Se
realizó la primera entrega de notebooks para estudiantes universitarios con
alguna discapacidad. La iniciativa partió desde el Ministerio de Educación y
otorga computadoras adecuadas según la problemática que tenga el alumno.
El
programa PODES esconde en sus siglas “Políticas de Discapacidad para
Estudiantes Universitario”. Se trata de un programa que surgió desde la
Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) del Ministerio de Educación
nacional a través del cual se busca una mayor inclusión y accesibilidad en la
vida universitaria de todos aquellos estudiantes que tengan alguna
discapacidad. Uno de los puntos de esas políticas es la entrega a los alumnos
con discapacidad de una notebook adaptada según la problemática que le toque
afrontar.
El 24 de octubre se hizo entrega de las primeras cinco notebooks recibidas por
la Universidad Nacional del Sur y se realizó mediante un acto desarrollado en
el rectorado de Colón 80 que contó con la participación de los alumnos que
hicieron valer su derecho y de autoridades universitarias como el rector
Guillermo Crapiste y el secretario general de Bienestar Universitario, Marcelo
Peruzzi.
Según información publicada por el área de Prensa de la universidad, Crapiste
señaló la importancia de que los estudiantes hablen con sus compañeros y les
cuenten sobre este tipo de programas, así como que se sumen a grupos de trabajo
para sensibilizar a la comunidad universitaria sobre las barreras que todavía
quedan para alumnos discapacitados, tanto arquitectónicas como académicas.
Por otra parte, quienes quieran acceder a una notebook adaptada tienen tiempo
para registrarse hasta el 31 de octubre acudiendo a la Secretaría General de
Bienestar Universitario.
En el día de la entrega, EcoDias conversó con el ingeniero Peruzzi quien señaló
acerca de la iniciativa: “El Ministerio de Educación a través de la Secretaría
de Políticas Universitarias, dentro de lo que son todas sus políticas de
accesibilidad, lanza una encuesta en la cual cualquier chico, estudiante que
tiene alguna discapacidad se registra, nosotros certificamos que el estudiante
es nuestro, de la universidad y se le entrega para su uso, no es un comodato,
una notebook adaptada de acuerdo al tipo de discapacidad”.
La encuesta inicial se hizo durante 2013 y hubo un largo proceso hasta que
llegaron las notebooks “porque hay que comprarlas, el ministerio tiene que
recorrer todas las universidades para recabar toda la información, comprarlas
adaptadas entonces algunas son para ciegos otras para gente con limitaciones
físicas, se distribuyen. Afortunadamente
llegaron y entonces nosotros se las entregamos a los chicos.
Quisimos aprovechar la oportunidad para difundir esto que es una política
de Estado tendiente a la inclusión para difundir ante los chicos que se animen
a venir a la universidad, que si tienen alguna discapacidad la registren porque
el Estado los está asistiendo y les está dando en este caso una notebook y como
estamos en período de encuestas queríamos darle la difusión”.
La particularidad de estas primeras computadoras es que casi no necesitaron
adecuación “porque los tipos de discapacidades se pueden salvar digamos con una
notebook estándar. Lamentablemente no pudimos llegar a tiempo, nosotros tenemos
un par de estudiantes ciegos y esas sí vienen adaptadas con el software
especial que utilizan los ciegos. Pero en este caso no son discapacidades que
no les permitan usar la computadora casi en forma normal. Así que en el caso de
las notebooks nuestras no tienen una adaptación especial las que entregamos
ahora”.
Universidad accesible
En cuanto a la cantidad de alumnos con alguna discapacidad, no hay una
estadística concreta al respecto: “Por eso nosotros apelamos a que la gente se
registre y manifieste los problemas. Primero porque hay que tener una
estadística, segundo porque el Estado no solo tiene que eliminar barreras
geográficas o arquitectónicas, nosotros tenemos que preparar el material
académico de acuerdo a la discapacidad. Nosotros, los docentes, tenemos que
adecuar la forma en que transmitimos los conocimientos y la forma en que
evaluamos a los estudiantes de acuerdo al tipo de discapacidad que tienen. Entonces
digamos que todo esto es una invitación a que la gente venga porque a nosotros
quizá nos cueste al principio como le pasa a todo el mundo cuando se encuentra
con algo nuevo pero tenemos la responsabilidad de preparar el material para
esto”.
Como ya se dijo, los interesados tienen que comunicarse con la Secretaría
General de Bienestar Universitario para completar un formulario: “Es cierto que
por ahí las notebooks se demoraron porque en este caso tardaron como seis meses
en llegar o casi ocho meses pero llegan. Nosotros queríamos mostrar eso, que
vale la pena hacer el esfuerzo, registrarse porque el Estado va a estar
presente”.
Por otra parte y más allá de las computadoras, las universidades mismas
necesitan adecuarse para poder ser accesibles a todos. “Hay también un programa
de la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio que financian lo
que ellos denominan la construcción de circuitos mínimos accesibles” dijo
Peruzzi quien explicó que ese programa tiende a que cuando se haga una obra
nueva tenga las adecuaciones correspondientes: “Es decir, desde la rampa de
acceso en la vereda, la rampa de acceso al edificio y el baño. Entonces ellos
financian obras que son paquetes de obras y es un programa por el cual nosotros
ya hemos recibido financiamiento. En este momento estamos haciendo un ascensor
en el Departamento de Ingeniería Química que es una obra de un costo de un millón
y medio de pesos más o menos y el financiamiento viene parte de la SPU y parte
son fondos propios de la universidad”.
Peruzzi aclaró que es un programa de infraestructura aunque todavía no hay uno
respecto a la accesibilidad académica donde por ejemplo se tenga que adaptar la
bibliografía: “Se está trabajando en las comisiones del Consejo
Interuniversitario Nacional para armar algo de esto, las especificaciones de lo
que debería ser un programa de accesibilidad académica. Por ejemplo que diga
qué cosas hay que hacer en las bibliotecas, cómo preparar el material para
ciegos, en este tema hay una política pero no un programa concreto”.
Por su parte, la UNS tiene instalaciones en Palihue que sí son accesibles: “Los
edificios nuevos nosotros todos los hacemos conforme a la norma en cuanto a
salidas de emergencia, seguridad para las personas y accesibilidad. El material
académico es difícil, los edificios viejos son difíciles porque no fueron
concebidos así entonces el tema de las rampas es muy difícil”.
En Palihue, explicó, hay rampas de accesibilidad en el hall de entrada y a la
vez rampas de ingreso a las aulas. El problema, se insiste, es con los
edificios ya construidos décadas atrás: “Las dimensiones que tiene que tener
una rampa si uno no concibe el edificio de entrada para eso, la verdad que es
difícil adaptar un edificio viejo. Es costoso y a veces imposible”.
Pese a ello, dijo Peruzzi, la intención y los objetivos están puestos en la
accesibilidad: “La intención está, con este ascensor que pusimos en Ingeniería
Química completamos, todos los edificios tienen de alguna forma un circuito
mínimo accesible. Es decir, alguien que llega va a disponer de un baño y de
acceso al edificio y desplazarse por todas sus plantas sin limitaciones”.
Ahora, la cuestión está en seguir sumando en relación a las adecuaciones: “En
este momento toda la universidad es accesible, nos falta eso de empezar a que
sea accesible en todos lados. Por ejemplo, en Alem en el segundo piso no hay
baño accesible, hay que ir hasta el ascensor, bajar a la planta baja y ahí hay
un baño accesible. Es un poco así, ya llegamos al mínimo necesario, ahora hay
que empezar a agregar más obras”.
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