafirmar algún conocimiento que ya se tiene, contar con diferentes ópticas
sobre un mismo asunto o, tan sólo, tener la tranquilidad de que siempre
puede haber alguien dispuesto a reflejar un dato o una noticia que puede
habérseles escapado -voluntaria o involuntariamente a otros- es a una
sociedad tan esencial como una alimentación equilibrada es a la salud de
una persona.
Nadie llega a ser sano si come siempre lo mismo, por mucho que le guste…
Del mismo modo, nunca una sociedad alcanza un estado de salud y equilibrio
si opta por verse a sí misma, siempre desde una única perspectiva.
Eso sí: esa pluralidad de medios debe servir como prueba contundente para
que cada persona asuma el compromiso de decidir por sí misma y, en
especial, tener la claridad para advertir que nadie puede atribuirse la
verdad absoluta, ya que, por estar condicionados por el factor humano de
quienes los impulsan, a los medios de comunicación les caben las mismas
posibilidades de error que a cualquier otra actividad humana.
La falla en una información, la tendenciosidad, el condicionamiento a
cuestiones económicas, amparados en una supuesta libertad de expresión
pueden ser tan o más nocivos que cualquier censura.
De allí que, como en muchos otros órdenes de la realidad, deba ser cada
persona la que tenga la amplitud para formarse el propio criterio y
masticar las cosas por sí misma y evitar caer en la tentación de quedarse
con informaciones ya digeridas por otros o -quien sabe- impregnadas por
intereses ajenos.

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Raúl Woscoff (Integración Ciudadana)

«Dejad, permitid que todo pueda ser atacado, con tal que todo pueda ser
defendido». La famosa frase enmarca el escenario donde la contienda de
ideas, la diferente interpretación de los hechos, nutre la democracia.
Nuestra ciudad no es ajena a ese paradigma. «Todo» supone la opinión de
todos, la diversidad, la heterogeneidad, los diferentes matices cromáticos
que como pinceladas definen una realidad que los medios traducen para
quienes observan, escuchan y leen.
Incrementar las fuentes y el debate es servir a la veracidad. Una sola
versión de los hechos no se compadece con la objetividad. No hay pluralidad
en una única voz, en una sola mirada.
La realidad, diversa y caótica -en apariencia- pretende ser mostrada,
frente al incrédulo, al dogmático, al escéptico, al comprometido, al
superficial, en todos sus matices. Y rechaza la versión única, muchas veces
próxima al poder.
La nuestra es una ciudad a la que- en muchos casos- le cuesta reconocer su
propia diversidad: cultural, social, religiosa, política. Se aproximan los
tiempos en los que ese reconocimiento o mejor aún autorreconocimiento,
demostrará la fortaleza que en ella reside. Y como tal necesita de
múltiples medios de expresión, serios, responsables, y abiertos al disenso.
Es una consecuencia de la lógica democrática.
Deodoro Roca diría «difícil tiempo nuevo…» donde los bahienses tan
diferentes, tan inclementes unos con otros, aprendamos que la diversidad, y
en especial a través de los medios de comunicación, mostrará lo mejor de
nosotros, en beneficio de todos, para poder mirar a todos los horizontes.

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Adriana Claudia Rodríguez (Decana Departamento de Humanidades UNS)

Sin duda todo aquello que se verticaliza o se extiende desde la
uniformidad, lo homogéneo y lo unilateral, tiende a cristalizar lo único,
lo clausurado y lo indiscutible. Y todo aquello, constituye una enhebrada y
funcional gama de actores encargada de elaborar un discurso que se valida
como hegemónico y desciende a los distintos ámbitos de la sociedad para
instalarse y ser reproducido.
Sabemos que la prensa constituye un importante instrumento ya desde su
intrínseco rol comunicacional y el circuito que transita hacia el campo de
recepción en que implosiona. Y entonces la gráfica, la radio y también
algunos espacios virtuales, si conforman monopolios de información,
difunden sus tomas de postura construyendo una opinión pública abúlica,
acrítica y obediente.
La importancia de la existencia de diversos medios de comunicación, lo digo
en tanto densidad de las publicaciones/programas y sus corrientes
ideológicas, sin duda son esenciales precisamente para que exista una
opinión pública informada desde los distintos canales, que emitirán sus
propias concepciones y posturas, asegurando al campo comunicacional una
pluralidad y heterogeneidad de problemáticas a instalar.
A su vez el público contará con una franja más amplia de opciones que sin
duda redundará en un mejor acceso a la información, cuya consecuencia
directa será situarlo en un lugar diferente, con mayores posibilidades de
constituirse incipientemente en un sujeto más incluido, activo y crítico.
Y los para qué se constituyen en obvios ante la necesidad de construir
una praxis transformadora frente al sistema que opera e impera.

