Se realizaron las Primeras Jornadas de Arte y
Memoria tituladas “12 de Septiembre”, en conmemoración de la sentencia a los
represores en Bahía Blanca.

La lucha por los derechos humanos, la memoria, la verdad y la justicia no
terminan con un juicio o una sentencia condenatoria. No son pocas las personas
en Bahía Blanca que no veían la hora que el juicio a los represores termine
para que no se nombren más conceptos como derechos humanos o dictadura. Pero no
es así, porque si bien eso sirvió y sirve para la reconstrucción como sociedad
y para no repetir hechos del pasado mejorando el presente y el futuro, la lucha
por los derechos humanos debe continuar día a día para reafirmarnos,
justamente, como sociedad.
Por eso es que las Primeras Jornadas de Arte y Memoria vinieron muy bien,
porque allí se recordó lo que pasó en la dictadura pero también se vieron
involucradas personas que reclaman por sus derechos humanos de hoy como son los
pacientes del Hospital de Día del Servicio de Salud Mental del Hospital Penna.
Fueron jornadas que se desarrollaron el 16 y 17 de noviembre en la
municipalidad y que se denominaron “12 de Septiembre” en conmemoración del día
de la sentencia del juicio por la causa V Cuerpo de Ejército.
Jornadas en las que se pudieron ver cortometrajes, obras de teatro, escuchar
monólogos, poesía y participar de un debate. Y jornadas en donde hubo una
muestra abierta en la que los pacientes del Hospital de Día fueron los
protagonistas. Ellos recordaron a través del arte lo que pasó pero también se
pudo notar lo que les pasa.
Marcela Arzuaga, es licenciada en Trabajo Social (Mat. Prov. 4466) y jefa del
Hospital de Día. En dialogo con EcoDias relató la experiencia recientemente
vivida: “A nosotros nos convocaron porque saben que estamos trabajando desde
algún lugar relacionado a la cuestión de derechos humanos desde el Hospital de
Día y se nos convocó específicamente desde el Taller de Pintura del Hospital de
Día para presentar una obra que tuviera que ver con la memoria, que se
trabajara desde la integración y que fuera preparada para esta jornada.
Nosotros trabajamos con algo que tiene que ver con la mirada integrando el
trabajo de los pacientes que participan del Taller de Pintura conjuntamente con
el grupo de fotografía de Gira Vida de niños, y trabajamos desde el concepto de
la mirada y la presencia y la ausencia. Con la idea de marcar fundamentalmente
esto de nunca más mirar para otro lado que es en realidad el título de la
obra”.
En ese sentido y hablando también de cómo se ha abordado la salud mental
históricamente, manifestó: “En realidad nosotros de alguna manera lo que
pensamos es que las modalidades asistenciales que tienen que ver con lo
manicomial fundamentalmente, es una aberración que el Estado, como siempre en
temas de derechos humanos, ha hecho en su momento, sosteniendo este tipo de
propuestas asistenciales. Entonces para nosotros trabajar desde el Hospital de
Día en el planteo de nunca más mirar para otro lado respecto a este tipo de
prácticas y respecto a esto que tiene que ver con la memoria, nos parecía
significativo a la hora de pensar en una obra para este evento”.
Arzuaga señaló que la participación de los pacientes en la composición de la
obra artística, fue totalmente voluntaria: “La temática en realidad fue
trabajada con ellos desde lo conceptual pero esta relación respecto a un Estado
que mira o un Estado que desvía la mirada y a nosotros como sociedad corriendo
la mirada, es algo que nos está atravesando en todas las prácticas, la podemos
ver desde esto entonces su asistencia y su participación en esta obra fue
absolutamente voluntaria y obvio que todos los que participaron querían
hacerlo”.

Sentirse parte
Arzuaga contó que, como la obra cumplía con todos los requisitos que se
planteaban, ganaron el premio Integración “y supongo que la gente habrá dado su
opinión también porque era impactante la cantidad de fotografías, la jugada
entre presencias y ausencias y la posibilidad, que es hacia donde nosotros
apostamos desde el arte en esta cuestión de la salud mental, de intercambiar
con la gente, con la comunidad, esta posición de un modelo de asistencia que
tome en cuenta los derechos humanos de las personas. Por eso asistieron también
usuarios a la muestra, esto es lo que nosotros trabajamos y fueron ellos
fundamentalmente los que explicaban estas posiciones”.
Este tipo de eventos permite, concluyó, crear puentes donde había muros “y es
ahí donde vemos en la práctica aquello conceptual que entendemos y creemos que
es trabajar desde la disminución del estigma, desde la inclusión, desde la
posibilidad de restituir el vínculo social. Que un síntoma de una patología no
condene”.
Arzuaga destacó el trabajo de la artista Betiana Gerardi, coordinadora del
Taller de Pintura del Hospital de Día.
Gerardi también dialogó con EcoDias: “Nos invitaron desde Derechos Humanos de la Municipalidad a
participar con alguna obra artística así que conversamos con los pacientes y
siempre estábamos con la idea de trabajar con el taller Gira Vida así que se
nos ocurrió la idea de hacer esto como mirarnos a un espejo, como un
enfrentamiento entre un rostro y el otro”.
Gerardi afirmo que la obra no solo tiene que ver con lo ocurrido en la
dictadura sino también con los pacientes mismos, con su ubicación y con su
patología en el mundo: “Es una forma de representar lo que estaba pasando en
relación con lo que ellos están viviendo actualmente porque es una marginación
lo que ellos viven a veces. Esto era una suma del nunca más en cada una de las
cosas que va pasando en la vida, en este caso el nunca más en lo que ellos
están viviendo actualmente”.
Los pacientes, agregó, se divirtieron mucho tanto en el proceso como en el
poder participar con otros: “Fue una parte muy divertida del proceso y después
en el sentarnos a ver cómo se diagramaba, ellos saben muy bien lo que pasó y lo
saben analizar muy bien, mejor a veces que personas sin patología”.
La llegada al público fue muy buena, describió, ya que la obra toma la temática
de una forma más artística que dura: “Más allá de que se está mostrando algo
duro y una crítica social, la imagen tenía mucho color entonces eso también
acercaba al público y lo que más me llamó la atención es la postura de los
pacientes y de los chicos de Gira Vida. O sea entrar por primera vez a la
municipalidad que nunca la habían pisado y el sentirse parte de algo, eso fue
lo que más me sorprendió. Ver realmente que había mucha más gente trabajando
con esa temática, ver las obras de las otras personas y el sentirse parte de
algo”.
Por todas estas razones es que los resultados fueron más que positivos: “Todo
lo que tenga que ver con ellos, que puedan participar y que puedan formar parte
de algo, para mi ya es un logro”.