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Por un cambio de mentalidad
Alumnos y alumnas de la Escuela Especial 509 y de la Escuela Secundaria 24, hicieron uso de la Banca 25 en el Concejo Deliberante y mostraron a través de un video, las barreras arquitectónicas con las que tienen que enfrentarse cada día las personas con discapacidad.
Categoría: Educación

Alumnos
y alumnas de la Escuela Especial 509 y de la Escuela Secundaria 24, hicieron
uso de la Banca 25 en el Concejo Deliberante y mostraron a través de un video,
las barreras arquitectónicas con las que tienen que enfrentarse cada día las
personas con discapacidad.

El
jueves 20 de noviembre alumnos y alumnas de la Escuela Especial 509 y de la
Escuela Secundaria 24 estuvieron en el Concejo Deliberante para hacer uso de la
Banca 25. Allí mostraron a todos los concejales, medios de comunicación y a las
personas que se hicieron presentes en el recinto deliberativo, un video de casi
doce minutos en el cual quedan en evidencia la dificultades con las que se
encuentran las personas con discapacidad a la hora de circular por la calle, de
tomar un colectivo, de tocar un timbre demasiado alto, de ingresar a un
edificio público y demás cuestiones debido a las constantes barreras
arquitectónicas con las que se tienen que enfrentar día a día en Bahía Blanca.
El video es producto de un proyecto y trabajo compartido entre alumnos,
alumnas, docentes, directivos, preceptores y demás integrantes de ambas
escuelas mencionadas. El proyecto se inició como parte de la materia
“Construcción de la Ciudadanía” de los chicos de la Escuela Secundaria 24.
No pudimos estar ese día en el Concejo Deliberante y nos hubiera gustado
asistir debido a que se trata de un lugar donde se deciden cosas muy
importantes pero también donde a veces se discute sin sentido o se pelea, se
chicanea y la comunidad termina quedando en un segundo plano. Por eso, nos
hubiera gustado ver la repercusión que causó que chicos y chicas con
discapacidad o sin ella, hayan mostrado imágenes tan contundentes respecto a
una serie de problemáticas sobre las que el Concejo, la municipalidad y la sociedad
toda, tiene responsabilidad.
Entonces lo que hicimos fue contactarnos directamente con la Escuela Especial
509 y fue su directora, Diana Centeno, quien nos invitó a conocer el
establecimiento ubicado en el Parque de Mayo. Hasta allí nos fuimos y conocimos
a los alumnos y alumnas que tienen diferentes discapacidades y que un día
empezaron a plantear esos problemas con los que se cruzan justamente cuando se
cruzan con barreras que no les permiten autonomía.
Junto a ellos un par de chicos de la Escuela Secundaria 24 que también
estuvieron en el Concejo y que participan del proyecto visitando y compartiendo
momentos con sus compañeros y amigos de la 509. Los dos chicos de la 24 no son
los únicos que están en el proyecto sino que fueron en representación de varios
más.
Por cuestiones de espacio no podemos publicar la palabra de todos los que
hablaron con EcoDias pero quienes sí aparezcan lo harán en nombre de los que lamentablemente
tuvimos que dejar afuera.
Por allí andaba Enzo, él se puede comunicar mediante una computadora y él
también participó del trabajo. Y como Enzo un montón de chicos y chicas que nos
recibieron de manera muy cálida.
Junto a ellos estaban los y las docentes con quienes también dialogamos y que
también son parte del proyecto que en el caso del video puede verse a través
del sitio www.youtube.com bajo el
título VIDEO ACCESIBILIDAD EN BAHIA BLANCA 2014.

Sujetos de Derecho
Fernanda Racosta, Sol Mendoza y Luciana Loos son las maestras de la Escuela
Especial 509 mientras que Juan Matías Bongiovanni es profesor de Filosofía y
profesor de Construcción de la Ciudadanía en la Escuela Secundaria 24 que al
momento de arrancar el trabajo en conjunto era la 345: “Todos los años se les
va dando algún tema o alguna modalidad al proyecto, el año pasado hicimos más
sobre artística y este año decidimos por ahí encausarlo más desde el sujeto de
Derecho que es uno de los contenidos de Construcción de la Ciudadanía que
trabajamos en conjunto” arrancó comentando Fernanda quien agregó que al momento
de las ideas se pensó en algo que tuviera un impacto social. “A raíz de un
inconveniente que tuvimos el año pasado en una salida que nos encontramos con
un lugar que no tenía nada de accesibilidad, los mismos chicos propusieron por
esto de “queremos salir y no podemos entrar a los lugares o nos cuesta y
tenemos que hacer fuerza extra”. Nos comentaron de la Banca 25 que surgió la
posibilidad y la pedimos y empezamos a trabajar en qué forma le íbamos a dar y
hablamos de un video que era lo más impactante”.
