Firmada en La Plata el 6 de octubre pasado, la Resolución Nº 4615/08 de la Dirección General de Escuelas confirmó la amenaza del gobierno provincial de extender el ciclo lectivo para completar los 180 días “efectivos” de clase, en un intento por frenar los paros docentes en el marco de la paritaria salarial.

Entre los fundamentos de la medida, el ente provincial aduce que las mentadas 180 jornadas lectivas “son un supuesto de las garantías de otros derechos debidos a los habitantes, en particular la igualdad de oportunidades y posibilidades sin discriminación alguna”.
“Nuestra postura es muy clara: esta medida ha sido obviamente de castigo hacia los docentes que realizamos medidas de fuerza, no es una medida que protege a los niños para que tengan mayor cantidad de días de clases. De hecho, nosotros como docentes tenemos que trabajar hasta el último día hábil del mes de diciembre”, aseguró el secretario adjunto del Suteba Raúl López.
La resolución argumenta que la cantidad de clases se basa “en la necesidad de cumplir con el desarrollo de los diseños curriculares vigentes de modo de garantizar los aprendizajes de todos los alumnos”. En el gremio bahiense sostienen que se toma a alumnos y alumnas “de rehenes” hasta el 19 de diciembre -la finalización original era el 12-, situación que alterará el período de exámenes compensatorios, entre otras actividades de fin de año.
López destacó que esto “confirma lo que consideramos una decisión totalmente caprichosa y de castigo porque la continuación de las clases impide a los chicos de tercer ciclo, escuela secundaria básica o polimodal, tener la semana de compensación; si van a tener clases normales hasta esa fecha, las mesas de exámenes tienen que darse entre la fecha subsiguiente y el último día hábil del año, no teniendo oportunidad de tener las compensaciones determinadas entre el 12 y el 19”.
Además, “en algunos establecimientos, sobre todo en inicial, no están dadas las condiciones para dar clases. Ya en estos momentos con las elevadas temperaturas las estructuras de las escuelas demuestran no estar preparadas para estos climas”.
Ahora, siguiendo las indicaciones de la Dirección de Escuelas, los establecimientos deberán “tomar las previsiones pedagógicas y administrativas que permitan el cumplimiento” de la norma.
“Muchas escuelas no va a respetar esta decisión, van a tener autonomía porque sino no van a tener tiempo físico como para poder organizarse”, anunció el dirigente gremial.
Consultado acerca de antecedentes en esa línea, López explicó que “desde las dos últimas leyes de Educación siempre se trata de llegar a una mayor autonomía de las escuelas. Después en los hechos las mismas leyes desatan esa autonomía determinando un cronograma escolar arcaico por pensar que todas las escuelas de la provincia tienen las mismas condiciones para responder”.
A su parecer, en este caso puntual, primará “el sentido común” y se hará “caso omiso” a la extensión del período lectivo, sobre todo “porque al día 5 de diciembre la gran mayoría de las secundarias, por ejemplo, solicitan las notas finales para organizar la entrega de diplomas y otra serie de cuestiones que el gobernador Scioli evidentemente desconoce”.

¿Cantidad o calidad?
“Es una cuestión de calidad: podemos dar 200 días de clase, pero si no tenemos las condiciones edilicias, de infraestructura, incluso pedagógicas -porque las mismas curriculas que preparan funcionarios de la Dirección de Escuelas no lo tienen en cuenta-, no van a garantizar un nivel educativo mejor que el que tenemos en este momento”, se quejó el docente.
De hecho los números de la “deserción escolar” o abandono prueban que las cosas no marchan por buen camino. El Suteba ya ha presentado estudios realizados en base a datos oficiales surgidos de la misma Dirección de Escuelas.
López manifestó que “la deserción escolar es muchísima y no tiene que ver ni con los 180 días de clase ni con la calidad educativa. Acá hay un problema social que evidentemente influye en esta deserción y no es propia de este año ni de los anteriores”.
“La década del ’90, con la implementación de las políticas educativas que tienen que ver con el neoliberalismo, hizo que la marginalidad se vea cada vez más reproducida en la propia escuela. Por lo tanto, esta marginalidad tiene como resultado visible la deserción”, agregó.
De esta forma, para realizar un aporte económico a sus hogares, chicas y chicos dejan de concurrir a los establecimientos educativos para rápidamente insertarse en un mundo laboral precario “que les permite, por lo menos, comer todos los días”.
De hecho, “ya ni siquiera van a comer a las escuelas porque los esfuerzos que tienen que hacer para darles de comer algo digno a veces no alcanzan. Con un peso por día para cada chico y con el nivel inflacionario que tuvimos durante todo este año, es imposible dar un alimento de calidad. La escuela no los puede contener ni en ese sentido”, concluyó el gremialista.
Esto quedó demostrado por un análisis de la comisión de Servicio Alimentario del Consejo Escolar que, entre otras estadísticas, en septiembre encontró 300 asistentes menos que en igual mes de 2007.

Descuentos
Sobre los descuentos que sufrieron los docentes aún no hay novedades, “realmente ha sido una de las aristas más bochornosas del último arreglo que realizó el Frente Gremial con el gobierno. Vemos cómo nuestros dirigentes provinciales están totalmente pasivos ante esta situación que no sólo fue un descuento que muchos de nosotros esperamos cuando realizamos medidas de fuerza -aunque sepamos que es ilegal que lo realicen-, sino que también se les descontó a aquellos que estaban con licencia o que no habían estado de paro. Es más, también a docentes de escuelas cerradas por profilaxis porque coincidían con un paro de auxiliares. Pero lo más vergonzoso es que el gobierno no ha hecho ningún esfuerzo para corregir esta situación y nuestros dirigentes están en otras cuestiones”.