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Transformación de un antiguo basural
Categoría: Ecología

Quedó oficialmente inaugurado en la ciudad de Pritt, Francia, un centro deportivo sobre tierras ganadas a un antiguo depósito de basura urbana.

Hay que remontarse tres años atrás en la historia de esa localidad cuando se organizaron unas jornadas de promoción de la niñez, en contra del trabajo infantil. En aquella oportunidad un grupo de jóvenes de distintas organizaciones propuso una tarde llena de música y alegría, con diversos juegos para los más chicos. El lugar elegido para desarrollar las actividades fue el espacio lindante al antiguo basural de la ciudad, donde se levantaban numerosas casillas de chapa y madera.
Promediando la fiesta, llegaba vestido de impecable traje el director comunal de Acción Social, quien al encontrarse cara a cara con los vecinos y ver la situación de extrema necesidad -tanto desde lo habitacional cuanto lo sanitario y lo ambiental- y escuchar a los vecinos del lugar, tomó conciencia del dramatismo que significaba vivir junto a un basural. No le resultó fácil convencer a un intendente que tenía puesta la mirada de manera cotidiana en el bienestar de las clases medias de esa pequeña localidad francesa, en cuanto consideraba que esos eran los votantes que definirían su reelección. Repentinamente, el jefe comunal tomó la decisión de suspender los viajes que tenía pautados, y creó un comité de emergencia de trabajo en ese sector para el saneamiento, remediación y recuperación de las tierras donde desde hacía más de quince años los cartoneros depositaban allí la basura, al igual que los camiones de contenedores.
El comité convocó a la organización ambiental “Vie pour tous”, con experiencia en la realización de campañas de separación de residuos sólidos urbanos, con visitas domiciliarias. Y le propuso a la entidad realizar una campaña en los medios de comunicación para que los vecinos dejaran de tirar la basura en ese lugar. No fue menor la sorpresa del intendente cuando la organización ambiental decidió retirarse de la mesa del comité de emergencia, aduciendo que si no se realizaba un plan integral sólo se iban a dilapidar dineros públicos en costosas campañas mediáticas de bajo impacto.
Reconociendo que hasta ese momento sólo había recibido propuestas empresariales de diversa índole para resolver la cuestión de los residuos domiciliarios, el intendente pidió entonces que la entidad desarrollara una propuesta. Así fue como se le presentó una carpeta en la que había distintas áreas de trabajo, entre ellas, plan de separación de residuos sólidos urbanos en los edificios de propiedad horizontal, recolección diferenciada de residuos sólidos urbanos, cambios en los horarios de recolección de residuos por parte de la empresa de higiene urbana, supresión de la circulación de carros traccionados a sangre y reemplazo por carros tirados por vehículos menores o motos. De manera complementaria, se proponía desarrollar un programa de mejoramiento habitacional para las familias aledañas al basurero, así como el saneamiento, remediación y recuperación de las tierras del lugar, para destinarlas a espacios recreativos de tipo público.

Plan de trabajo
“¿Quién va a pagar la diferencia?”, fue la objeción del jefe comunal. Como todas las ciudades francesas, el área céntrica de Pritt cuenta con una densidad demográfica superior al de los demás barrios por la existencia de numerosos edificios de propiedad horizontal.
En el diagnóstico inicial presentado por “Vie pour tous”, se detectó que la mayor provisión de basura a los carros de los cartoneros se originaba en la costumbre de los trabajadores de los edificios de propiedad horizontal de sacar la basura a última hora de la tarde, en el momento previo a retirarse de sus trabajos. Esto originaba que la basura quedara en los canastos en la calle entre cinco y seis horas hasta que pasara el camión recolector, tiempo suficiente como para que los cartoneros la cargaran en sus carros.
Por ello fue necesario reunir a la Unión de Administradores de Edificios para incluirlos en la ejecución de un plan integral de residuos en la ciudad. Si bien los habitantes de los edificios no se percibían como parte del problema, la basura que generaban diariamente en su actividad familiar era el origen de los basurales no deseados de la ciudad. El siguiente paso fue reglamentar por ley que no se pudiera sacar los residuos a la calle antes de las diez de la noche.
La entidad ambientalista brindó una capacitación en lo relativo a la identificación y clasificación de residuos sólidos que se pudieran destinar al reciclado. Los trabajadores de los edificios se transformaron así en agentes de difusión de esta propuesta, con un alto acatamiento a partir de la relación personalizada que mantienen con los vecinos. En línea con esta acción educativa, se convocó a jóvenes estudiantes quienes realizaron una activa campaña domiciliaria incentivando a los vecinos a que separaran los objetos de papel, plástico y vidrio que hasta entonces se tiraban a la basura sin clasificar.
Recién cuando se advirtió un buen cumplimiento en el área céntrica, se ejecutó un aspecto central para evitar que se generaran basurales en los barrios periféricos: se prohibió la circulación de carros tirados por caballos o cualquier otro animal en el área céntrica de la ciudad, disponiéndose de controles por parte de inspectores de tránsito. Esta medida, que en otros distritos franceses se había tomado como primera y central en la erradicación de los basurales, tuvo éxito en cuanto que era complementaria de otra serie de medidas planificadas. Y progresivamente, se fueron reemplazando a los caballos de tiro -tracción a sangre- por motocargas, tal como lo reclamaban asociaciones de cuidado de animales.

De la ficción a la realidad
Este breve relato que decidimos publicar en forma de ensayo, es un plan de tratamiento de residuos sólidos urbanos que tanto Bahía Blanca como cualquiera de los distritos del sudoeste bonaerense podría ejecutar sin mayores inconvenientes, de mediar voluntad política real, no meramente discursiva como nos tienen acostumbrados algunos de nuestros gobernantes.
La existencia de basurales en algunos sectores de la periferia de la ciudad, lindantes a zonas donde viven familias con bajos ingresos económicos, es parte de la injusticia que atraviesan a nuestras sociedades, porque podrían evitarse mejorando la calidad de vida de las familias que viven en sus inmediaciones.

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2010-09-12 00:00:00
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