La iniciativa surgió a partir de una experiencia personal, la doctora Sandra D’Amico Carro, es mamá de un varón trans. «Todo comenzó hace seis o siete años, cuando fuimos viviendo todo como familia y con mucha incertidumbre, con un gran sufrimiento por parte de él, lo que aguantó, porque no sabíamos qué pasaba, hasta que pudo finalmente expresarlo, y empezamos a recorrer el camino de su transición», relató.

Esta experiencia la llevó a interiorizarse sobre este tema, porque a pesar de ser médica, aseguró que “desconocía un montón de cosas, como la Ley (N° 26.743 de Identidad de Género), los derechos de todo este grupo de personas». Impulsada por toda la formación que realizó, hace dos años y medio presentó un proyecto en el Hospital Municipal de Agudos Dr. Leónidas Lucero para armar un consultorio de Diversidad de Género y fue aceptado. “En enero del año que viene van a ser dos años. Comencé haciéndolo en niñes y adolescentes, y con el tiempo también se fueron acercando adultos», detalló.

“El acompañar se manifiesta en lo que hacemos, que es brindarles herramientas para que puedan hacer esa transición desde la niñez, que quizás es con un cambio de vestimenta, un corte de cabello y eso les hace sentir mejor, y les da fuerzas para afrontar su transición”, ejemplificó. Un factor importante y que a veces puede ser más fácil y otras no tanto, es el sentir y estar de la familia en el proceso.

“Antes no lo pensaba, y en la medida que empecé a trabajar con esto, es tremenda la cantidad de personas que se acercan, a veces no se acerca la persona, sino la familia, para asesorarse sobre cómo actuar”, afirmó.

La profesional opinó que las consultas aumentan porque las personas están más abiertas a ser escuchadas, a informarse, a entender qué significa ser cis (persona cuya identidad de género y sexo asignado al nacer son coincidentes) y lo que significa ser trans (persona que no se siente identifica con el sexo asignado al nacer). “Es un trabajito de hormiga para tratar de definir ciertas situaciones y que la gente entienda lo que sucede, que no es una enfermedad, que es algo absolutamente natural”.

Actualmente acompañan alrededor de 100 personas que tienen entre cinco a 50 años. “Se está empezando a hablar sobre el tema, a escuchar, las escuelas están empezando a poner interés en saber cómo manejarse en estas situaciones, hay que modificar un montón de cuestiones socioculturales basadas en las heteronormativas, no es fácil, pero de a poquito vamos notando que hay ciertos cambios, una apertura de la mente y algunos logran modificar ciertas situaciones en ámbitos escolares, hospitalarios y clubes”, reflexionó.

Equipo

Desde sus comienzos, la especialista consideró importante formar un equipo multidisciplinario, por lo que mientras atendía en su consultorio, se fue contactando con diferentes profesionales de las áreas como adolescencia, salud mental, trabajo social, pediatría, clínica, infectología, urología y ginecología. “Especialidades que son necesarias para hacer un tratamiento de salud integral de los pacientes”, reafirmó.

En la actualidad son alrededor de diez personas, dentro y fuera del hospital y para el año que viene proyectan la realización de talleres para la población infantil, adolescente y para las familias.

Uno de los objetivos principales es que puedan acercarse a algún lugar para tener acompañamiento y asesoramiento. “Justamente evitar todas esas consecuencias que llevaban al abandono de escuela o irse de la casa, a causa de no poder hablar, el no poder visibilizarse o expresarse, por eso también hacemos la contención a la familia”.

«En el hospital hay un lugar donde no van a tener trabas, sólo se necesita pedir el turno, no se necesita una derivación clínica», alentó.

Aliviar el sufrimiento

“Es importante evitar la discriminación, las autolesiones, los intentos de autoeliminación, los estados depresivos, de angustia y ataques de pánico, que esas sí son patologías”, aseveró la especialista.

“Lo que se intenta es rescatar a estas personas de esas posibles patologías, acompañarlas, asesorarlas, contenerlos, apoyarlos, no juzgarlos, respetando sus derechos y sus ideas. No significa que porque soy endocrinóloga, tengan que acercarse porque quieren un tratamiento hormonal. No todas las personas trans quieren hormonizarse”, sentenció.

En estos casi dos años de consultoría, reconoció la sorpresa de la cantidad de personas adultas que se acercaron para buscar asesoría. “Es realmente triste y angustiante escuchar sus historias, porque la realidad es que la autopercepción en la gran mayoría de los casos, y esto no es de ahora, comienza alrededor de los tres años. Personas de más de 40 años, ante la consulta de cuando comenzaron con esto, se remontan a esa edad”, reveló.

Para abrirse camino con la comunidad trans, desde el equipo, tuvieron un mayor contacto con Furias Ferias, hay otros grupos en la ciudad pero todavía no tienen ninguna articulación. En general, las personas que acompañan llegaron directamente al consultorio de Diversidad de Género.

La profesional creó una cuenta en la red social Instagram (@espaciodiversidades.bb) para contribuir con la difusión y quien lo necesite sepa que tiene un lugar donde recurrir, “hay una necesidad a nivel social de saber más sobre esto, que estas personas existen y tienen los mismos derechos que cualquier otra”.

La doctora D’Amico Carro, aparte del consultorio de diversidad de género, continúa con su trabajo en forma particular en los consultorios Kai (Dorrego 172).

Autor: Redacción Ecodías