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Miradas tristes
Dos niños, uno de 8 y otro de 9 años, luchan en una jaula frente un grupo de adultos, que pagaron una entrada para verlos en un club social inglés.
Categoría: Derechos Humanos

Dos
niños, uno de 8 y otro de 9 años, luchan en una jaula frente un grupo de
adultos, que pagaron una entrada para verlos en un club social inglés. Los
menores lloraban, mientras se enfrentaban sin protección, los responsables del
lugar aseguraron que se trataba de una demostración. Esta situación revela, una
vez más, la explotación infantil y la clara violación de sus derechos. La dra.
Miriam Larrea, y dra. María Belén Noceti exponen el estado de situación en la
ciudad.
La Organización
Internacional del Trabajo define trabajo infantil como toda
actividad que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que
es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico. De esta manera, es
peligrosa y prejudicial para el bienestar físico, mental o moral del niño,
interfiere con su escolarización puesto que le impide asistir a clases, obliga
a abandonar prematuramente la escuela o exige combinar el estudio con un
trabajo pesado, que insume mucho tiempo.

Derechos de la niñez 
“El trabajo infantil es ilegal, aunque se acepte como natural, por la
indiferencia y la apatía de la sociedad, y hoy se visibiliza por los medios de
comunicación. Su erradicación se puede lograr si la sociedad entera se
involucra, principalmente, si se denuncian estos casos”, afirma la dra. Miriam Larrea,
defensora general adjunta en lo civil y directora del instituto de derecho
constitucional y derechos humanos del colegio de abogados.
Ya a fines del año pasado, se conoció el caso de Ezequiel F., de 6 años, quien
trabajaba en una empresa avícola desde los 4, y contrajo un tumor cerebral por
estar en contacto directo con el guano de las gallinas y los agroquímicos con
los que se trabaja en ese sector productivo. “En nuestra región la explotación
infantil se encuentra en las cosechas de cebolla y tambos, mientras que en las
ciudades, trabajan en hornos de ladrillos, como cartoneros, vendedores de
flores o lustrabotas. Los niños trabajan porque sus familias dependen de esos
ingresos, también porque están a cargo de adultos inescrupulosos”, afirma la
letrada.
Desde 1.999, hay un convenio marco para que los países legislen en la
erradicación de las peores formas de trabajo infantil. Mediante estas medidas
se espera comprometer a los gobiernos para abordar la complejidad de la
problemática del trabajo y la explotación infantil, ya que están vinculadas a
la trata de menores- dentro de las tratas de personas- un flagelo de
características complejas. La explotación del niño está ligada a las redes de
delincuencia, a la prostitución, a la donación de órganos, el tráfico de
estupefacientes y la explotación económica, conocidos como delitos conexos. “Ingeniero
White, Mayor Buratovich, Punta Alta y Médanos son las zonas del sur bonaerense
en las cuales impresiona la cantidad niños víctimas de la trata y la
prostitución infantil”.
Se hace urgente la erradicación de las peores formas de trabajo infantil: la
servidumbre por deudas, el reclutamiento de niños en conflictos armados, la
oferta de niños para la prostitución y la pornografía infantil. En muchos
casos, los propios padres entregan a sus hijas para trabajos domésticos, y de
esta forma, se ven expuestas a la explotación, el trabajo esclavo y el abuso
sexual. En nuestro país hay cuerpos legales ya sancionados, pero es necesaria
la inversión gubernamental mediante el otorgamiento de presupuesto, que logre
establecer cambios reales.
“El compromiso del gobierno debe ser un ejemplo moral y político, promocionar
el marco para la acción nacional, demostrar compromiso económico” dedicado a la
infancia, aunque se hace “esencial un cambio de mentalidades en los gobiernos y
en las sociedades”, cierra la doctora.

Paliativos & soluciones
¿Desde cuándo hay trabajo infantil?, “desde siempre, hubo trabajo infantil,
éste fue acompañando la historia de la humanidad, hoy también, existen actores
y modelos niños” dice la antropóloga María belén Noceti, profesora adjunta de
sociología en los departamentos de economía y ciencias médicas en la Universidad Nacional
del Sur.
De su investigación surgió que el trabajo infantil es una estrategia de sostén
de las familias pobres, un conjunto de actividades de supervivencia; visibles
en el caso de que sean en las calles, invisibles, como el cuidado de hermanos
en los hogares u ocultas, como la explotación sexual y laboral.
“El trabajo infantil no es un problema en sí mismo, es un síntoma de otros
problemas. Si se piensa como problema, se generan paliativos, becas, subsidios
o una penalidad a los adultos, son síntomas de una sociedad sin oportunidades.
En el contexto bahiense, los orígenes son propios de latinoamérica desde los
años 80: pobreza, inequidad, fragmentación social, falta de políticas de
movilidad social ascendente, ausencia de herramientas docentes en contextos de
vulnerabilidad social, inmerso en un clima neoliberal”.
Respecto a la situación de la infancia en nuestra ciudad, Noceti asegura que el
trabajo infantil es producto de las economías bahienses, “los chicos en el
mercado de frutos o en la cosecha de la cebolla, generan cierta ganancia a los
puesteros o los productores, no es un caso de economía de marginalidad”, como
sí lo es el cirugeo. Distinto es el caso de los niños que trabajan con pares-
limpiando vidrios, por ejemplo- en esos contextos, lo que faltan son referentes
adultos.

¿Y la escuela?
La deserción escolar no tiene correlación directa con el trabajo infantil.
“Sí es real que cuando existe trabajo infantil aparecen el ausentismo, y el
fracaso escolar”. Desde la indagación surge, sin embargo que, “la deserción
escolar o su posibilidad está vinculada con múltiples variables: jefe o jefa
de hogar con educación primaria incompleta, falta de referentes educacionales
adultos, viviendas con variables de hacinamiento, hábitos de calle en los
hogares, desafiliación social dentro de la escuela”.
La conclusión es interesante, “el trabajo infantil se da en el seno de la
familia, en concurrencia con ella, y es una estrategia familiar de vida. El
niño trabaja con sus padres, está afiliado a esta situación, por lo tanto,
también reproduce ese modelo”. Es un ciclo cerrado, una trampa para los
menores. Por lo tanto, si se piensa en las políticas públicas que erradiquen
esta situación, se debe apuntar al hogar; el objetivo es que el niño siga
teniendo una red de contención, sea un sujeto afiliado y que tenga referentes
adultos para generar alternativas de vida.
Noceti y Larrea coinciden en que el trabajo infantil es un síntoma de otros
problemas, por lo tanto, las estrategias deben apuntar a la disminución de la
pobreza, la redistribución y generación de empleo, el acceso a la salud y la
educación, con la formación de docentes con prácticas y herramientas que
puedan, en todos los casos, atender la vulnerabilidad de los menores, que en
argentina asciende a un millón de chicos.

Fuente: Entrevista realizada en el programa Anochecer
de un día agitado, que se emite de lunes a viernes de 20.30 a 21.30 hs por Radio
Nacional Bahía Blanca, AM 560.




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2011-09-26 09:11:00
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