Organizado por la Agrupación de Floricultura y Jardinería, se llevó a cabo en el Rosedal un taller de plantas aromáticas y medicinales, y estuvo a cargo de la técnica universitaria forestal, Natalia Santecchia. La jornada se resumió en tres horas de capacitación sobre las diversas especies, sus propiedades, cómo multiplicarlas y los usos diferentes que les pueden dar.

En diálogo con la Cooperativa de Trabajo Ecomedios la profesional comentó que sus elecciones estuvieron en el romero, la lavanda, menta, salvia, curry, kumel, cedrón, tomillo, mostaza, fenogreco, coriandro, cardamomo y amapola. También informó cómo se cultivan dichas especies, la forma de multiplicación, dado que algunas pueden hacerlo por esquejes o a través de la siembra y los usos de las plantas.

Explicó que algunos usos pueden darse en el ámbito de la gastronomía, otras plantas pueden ser, simplemente, aromáticas. Rescató sus aspectos medicinales: “Esto significa que tiene principios activos, al igual que los medicamentos, y estos principios tienen distintas funciones de acuerdo a la planta”. Amplió los conocimientos vinculados al secado de las plantas, qué partes se utilizan, qué se debe hacer para no perder las propiedades ni el aroma y su respectivo almacenamiento.

Utilidades y disfrutes

La elección de dichas especies tuvo que ver con que algunas de ellas son clásicas, como el romero, la lavanda, el tomillo, que se utilizan en la gastronomía, tiene muchas propiedades medicinales y es un clásico de los jardines. Luego las demás especies como el coriandro, cedrón, cardamomo, no son tan conocidas pero se están utilizando cada vez más. “Por ejemplo, el cedrón es una especie nativa, está incorporada a la Farmacopea Nacional Argentina, cultivada en muchos países del mundo”.

Sumó al fenogreco, “que se está empezando a conocer ahora pero es una especie muy antigua que lo utilizaban los egipcios para embalsamar, se trata de rescatar los saberes ancestrales y milenarios que se han ido perdiendo”.

El taller fue teórico práctico y comenzó con una introducción para reconocer los intereses de las personas asistentes, y luego se fue de lleno con las manos a la tierra, involucrándose con las plantas. “Se da mucha interacción”, comentó la ingeniera. Se entregaron apuntes con información clave del taller, y además, pudieron llevarse vasitos con esquejes que realizaron allí mismo. Un porcentaje del taller fue destinado al mantenimiento y obras en el Rosedal. “Agradezco a la agrupación por el espacio y la excelente predisposición”, cerró Santecchia.

Autor: Redacción Ecodías