En las últimas jornadas municipales medioambientales, desarrolladas en junio pasado en instalaciones de la Universidad Nacional del Sur, se presentó una disertación que hoy, debido a la grave crisis de agua que vivimos, merece ser tenida en cuenta. Para poner en práctica conceptos necesarios.

Cuando el vecino o la vecina abre la canilla de la cocina y no sale agua, o bien sale pero no de calidad, nunca podría vincular esta deficiencia con términos tales como “gobernanza”. Justamente “Gobernanza del agua” se llamó la conferencia que brindó el doctor en Geografía Roberto Bustos Cara en las jornadas medioambientales que anualmente organiza la Municipalidad de Bahía Blanca.
Es de destacar que el problema del agua no se acaba sólo en una cuestión técnica: puede ser que el Dique Paso de las Piedras se quede sin agua y se vean afectados los distritos de Bahía Blanca y de Coronel Rosales; puede ser que el agua de Villarino o Tres Arroyos presente altos índices de minerales o de arsénico; puede ser que ABSA haya tenido una mala gestión del agua desde que asumió la prestación del servicio; puede ser que los municipios consideren que el agua no es de su competencia y convoquen tardíamente a algunos sectores cuando el problema del no-agua les llega al cuello. En este siglo XXI la problemática del agua, tratada en estas páginas desde hace varios años, muestra su complejidad en diversas cuestiones que son objeto de preocupación y análisis de un conjunto de disciplinas del campo técnico y de las ciencias sociales.
En este último ámbito surgen conceptos como “gobernanza” y “gobernabilidad”.
El doctor Bustos Cara le explicó a EcoDias que dichas palabras “tienen que ver con la coherencia de las instituciones públicas y privadas y también de lo que llamamos acción colectiva en el encuentro de un equilibrio en torno a la gestión del recurso que, como otro recurso natural, es de alguna manera sensible a la falta de coherencia y articulación”. Cuando Bustos Cara habla de la “acción colectiva” alude a que nos atañe a todos, población incluida, es decir nuestra responsabilidad como ciudadanos en cuanto a la gestión y utilización del agua.

Coordinación de las partes
Existe una diferencia entre gobernanza y gobernabilidad, ya que el primero es un término que se ha utilizado fundamentalmente y de manera inicial en la economía extendiéndose luego a todas aquellas disciplinas que tienen que ver con la gestión: “Implica la coordinación, en el caso de la economía, entre empresas, coordinación interempresarial que permitía adaptarse a las condiciones variables de un mercado. Se descubría que en ciertas zonas que progresaban más rápidamente, esta articulación entre empresas era fluida y capaz de coordinar respuestas conjuntas aun manteniendo su individualidad frente a un cambio en el mercado”.
Si trasladamos este concepto a la temática del agua, nos encontramos con la necesidad de coordinación entre sectores públicos, privados y la ciudadanía en la gestión y administración del recurso, con el desarrollo de la capacidad de coordinar respuestas frente a una situación como la actual. Y la reflexión y la autocrítica alcanzan a todos los actores, con las cartas sobre la mesa, de si han sido consecuentes con este concepto de la gobernanza: “Eso se fue trasladando a otro tipo de situación, lo hicieron los organismos internacionales y también el área de conservación de la naturaleza. En este caso de gestión de recursos, fue interpretado como una coordinación entre la acción pública, la privada y la acción colectiva. Una coordinación que implica sistemas de regulación, tener en cuenta un sistema complejo”.
Esta ejecución pone entonces las bases de una buena gobernabilidad, dice Bustos Cara. La gobernabilidad sería la puesta en marcha: si hay una buena gobernanza es más fácil generar un proceso de buena gobernabilidad, ya que “la gobernabilidad es el hecho mismo que un sistema tiene de ser gestionado sin conflictos o con el menor conflicto posible”.

Bahía y su falta de gobernabilidad
Bustos Cara insiste en que no sólo el sector público tiene responsabilidad sobre un recurso como el agua sino también el privado. Y a la hora de acordar estrategias, aparece la acción colectiva: el conjunto de la población, todos aquellos ciudadanos involucrados en el tema. “Esto implica una acción organizada que regule la relación entre el privado y el público, que lo controle”.
EcoDias le pidió a Bustos Cara trasladar estos conceptos a la situación local que se vive en Bahía Blanca y en Coronel Rosales. Es evidente la falta de gobernabilidad como consecuencia de una ausencia de gobernanza: “Hay una falta de acuerdo claro, falta de circulación de la información adecuadamente, hay una falta de gobernabilidad que es evidente. Los propios organismos de regulación no están lo suficientemente aceitados como para poder prever, y se trata de previsión. Si uno analiza el sector público o su relación con el privado ve cómo en los últimos años -con los manejos primero públicos, luego privados, luego mixtos-, lo que ocurrió fue que no hubo continuidad en las políticas fundamentalmente que permitieran llegar a esta situación sin problemas”.
Y en esto la población tampoco queda exenta ya que el mal uso y abuso del recurso también forma parte de esa falta de acuerdo: “La acción colectiva tiene varias cosas. Primero genera los conflictos ante la falta de respuestas a la problemática. Una reacción en conjunto que demanda al sector público o privado la solución del problema, demanda formas de participación, participación que podemos pensarla desde la demanda, de la exigencia”.

Puntos básicos de una buena gestión
Bustos Cara trabaja junto a otros profesionales técnicos y del área social en un proyecto interdisciplinario llamado “Gobernanza del agua, una perspectiva necesaria para la gestión integrada de los recursos hídricos”. El trabajo corresponde al grupo de estudio de Ingeniería Ambiental de la Universidad Tecnológica Nacional Facultad Regional Bahía Blanca y algunos grupos de la Universidad Nacional del Sur. Como proyecto interdisciplinario responde a una filosofía de gestión de recursos que se ha desarrollado en otros lugares: “Trata de organizar diferentes problemáticas en torno a este problema de la gobernanza del agua, tanto desde el punto de vista técnico como del social u otro tipo de cosas que aparecen en torno al agua. Esto no es sólo por la emergencia circunstancial en la que vivimos sino porque se intenta armar un lugar de reflexión y debate en torno a ello. Es la perspectiva académica de la universidad”.
Hemos hablado de lo que tendría que regir la perspectiva política, es decir la gobernanza, un acuerdo entre las partes para luego poner en práctica un plan de gestión, una gobernabilidad. Brindando una síntesis sobre los puntos básicos para una buena gestión, Bustos Cara contestó que “tiene que haber una coordinación, y fluidez en la información. Respecto al propio recurso tienen que asociarse claramente los conocimientos técnicos específicos de este recurso pero también debe generarse un marco normativo institucional adecuado. Y tiene que fluir en ese sistema la información que debe ser accesible, de manera que tanto los sectores públicos como privados como las organizaciones no gubernamentales colectivas, puedan responder”.