Un puma degollado, restos de un guanaco, numerosos
lobos marinos muertos. En la reserva están pasando cosas raras y la
preocupación por la falta de controles crece día a día.
Días atrás la Reserva Natural
amaneció con un panorama escalofriante.
Animales que viven en esa área protegida pero que en realidad no lo es tanto
aparecieron muertos a causa de la mano del hombre. El hecho salio a la luz y
consigo la falta de controles que le corresponden al Organismo para el Desarrollo
Sostenible (OPDS) ya que se trata de una reserva provincial.
La Fundación Aquamarina denunció estos hechos y EcoDias habló con uno de sus
representantes, Guillermo Fidalgo quien primero realizó la denuncia como
periodista y luego recibió el apoyo de la fundación: “Teníamos el dato de un
animal que había muerto o se encontró la cabeza y las patas que es un chulengo
que es el nombre de la cría del guanaco y después un puma, muy cerca, sin
cabeza. Entonces la preocupación era que en un área protegida habíamos
encontrado animales que en teoría no pueden ser muertos. Uno de ellos para
consumo por ejemplo un guanaco, y después el puma alguna hipótesis señala que
el animal apareció muerto, flotando y que alguien se llevó la cabeza pero la
cabeza es un trofeo de caza deportiva”.
Más tarde reciben la información sobre una matanza de lobos marinos. Alrededor
de quince fueron encontrados en la Punta Lobos, una isla que se encuentra enfrente
de donde aparecieron los otros animales “la Isla Trinidad y que
es un lugar de asentamiento histórico de lobos marinos. Es un animal que tiene un problema importante en el
impacto en las redes de pesca, lo que no podemos es achacarle a los pescadores
porque pudo haber sido cualquiera que fue a divertirse matando animales que en
alguna época acá también hubo.
Lo
cierto es que fueron guardaparques, veterinarios y gente del OPDS, constataron
que los animales fueron todos muertos por bala, algunos dicen que a algunos
animales se los mató en la tierra y a otros en el mar. Los que murieron en el
mar obviamente no vamos a saber nunca la cantidad”.
A partir de allí se hizo un informe que viajo a La Plata y hasta el día de hoy
no se sabe qué hizo la autoridad del OPDS con eso: “No hay respuesta, no lo
difundieron, no dijeron lo que había sucedido, las versiones dicen que lo
estuvieron tapando y lo que nosotros pretendemos primero que se trabaje de
alguna manera en la concientización de que es un área protegida, de que hay
animales que no hay que atacarlos, no hay que matarlos, no hay que tener ningún
tipo de impacto”.
Por otra parte, Fidalgo señaló las carencias que sufren los guardaparques para
poder desarrollar su labor: “Tienen un gomón que a veces no tiene combustible,
los puestos en las islas si es que hay puestos no están adaptados para que
puedan pernoctar, o sea el que tiene que controlar no puede controlar porque el
Estado no le está dando los recursos apropiados”.
Matar por matar
Si bien se habla de caza deportiva, mucho de lo que ocurrió allí se lo
puede calificar como asesinato. Informó Fidalgo que alrededor de Bahía Blanca
hay lugares en donde uno se encuentra con animales en serio riesgo de extinción
como un gato montés, gato del pajonal, que a veces se los caza para quitarles
la piel y otras para venderlos como mascota: “No sería extraño que suceda lo
mismo en un área casi desprotegida por más que sea protegida como es la reserva
donde pueden ir a capturar animales. El que fue y cazó un guanaco para comerse
un asado de guanaco primero tiene una embarcación, no cualquiera la dispone, y
segundo además de ir con un arma de fuego lo cual está prohibido por ley, fue y
mató por matar. Aprovechó una oportunidad, vio el animal cerca y lo mató. Es
difícil decir que fueron a hacer una caza deportiva pero que lo hacen, lo
hacen”.
Volviendo a la cuestión de las responsabilidades por los controles, los mismos
recaen sobre el OPDS “porque es una reserva provincial, la reserva de usos
Múltiples Bahía Blanca, Bahía Falsa, Bahía Verde es un área que muchos de
nosotros utilizamos, se pesca artesanalmente, se pesca deportivamente, se sale
para Safari fotográfico, se sale por trabajos de investigación, se sale a
pasear pero no todo el mundo. Entonces los que van disfrutan mucho pero alguno
que otro aprovecha estas oportunidades”.
La reserva cuenta con aproximadamente 300 mil hectáreas, dos guardaparques del
OPDS y una contratada de manera precaria: “No tienen elementos suficientes para
ir a trabajar, el combustible a veces no lo tienen, el gomón es medio chico, se
les está buscando una embarcación más importante, no todas las islas tienen
puesto pero los que hay no tienen lo básico. Es complicado el tema del agua, no
hay a veces electricidad, los techos se llueven, entonces cómo hacés para
controlar. El municipio de Punta Alta se había comprometido a hacer un contrato
para tener tres guardaparques más a cargo de ellos pero dependiendo también del
OPDS y aún todavía no ha pasado nada, no se concretó cuando hay tres municipios
involucrados, Punta Alta, Bahía Blanca y Villarino. Me parece que todavía le
falta al OPDS haber dado un paso más específicamente en la reserva de Bahía
Blanca”.
Un ejemplo de las falencias es que en el Safari del Tiburón se controla que se
devuelvan los ejemplares al agua. Sin embargo “Si yo hoy me embarco y quiero
agarrar la dentadura de un tiburón, voy pesco, nadie me controla de que yo mato
un animal, le saque la dentadura y me la traiga. Ese tipo de falta de control
depende del OPDS, que no lo están haciendo”.
Consultado respecto a qué se va a hacer de aquí en más, Fidalgo concluyó: “Nos
prometieron, autoridades de La
Plata, que iban a hacer algo con ese informe que elevó el
personal de la Reserva
de acá de Bahía Blanca, consideramos un tiempo prudencial para ver si hay algún
tipo de respuesta y si no volveremos a poner sobre la opinión pública todo lo
que se está haciendo mal en cuanto a los animales que están matándose. Nosotros
trabajamos mucho con el OPDS, trabajamos mucho con los pescadores artesanales,
sabemos que hay un conflicto de intereses, por ejemplo, con los lobos marinos
pero necesitamos que se haga algo. No es matar los animales por matar ni
tampoco prohibirle al pescador que se acerque. Entonces es complicada la
relación pero si lo escondemos nunca vamos a solucionar el problema”.
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