Con convenios entre PAMI y las universidades locales surgió UPAMI, un programa
que en sus inicios contó con 80 jubilados y este año cierra con 800 adultos
mayores. Inclusión, vida activa y nuevos saberes para los más experimentados.

“Tenemos convenio con la Universidad del Sur hace 11
años y este año se dictaron 39 cursos. Aproximadamente asistieron 800
jubilados. También con la Universidad Tecnológica Nacional, donde hubo 10
cursos, alrededor de 150 beneficiarios”, introdujo Ángeles Celani, coordinadora
de las actividades en los talleres. “Siempre se apunta a que haya diversidad de
talleres para que la gente se vaya renovando, eso es lo que pretendemos”. El
alcance temático es diverso, “los cursos de nuevas tecnologías siempre están a
cupo lleno y los que tienen más auge son los de idioma, que tienen hasta 5
niveles en las dos universidades: inglés, inglés para viajeros, alemán,
italiano, francés. Estos son los que más copan la mayor parte de los cursos”
apuntó. “El más antiguo que tenemos es el de jardinería”.

Oportunidades
La posibilidad se abre cada año, los adultos mayores pertenecientes a la
obra social más grande del país, se puede inscribir en dos cursos. “Siempre
cuidamos que la Universidad tenga oferta académica, que no se hago lo mismo que
se ofrece en los Centros de jubilados” agregó.
UPAMI otorga un marco para que el adulto mayor asista al claustro
universitario, “una de las cosas que se cuida es que sea en las aulas que
cursan los alumnos, a veces comen en el comedor universitario, que estén
insertos en la vida universitaria. Hay materias que los profesores los suman a
los grupos de alumnos, el mismo profesor que tiene una cátedra contagia desde
otro lugar. Se les invita a respetar la rigurosidad académica de la Universidad”.
Uno de los preceptos de los talleres UPAMI es asistir a la universidad, que el
adulto mayor se inserte en las aulas, por eso tienen profesores universitarios
y en el ámbito de la universidad.
“Dejar de trabajar es la pérdida de un rol, no deja de ser un duelo y te tenés
que reconectar con vos mismo desde otro lugar” reflexionó Celani. “UPAMI apunta
a los nuevos jubilados, porque a muchos de ellos les da prurito entrar a un
centro de jubilados. Como si te fueras a recibir de jubilado. Desde la Universidad
lo ven distinto, aunque tenemos algunos jubilados que están en los talleres
desde hace 10 años. Después y de apoco se dan cuentan que hay talleres en los
centros de jubilados del barrio, se enganchan con yoga o con gimnasia, empiezan
a ir, se enganchan”.
El Programa tiene por objeto favorecer la integración personal y el desempeño
de los adultos mayores en la comunidad, mediante el efectivo ejercicio del
derecho a la educación y a la cultura, que permite la recuperación de saberes
personales y la adquisición de otros nuevos, apostando a un trabajo conjunto
entre ambas instituciones.

Impactos
El documento de identidad y el carnet de afiliación son solamente los
requerimientos para anotarse en los talleres. Los mismos son cuatrimestrales,
por lo tanto, hay dos inscripciones en el año. “En el caso de la Universidad
Tecnológica se sumó Perlas de sabiduría”.
“En algún sentido, a los hombres les cuesta más que a las mujeres realizar o
integrarse a ciertas actividades. Hay que pensar cómo era la vida de un hombre
que tiene 70 años hoy, ni pensar en hacer un curso de yoga. En cambio, las
mujeres se sienten con más permisos, porque culturalmente está más conectada
con el placer o el hobby, y eso no estaba mal visto. En cambio, en el hombre
que no era productivo sufría otra mirada”.
En cuanto a los capitales existentes a la hora de los balances, Celani aporta
una anécdota respecto a las devoluciones recibidas por los adultos mayores: “Un
señor que tenía 86 años cuando comenzó en UPAMI, hace 10 años. Se recibió de
diplomado, hizo muchos talleres y a los 92 años falleció. Me acuerdo que un día
apareció por la oficina la hija, como yo no estuve cuando murió, me disculpé
por no estar presente en el velatorio. Y ella me dijo que venía de parte de su
papá. Me quedé helada. Él me dijo que te visitara para agradecerte porque
gracias a estar en UPAMI durante los últimos años de su vida la vivió
plenamente” emocionó la empleada nacional.
“El paso por los talleres UPAMI tiene impacto de carácter individual porque aumenta
la autoestima, el salir, el sentirse valorado, también tiene carácter social
porque es un paradigma, un programa que cambia la imagen social de la vejez
para el afuera: mirá los jubilados van a la universidad, están activos, están
con otros alumnos. Asimismo, tiene carácter familiar porque el adulto mayor- y
de esto nos hemos dado cuenta cuando entregamos los diplomas- que tiene otro
tema del que hablar con su familia, se vincula de otra manera, desde la parte
más positiva. Las familias lo acompañan a la Universidad a recibir su diploma y
también aprenden otro idioma con las redes sociales y la informática para
lograr comunicarse, muchos tienen hijos viviendo afuera, de esta forma pueden
chatear con sus nietos, con sus hijos, porque estar fuera de la conectividad es
no saber manejar la máquina, UPAMI es insertarlos al nuevo lenguaje que tiene
el mundo y de esta forma, mejorar sus vínculos familiares”.