Juan Matías destacó como importante que lo realizado no sea solo por los chicos
de la Escuela 509 que son los que afrontan la realidad de la falta de
accesibilidad: “El año pasado los chicos de la otra escuela (La Secundaria 24)
hicieron la experiencia de tener que subir a upa, de tener que cargar, de la
bronca de que no haya espacio o la impotencia. Entonces fue como una necesidad
sentida de las dos escuelas, eso es lo más lindo del proyecto. Los chicos quedaron
como indignados, quedaron como cuestionándose un montón de cosas y a partir de
eso más la inquietud de los chicos de la 509, surgió”.
En cuanto a lo que se busca con este trabajo, todos coincidieron en una
palabra: cambios. En ese sentido, Luciana habló del respeto a los derechos. “Como
sujetos de Derecho, como personas tienen el mismo derecho a elegir por cuál
vereda quieren pasar para llegar a tal lado o tienen derecho a decidir si
quieren ir o no a la biblioteca y pode elegir sus libros”.
Muchas personas, señaló, quizás pasamos por alto tales cuestiones cotidianas ya
que podemos decidir libremente sobre ello: “A ellos se les complica y mucho. No
solo los que se manejan solos sino también los chicos que son llevados por su
familia porque a la familia también se le complica, si tienen que salir pensar
qué colectivo tiene rampa o por cuál vereda puedo pasar, cuál está rota o que por
tal calle no se puede”.
La falta de conocimiento de la realidad de las personas con discapacidad es muy
grande, una ignorancia sin mala intención que nos lleva a no saber, a no
imaginar. Juan Matías dijo que él mismo también desconoce de un montón de cosas
y por eso aprende mucho de los chicos, las chicas y las maestras.
Esa falta de saber por no padecerlo lleva a que a la vez pueda haber buenas
intenciones a la hora de hacer obras de accesibilidad pero que en lo concreto
no sean de utilidad. En relación a eso, Fernanda explicó. “Por ahí pasa que a
veces la accesibilidad se entiende por poner una rampa o hacer un ascensor y
muchas veces la rampa no está bien construida, o sea que la accesibilidad no s
cumplir con lo que la reglamentación dice. Va del lado de lo funcional digamos,
la rampa que está pero no es funcional no es accesible. El ascensor que está
pero es chico no es accesible”.
Es por ese motivo, intervino Juan Matías que se debe cambiar la manera de
entender el tema “porque por más que esté la infraestructura no la cuidamos o
ponemos obstáculos o no la hacemos como corresponde o no damos los tiempos. A
veces pasa que por ejemplo la rampa está en el colectivo pero la gente está
apurada y no da el tiempo para que la persona tenga la autonomía de subir una
rampa”.
En el video, uno de los chicos habla de la necesidad de que la sociedad cambie,
de un cambio de mentalidad. Y para empezar nada mejor que hacerlo con
modificaciones en lo cotidiano “porque lo que se trató de mostrar con las
salidas que se organizaron en conjunto es qué sucede desde lo cotidiano y las
cosas saltaban solas. Andábamos filmando el paseo y solas las sillas se
trababan en la vereda” contó Luciana quien dijo que la idea es darles voz a las
personas con discapacidad y a las que no la tienen pero que están interesadas
en cambiar la mentalidad.
En cuanto a la experiencia de las salidas, la maestra Sol resaltó: “La mayoría
de los edificios públicos donde fuimos, vimos que los accesos no estaban
adecuados o que faltaban o que si estaban hechos tampoco permitían la autonomía
que los chicos necesitan”.

Barreras en casa
Pero los problemas de accesibilidad no solo están en la calle, en las
veredas o en los edificios sino también en las propias escuelas: “La Escuela 24
es una escuela inclusiva, nosotros somos una escuela que tenemos chicos con
diferentes posibilidades que podrían tener más desarrolladas sus posibilidades
de inserción laboral y no las podemos hacer porque no tenemos espacio.
