Varios son los factores que pueden generar contaminación sonora en una ciudad, es decir, sonidos molestos que producen efectos nocivos y que están relacionados con actividades como la industria, obras de construcción o el transporte.
En este sentido, hay grupos de sonidos que, si exceden ciertos límites establecidos, se convierten en causantes de daños para la calidad de vida. Uno de estos ruidos tiene que ver con el producido por los caños de escape de los vehículos.
Estudios realizados en distintas localidades de la provincia de Buenos Aires establecen que un importante porcentaje del parque automotor sobrepasa el límite de 89 decibeles establecidos para vehículos de menos de 3500 kilos.
De todos modos, este dato no es concluyente de que por esta razón las personas vayan a tener problemas auditivos porque para eso habría que realizar mediciones en lugares donde pasan normalmente las personas y ver si el nivel sonoro sobrepasa el límite durante un cierto tiempo establecido de manera sostenida. Esto es lo que señala el ingeniero Gustavo Grossi, del Departamento de Saneamiento Ambiental municipal: Supongamos que se establezca que en un punto donde pasa gente el nivel sonoro en ocho horas pasa los 90 decibeles, entonces tal vez eso sí concluiría que puede afectar. Pero hasta no tener ese valor ,lo de los autos no es concluyente.
Lo que se hace
En la gestión de Alicia Álvarez al frente de la Subsecretaría de Gestión Ambiental, los estudios se realizaban como una forma de prevenir la posible contaminación sonora. Las mediciones realizadas por Saneamiento Ambiental, a través de una técnica incluida en normas IRAM que evalúa el ruido del automotor, en mediciones preliminares aparentemente daban valores superiores a lo establecido.
La forma de medición se realiza junto a la Verificación Técnica Vehicular. Esta última para prevenir contaminación gaseosa por parte de los escapes y desde Saneamiento Ambiental para prevenir contaminación sonora: El vehículo detenido con el motor en marcha hace que eleve sus revoluciones dependiendo del número y se nivela en forma brusca el acelerador. En ese momento se mide el nivel máximo que en automotores menores a 3500 kilos no debería pasar los 89 decibeles. En mayores a ese peso se aplica hasta 95 decibeles, relata Grossi.
En Bahía Blanca los automotores evaluados en los últimos tiempos corresponden al grupo de los menores a 3500 kilos. Una estimación dice que más de la mitad de los vehículos inspeccionados estarían en falta, lo cual habla del actual ruido ambiente, en especial en determinados puntos de la ciudad de mucho tránsito: Habría que ver también el tema de colectivos, camiones y de un montón de actividades que contribuyen a lo que es el ruido urbano. Ya se han hecho mediciones en seis puntos de la ciudad de las cuales se obtuvieron conclusiones y se hizo el informe correspondiente en donde se nota que hay un aumento en lo que es el nivel sonoro deseable, siempre hay un poco más de lo que sería el ideal.
No hay sanción
Las mediciones sólo se realizan de manera preventiva, esto quiere decir que el auto cuyo caño de escape exceda los 89 decibeles puede seguir circulando de igual manera ya que no cabe ningún tipo de sanción.
Por otro lado, es común escuchar el alto ruido de los escapes de las motos, los cuales son tocados para generar más potencia al rodado. Esto -según Grossi- es erróneo: Prácticamente no gana nada de potencia y el sonido aumenta mucho nada más que con modificar lo que originalmente viene de fábrica. Los autos tuneados también forman parte del grupo que sobrepasa los límites establecidos: Están los autos normales que el escape está defectuoso o los autos que ya de por sí tocan el sistema de escape a propósito para que suene más.
Ordenanza acerca de los escapes
Las maneras de solucionar el problema serían sencillas porque ante escapes defectuosos que generan ruidos molestos sólo hay que exigir que se lo ponga en condiciones. Igualmente hasta el momento se toman únicamente medidas preventivas y de evaluación, como lo marca la ordenanza, aunque los datos son para comenzar a preocuparse: La ordenanza 9972 adopta el método de determinación y de evaluación de sonidos de escapes que lo copia de una norma IRAM específica para eso.
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