Entre los objetivos generales de la educación están los de potenciar al máximo el desarrollo integral de las y los estudiantes, atendiendo a las diferentes dimensiones del desarrollo y su integración en la comunidad en la que está inmerso. En la búsqueda de una sociedad sin barreras, niños, niñas, adolescentes y jóvenes con discapacidad deben acceder al derecho a aprender.

Con esta premisa, la Cooperativa de Trabajo Ecomedios dialogó con la inspectora de Educación Especial, la licenciada Nuria Marcos. “Hoy por hoy la modalidad de Educación Especial adquiere un valor relevante como modalidad que enseña, por lo tanto, la revisión de los procesos de enseñanza cobran una importancia fundamental en las Escuelas Sede”, introdujo.

Esta modalidad trabaja en corresponsabilidad con los niveles Inicial, Primario y Secundario, también con Adultos, por lo tanto esto requiere de establecer acuerdos en el marco de las propuestas de inclusión. “Si bien la relación es buena, no resulta una tarea fácil, aunque sabemos que nos atraviesa la misma normativa (Res 1664/17), es necesario seguir trabajando con algunas Instituciones, sobre todo con Escuelas de Nivel Secundario, para que puedan trabajar respetando el derecho a la inclusión de nuestros estudiantes”, subrayó Marcos.

“A futuro me ilusiono con que no tengamos que hablar de inclusión como derecho, que las prácticas inclusivas formen parte de toda propuesta educativa y que todos puedan participar activamente, defendiendo su proyecto de vida en nuestra sociedad”.

Pasos necesarios

La inclusión educativa entraña una participación plena de niños, niñas, jóvenes y adultos con discapacidad en todos los niveles obligatorios del sistema educativo. “Esto implica un despliegue de estrategias e intervenciones para el acceso a los contenidos del nivel. En este sentido, Educación Especial acompaña estas trayectorias en el marco de una propuesta de inclusión”.

Las políticas públicas, y en especial las vinculadas a la educación inclusiva, orientan con claridad la promoción de la igualdad y el fortalecimiento de las trayectorias educativas de los estudiantes. “En este sentido, se explicita que la educación inclusiva parte del criterio de la existencia de que la diferencia es un valor que enriquece al colectivo social, a la comunidad y a la escuela”, explicó.

El modelo social de la discapacidad la define como un concepto que evoluciona y que resulta de la interacción entre las personas con discapacidad y las barreras debidas a la actitud y al entorno que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad en igualdad de condiciones con los demás. “Como sociedad, debemos trabajar para crear cada vez entornos más accesibles e inclusivos”, remarcó la profesional.

Autor: Redacción Ecodías