Tenemos un taller lleno de máquinas que no se pueden usar porque no hay lugar”
ejemplificó Fernanda y Juan Matías agregó. “La misma vereda, vos ves tanto en
esta escuela como en la otra, no están preparadas o los baños que son
necesidades urgentes. Esto nace de concientizar, de cambiar la manera de mirar,
de respetar tiempos”.
Y nace como ya se dijo de las inquietudes de los propios chicos que empezaron a
cuestionar los impedimentos con los que se encontraban. De eso también nació el
aprendizaje. Al respecto, Juan Matías comentó. “Tanto mis alumnos como yo, la
escuela nuestra, la dirección, los profesores, todos vamos aprendiendo de la gente
que está empapada en el tema y de los mismos chicos que te hacen ver que a
veces uno sin querer es egoísta, sin querer va a mil, sin querer a veces no ve,
ve pero no ve. Entonces es todo un aprendizaje muy grande de los tiempos, de
las maneras. Vamos por la calle y la gente lo primero que dice es “ay
pobrecito”. Claro, también uno a veces lo tenía incorporado eso pero en
realidad nada de “pobrecito”. Tenemos que aprender a cambiar el discurso, la
manera de entender y uno aprende con las chicas que realmente están muy
empapadas en esto y a nosotros nos abren la cabeza”.
En cuanto a la repercusión de la visita al Concejo Deliberante, Luciana la
calificó como positiva “porque mucha gente lo vio entonces hay mucha gente que
se dio cuenta de estas cuestiones mínimas de las que estamos hablando como la
vereda rota, de la rampa rota, el auto que por ahí queda estacionado en la
vereda y no deja pasar a las personas…”
Es bueno aclarar que no se pretende reformar una ciudad de un día para el otro
pero por lo menos sí empezar a intentar pensar de otra manera. “Primero un
cambio de mentalidad, después desde lo educativo tendríamos que hacer otro tipo
de camino para lograr algo de reforma en lo que es escuela pero si vos te estás
preocupando por cortar el pasto de un parque público, fíjate también que tenés
la vereda rota, fijate que la rampa está mal hecha. Son gastos mínimos, es
mantenimiento lo que se necesita” manifestó Fernanda.
A Sol le preguntamos cómo hacen los chicos para ir de la casa a la escuela. “Vienen
en transporte privado, en combis contratadas por las obras sociales o en combis
de la escuela. El problema está cuando se rompe la combi de la escuela, a mi me
ha pasado, que hay alumnos que si no está la combi de la escuela por más de
tener silla a motor no pueden venir porque no tienen otro transporte que lo
pueda acercar”.
Fernanda hizo otra buena aclaración en el sentido de que todo lo dicho no es en
tono de reclamo “siempre hablamos de concientizar desde el buen ejemplo,
demostrando que se puede hacer algo mejor”.
Si logramos imaginar por un rato que una vereda, una calle, un colectivo, un
auto o lo que sea nos impide hacer lo que tengamos ganas de hacer, podríamos
tener de cierta idea de lo que es vivir de esa manera, un tanto o muy aislados:
“Son las limitaciones que genera el entorno que no surge desde la misma
discapacidad sino que es el entorno el que en este caso está discapacitando”
comentó Luciana al tiempo que Juan Matías dijo algo muy cierto y es que si miramos
el video de los chicos vemos once minutos de un montón de horas de falta de
accesibilidad.
Para poder concientizar hay que
partir de qué es lo que pasa” opinó Luciana y por eso hablamos con Juan.
“Los chicos de la Escuela 24 indignados de que no puede ser que la gente no se
de cuenta”, nos contó Juan Matías y entonces le preguntamos a Lucila y a Juan
Ignacio.

Pibes que son unos fenómenos
Los más grandes se corrieron un poco y dejaron el lugar de entrevistados a
los más chicos.
Juan Romero es alumno de la Escuela Especial 509, tiene 21 años y circula en
una silla de ruedas de esas que tienen motor y que se manejan con una mano
mediante una palanca. A su lado Lucila de 18 años y estudiante de la Escuela
24. Juntos a ambos está Juan Ignacio de 15 años y también alumno de la 24.
Juan Romero fue uno de los que hizo uso de la Banca 25 por el tema de la falta
de accesibilidad. “Cada vez que salgo no tengo una rampa en condiciones para
subir, siempre tenés que ir buscando subidas de garage para poder subir porque
no tenés rampas en condiciones o no están y las que están, están rotas”.
