Se
convirtió en los últimos años una ofensiva por parte de inversores extranjeros
y sojeros de Monsanto.
De mayor a menor. 56 millones de hectáreas pasaron en el mundo a sus manos. Por
caso, en Paraguay el 85 por ciento de las tierras está en manos de apenas un 4
o 5 por ciento de terratenientes y empresas extranjeras.
Se desplazó a los campesinos pobres y se cultivan 500 mil hectáreas de soja.
En la Argentina, unas 40 millones de hectáreas fueron adquiridas por
terratenientes y capitales extranjeros, se desplazó al trigo y se siembra con
soja.
En Etiopia las empresas extranjeras acaparan tierras donde viven miles de
personas a quienes las desalojan, pagan al estado 1 dólar por hectárea al año.
En Indonesia pasa otro tanto.
Nuestra America, salvo Cuba, en todos los países la apropiación de las tierras
acontece sin que los gobiernos neoliberales de extracción burguesa hayan hecho
algo para evitarlo.
La erradicación de la pobreza no puede venir si no se aseguran a los pueblos
condiciones de vida digna, comenzando con la devolución de las tierras a los
pueblos originarios, y campesinos de Caribe y Centroamérica.
Según dijo Buzzi, ex presidente de la Federación Agraria Argentina, el
campesino pobre y hasta el medio desapareció en la Argentina.
La Reforma Agraria de 1910 se hizo al revés, pocos se quedaron con todo.
Se celebró hace pocos días la fiesta tradicional que se hace en mi pueblo natal
que fue “Capital del ajo”, de casi mil quinteros que había si quedan 10 es
mucho… Celebran la fiesta del ajo, pero sin ajo.
Bolivia -a mi entender- es el único país de América donde de la mano y con Evo
el pueblo boliviano va recuperando las tierras que pasa a los campesinos
pobres.
No puedes comprar el aire, no puedes comprar el viento, no puede comprar el
sol, no puedes comprar la tierra ni a quienes viven y la trabajan humildemente.