En el panel expusieron las referentes de Hijas e Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (H.I.J.O.S) Bahía Blanca, encabezadas por Alejandra Santucho. El eje de la conversación fue el trabajo presentado el año pasado en el Centro Cultural Haroldo Conti: «Infancias Invisibilizadas: Niños y niñas como parte del plan represivo del Terrorismo de Estado en Megacausa Zona 5 de Bahia Blanca».

El inicio del evento estuvo acompañado por música de artistas nacionales referidas a la dictadura cívico militar que se desarrolló desde el año 1976 a 1983. También se expusieron imágenes de la muestra “Fotografías” de Luis Ángel Salomón y la lectura de “Testimonios, fragmentos de una historia bahiense” de Carlos Guisti.

La referente de H.I.J.O.S, Alejandra Santucho, contó: “Somos parte de esta agrupación de defensa de los Derechos Humanos que está en todo el país, y que nos reúne a hijos e hijas de desaparecidos durante la última dictadura”.

“Además de militar en la organización, ser hija de desaparecidos nos ha atravesado desde nuestro nacimiento, o por lo menos desde 1976. Fuimos parte de las familias violentadas y desaparecidas. En los años 80, cuando llega la democracia, somos nosotras quienes acompañábamos a nuestros abuelos y abuelas en la búsqueda de nuestros padres, madres y hermanos. En los 90 nos conformamos como agrupación, a encontrarnos con más gente, y a ver que nuestras historias se repetían, que muchos habíamos atravesado por muchos silencios, por cambios de identidad”, enumeró.

A partir de 2005, las y los integrantes de la organización participan como querellantes en los Juicios de Lesa Humanidad que se llevan adelante. En Bahía Blanca, actualmente, se está desarrollando el 8º Juicio por la Megacausa Zona 5 por crímenes en el V Cuerpo de Ejército.

“Eso nos da un cúmulo de escucha y de experiencia que tiene que ver con las víctimas, con lo que ahí se habla, con el proceso que fue cambiando de cuando empezaron los Juicios hasta el día de hoy”, afirmó Santucho, y puntualizó que “en este tema somos, desde el primer momento, víctimas”.

En primera persona

Sobre la necesidad de plantear en formato académico la investigación sobre la invisibilización de las infancias, ya sea por haber estado expuestas a los Centros Clandestinos como por haber sido testigo de los secuestros de sus padres o madres, explicó: “Nos acotamos a este último Juicio. Allí hicimos una sistematización, pudimos constatar la cantidad de hijos e hijas que declararon, cuántos estaban presentes al momento del secuestro de sus padres. Hicimos una cuestión sistemática, numérica, de porcentaje, de todo lo que los trabajos académicos requieren, y todos los testimonios que constan en el poder judicial”.

En el informe también se recopilan las experiencias de hijos e hijas, como testimonio de los hechos que dejaron una marca en sus vidas. Esto se debe a que, durante un Juicio en 2010, una mujer que fue secuestrada con su pareja y su bebé de un año y cuatro meses, y llevada al Centro Clandestino La Escuelita, se presentó en el estrado. Sin embargo, su hija, que también estaba presente, no fue considerada una víctima y solo estaba de acompañante.

“Cuando sucedió este caso, nos impactó mucho. Era algo muy burdo. Cuando preguntamos por qué, nos dijeron que no había una lógica. Eso nos llevó a tomar la decisión de que lo teníamos que cambiar. Y el primer paso era visibilizarlo”, afirmó.

En esa línea, explicó: “Muchos de nosotros, después de los ataques, fuimos abandonados. No nos cabe dudas de que fuimos parte de esos secuestros, de esos ataques, y que somos y fuimos víctimas. Sabemos que no todo pasa dentro de las cuatro paredes de la Justicia. Es importante, pero no es lo único. Escribir este trabajo nos parece que es darle batalla en otro ámbito”.

Fuente: Audiovisuales UNS