Juan habló de baldosas flojas también y si bien su silla tiene motor lo cual
puede llegar a darle cierta autonomía, las barreras igualmente le dificultan la
tarea: “Siempre hay que ir haciéndose el espacio. Ojala que con este video
podamos cambiar, con un poco de solidaridad de la gente se puede lograr”.
Lucila participa del proyecto desde hace tres años: “Nos encanta estar con
ellos, socializar con ellos, sentir su realidad de cerca, ayudarlos, tratar de
que sean autónomos sobre todo. No hacerles todo sino ayudarlos a que ellos
lleven una vida autónoma”.
Lucila y Juan Ignacio son dueños de una forma de expresarse que resulta
admirable pero más allá de eso son chicos que no andan con vueltas ni intentan
quedar bien. Lo demostró por ejemplo Juan Ignacio que reconoció que al
comienzo, cuando conocieron a los chicos con de la Escuela Especial 509, no fue
fácil pero con el tiempo todo se convirtió en algo muy lindo que hoy continúa:
“El proyecto arranca con la materia Construcción de la Ciudadanía y el profesor
nos planteó si queríamos venir a conocer la escuela, a conocer los chicos. Al
principio costaba un poco, no vamos a mentir, pero después nos empezamos a
hacer amigos de todos los chicos y es una experiencia hermosa”.
Sobre la experiencia de pasear con los chicos para ver de qué manera sufren las
barreras, Juan Ignacio nos contó: “Nosotros cuando los trasladábamos a ellos a
los diferentes sectores de la ciudad, se nos dificultaba a nosotros mismos
llevarlos a ellos. Entonces, si nos ponemos en el lugar de ellos no tienen
independencia, tienen que depender de alguien”.
Lucila agregó: “Cuando vos estás con ellos, compartís y ves cómo es su vida de
cerca, te das cuenta que tienen que cambiar muchas cosas en la sociedad para que
ellos puedan llevar una vida como todos que es lo que se merecen”.
Al igual que sus profesores y maestras, los chicos se refirieron a la necesidad
de un cambio de mentalidad: “Yo creo que la sociedad tiene que cambiar un poco
porque muchas veces se los desprecia a ellos, no se los trata como una persona
sino que se los trata como una cosa. Y yo creo que el cambio tiene que empezar
desde la sociedad y después en conjunto tratar de buscarle una solución a las
barreras arquitectónicas que hay en la ciudad” dijo Juan Ignacio mientras que
Lucila comentó: “Nosotros tratamos de concientizar desde la Banca 25, estuvo
bueno porque fueron muchos medios, tuvo una buena repercusión social y mucha
gente se dio cuenta de cosas que capaz que no se daban cuenta”.
Dicen los chicos de la Escuela 24 que aprenden mucho de compartir momentos con
los chicos de la Escuela 509: “Es venir y compartir el rato con ellos, ellos
nos enseñan a ver las cosas desde otro lado, darle una mirada diferente a las
cosas” señaló Juan Ignacio. Según Lucila: “Tienen un amor para dar terrible,
vos salís de acá con una energía hermosa o por lo menos a mi me pasa. Te
enseñan a ver todo más simple, menos complicado”.
A la vez, Juan Romero dijo de sus amigos: “Son chicos muy buenos, han ayudado
mucho, la verdad un placer compartir con ellos y que se hayan interesado tanto
en este tema sabiendo que cuesta, porque siempre al principio cuesta pero que
se hayan interesado tanto y que se hayan enganchado fue muy lindo. Compartir
salidas, con los chicos, todo eso fue hermoso, la verdad que una experiencia
muy linda. Somos casi todos amigos, se armó un grupo bárbaro”.
Intentamos disimular como Juan, Lucila y Juan Ignacio nos dejaron con la boca
abierta con varios años menos en sus espaldas. Señal de que nos falta mucho por
saber y por entender. La visita sirvió para que nos enseñen cosas, tal como
dijo el profesor Juan Matías. Y ahí seguía Enzo con una voluntad bárbara para
hacer funcionar la computadora con un dispositivo que lo mueve mediante su
mejilla y de esa manera va escribiendo lo que quiere decir. Una voz de la
computadora expresa las palabras de Enzo quien nos saludó y nos contó que él
también es parte del proyecto y del trabajo. Al igual que Enzo nos saludaron
todos y todas con una sonrisa en el rostro la cual mantienen pese a que como
sociedad les ponemos ciertas barreras.

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2014-12-18 00:00:00
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