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Guillermo David (Director del Instituto Cultural)

La prensa escrita es una rara sobrevivencia de épocas en que la aceleración
del tiempo histórico, las convulsiones sociales y la emergencia de masas
reclamaban formas de comunicación y control signadas por el consumo privado
y el alcance colectivo.
Si bien las revoluciones tecnológicas han raleado su pregnancia
cuantitativa, redoblaron el prestigio simbólico de la palabra escrita: cada
vez menos leídos, diarios y revistas en soporte papel siguen signando la
cotidianeidad, imponiendo su lógica discursiva sobre los demás medios de
carácter audiovisual. Es sabido que los grandes textos que hicieron
historia no pocas veces circularon en soportes ínfimos o con formatos
menores, que por el concurso de las circunstancias devinieron eficaces en
su acción directa. Pensemos en las octavillas que repartían conspiradores y
curas rojos en la Francia insurrecta a lo largo del siglo diecinueve, en
los periódicos murales que hacían de las paredes el ámbito de detención del
transeúnte llamando al ojo para revertir el espíritu en la Rusia de Lenin,
o en los afiches adheridos con engrudo durante las jornadas de combate
popular ya por la tradición de izquierdas como en las asonadas
yrigoyenistas o en la insurgencia peronista, como un anticipo de la
revolución cultural china con sus estilizados Dazebaos; infinidad de
revistas, periódicos clandestinos, fanzines, hojas mimeografiadas, hacen de
la tradición de la prensa alternativa una instancia constitutiva de la
democracia. Labor a veces artesanal, incluso secreta, que suele
invisibilizarse durante las épocas de relativa tranquilidad institucional,
pero que bajo los yugos sombríos del autoritarismo adquieren una relevancia
fundamental. Quiero decir: otro sería el destino de la humanidad si no
hubiera habido alguien, en los puntos ciegos donde el drama amenaza con la
extinción de todo vestigio de humanidad, que apelara al espíritu
comunitario y tratase de comunicarse con sus acaso imposibles pero
esperanzados pares. Donde hay un papel escrito llamando a un lector,
circulando de mano en mano en las calles, aún no está todo perdido. Eso sí:
hace falta esa vieja y casi siempre olvidada costumbre del periodismo
histórico, hoy casi imperceptible: la ética, los valores. Es decir, los
clásicos modelos de comunicación donde la mezquindad, la especulación
parcial, la tergiversación, la mala fe, cuando no la crasa ignorancia, no
hallen su lugar. Creo que EcoDias, en sus 200 números, reúne estas
condiciones. Saludo su excepcionalidad con beneplácito.

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Marcelo Díaz (Docente y escritor)

Hay un texto de Giorgio Agamben que me gusta mucho y que no dejo de citar
en cuanta oportunidad se me presenta. El texto está en Medios sin fin,
notas sobre la política, y en él Agamben habla de mediocracia para
referirse al peso político de los medios, y a cómo son capaces de expropiar
nuestras capacidades expresivas. Agamben habla de Timisoara, de cómo fue
posible inventar una noticia, y de cómo ese invento provocó la caída de un
gobierno. No hay que pensar en Timisoara, de todos modos, para comprobar el
peso de los medios en la vida pública. Ese peso se corrobora no sólo en lo
que dicen, y en cómo lo dicen, sino en lo que dejan afuera. Pienso en los
doblemente desaparecidos de Bahía Blanca, primero por la dictadura, luego
por la prensa monopólica que nunca les dio lugar. Eso hasta la aparición de
medios alternativos, como varias FM, como EcoDias.
Un índice de salud ciudadana está dado por la cantidad de medios que
existen en una ciudad. Varios medios suponen varios puntos de vistas, y la
posibilidad de que lo que sea callado por uno, se destaque en otro. Varios
medios garantizan que no exista en la ciudad un pensamiento único. Esa es
la condición para cualquier ejercicio posible de la política: poder
disentir, poder tener voz, poder ser escuchado.

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Enrique Gandolfo (Suteba)

En una sociedad donde se confunde la libertad de prensa con la libertad de
empresa, donde la decisión de qué información va a difundirse y cómo va a
difundirse está en manos de unos pocos que tienen el poder y el dinero, la
existencia de medios alternativos es una puerta abierta a las ideas de los
que no tienen voz. Es una batalla desigual. De un lado, los pretenden
imponernos el pensamiento único, el vaciamiento cultural o el conformismo.
Del otro, los que creemos que el conocimiento y las ideas son la materia
prima de una conciencia crítica.
En este contexto la diversidad en la comunicación debe ser una herramienta
para los que soñamos y luchamos por una sociedad diferente, libre de toda
forma de opresión o explotación.

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Federico Susbielles (PAMI)

La diversidad en la comunicación es vital para mantener vigentes los
valores democráticos, para impulsar el disenso, garantizar la expresión de
las minorías y enriquecer el debate sobre qué tipo de sociedad queremos.
En un mundo que intentó imponer un modelo único, dominado por el
liberalismo y la falta de respeto por los derechos universales de las
personas, y que en nuestro país sufrimos desde la década del 70, dictadura
mediante y hasta finales del 2001, los medios alternativos surgieron y
fueron bastión de la resistencia, manteniendo una llama de esperanza que
hoy permite seguir peleando por un país que nos contenga a todos, conforme
a nuestra identidad y con plena vigencia de los derechos humanos.
Necesitamos de diversidad de medios para recuperar la capacidad de
confrontar, discutir, debatir, buscar espacios comunes que nos permitan
avanzar en la construcción de una sociedad distinta, con un estado que
recupere su rol y brinde oportunidades igualitarias a sus ciudadanos. Sólo
si logramos tener una ciudad en que todos nuestros chicos puedan nacer,
jugar, educarse, capacitarse y formarse en valores, podremos soñar con un
futuro mejor.
Por esto y varias cosas más (me paso de 200), gracias por el esfuerzo
realizado, y no aflojen que queda espacio por recuperar y buenas noticias
por contar.
 

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2011-10-25 10:11:13
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