Los fiscales Nebbia y
Palazzani realizaron una presentación en la que pidieron que se detenga a 70
represores por la comisión de delitos sexuales que tuvieron como víctimas a las
mujeres que sufrieron cautiverio en Bahía Blanca durante la dictadura militar.

En el camino de verdad y justicia se va paso a paso. Un paso fue tratar de nombrar
de recordar, de identificar a quienes pasaron por los cautiverios, los
asesinatos, los traslados. Existía la necesidad urgente de nombrarlos y a la
vez probar que había sido un plan sistemático de exterminio.
El tiempo pasó y en este camino de verdad y justicia se lograron más pasos y
son épocas atender, retomar las diversas violencias sufridas en los Campos
Clandestinos de Detención y Tortura, narradas en primera persona.
Aquí la posibilidad de comenzar a mostrar y volver a decir las violencias
padecidas desde los cuerpos de mujeres en los Centros Clandestinos, buscando la
reparación con las condenas de los delitos, reparar con Justicia.
Y ya se comenzó a hablar de los delitos sexuales ocurridos durante la dictadura
militar en Bahía Blanca. Al respecto, los fiscales José Nebbia y Miguel
Palazzani, de la Unidad de Asistencia para Causas por Violaciones a los
Derechos Humanos, realizaron una inédita presentación a través de la cual
pidieron la detención de 70 represores por su responsabilidad en la comisión de
ese tipo de delitos contra mujeres que sufrieron cautiverio en los centros
clandestinos de detención.
En la presentación, los fiscales dejaron en claro que no se trata de casos
aislados sino que fue algo sistemático y masivo propio de la práctica de los
centros clandestinos.
El doctor José Nebbia explicó el origen y desarrollo de la presentación: “Esa
presentación hacía un tiempo que nosotros estábamos trabajando e inclusive
antes de presentarla y que salga a publicidad nos juntamos con las víctimas,
las que no viven acá las llamamos una por una, sabemos que es un tema delicado
pero a medida que íbamos trabajando sobre los testimonios, haciendo las
consultas y demás con personas que venían trabajando ya hacia bastante tiempo
en el tema, empezamos a ver algunos patrones y eso desembocó en la
particularidad que tiene nuestra presentación que es inédita. Es inédita porque
no es casuística, no es caso por caso que cada mujer va a tener que o tuvo que
contar lo que le pasó. Eso por un lado, nosotros vemos que fue masivo y fue
sistemático y fue por todas las mujeres y justamente por el abordaje que le
dimos”.
Aclaró Nebbia que cuando se habla de violencia sexual no solo implica la
violación, un abuso o un tocamiento sino que durante el Terrorismo de Estado
había toda una concepción sobre la mujer “que llevaba a que cada mujer que sea
secuestrada sufría este tipo particular de violencia. Insisto, no es solamente
la violación y el abuso que eso es como muy claro y muy patente pero también
era el insulto por ser mujer, la tortura especial en los genitales por ser
mujer, el cuestionamiento -por poner un término liviano- hacia la forma de vida
de una militante. O sea tenía una doble negatividad, decimos en la presentación:
por ser militante, por pensar; esto la convertía en delincuente subversivo y
aparte por ser mujer y no estar teniendo hijos en su casa y a la sombra de un
hombre. Eso implicaba que haya un trato especial hacia las mujeres dentro de
los centros clandestinos de detención y tortura pero también estaba el ir al
baño frente a los guardias, tener que ducharse frente a los guardias, tener que
menstruar en un centro clandestino con lo que eso implica”.
Se trata de un comienzo de un conjunto de medidas importantes en las que están
involucradas obviamente las víctimas y por eso se está brindando un apoyo y
acompañamiento a través de un conjunto de profesionales: “Estamos trabajando no
solamente con abogados sino con psicólogos y un equipo para acompañar a las
víctimas y dar el marco para quienes no pudieron, no es que no quisieron sino
que no pudieron, relaten como puedan esas situaciones”.

Cuestión cultural
El Terrorismo de Estado se caracterizó por haber desarrollado un plan
sistemático de torturas y desapariciones. En ese mismo marco entra la violencia
sexual que como ya se dijo y vale la pena remarcarlo, fue también sistemática y
ejecutada de manera masiva: “Por eso nosotros vamos por todas las mujeres,
decimos que todas las mujeres fueron víctimas de esta particular forma de
violencia y que con la cantidad de testimonios que se han recogido a lo largo
de este tiempo no es necesario que vuelvan a declarar. Es sistemático, lo hemos
demostrado como sucede en la tortura. Desde el primer juicio a las Juntas se
sabía y con la sentencia quedó así demostrado que el solo hecho de pasar por un
centro clandestino de detención implicaba una tortura. Nosotros decimos que
desde el mismo momento que se secuestra a una mujer, empezaba a sufrir este
tipo de violencia particular”.
La presentación ocupó casi 100 páginas en donde se desmenuzaron detalladamente
los argumentos: “Y justamente uno de los argumentos que señalamos es por qué
está invisibilizado esto. Los relatos no tienen un tiempo cronológico sino un
tiempo interno, de cada uno, que lo cuenta cuando lo puede contar y eso lleva
los procesos que deben llevar pero también el proceso de memoria, verdad y
justicia cuando va avanzando sobre los responsables y a tratar determinados
temas permite que se empiecen a vislumbrar otros. Sobre este caso en
particular, sobre este tipo de violencias, es muy difícil abordarla por lo que
implican culturalmente esos hechos. La destrucción del individuo que implican
estos hechos, el efecto que tienen sobre el individuo, entonces eso tiene
también una consecuencia en quienes debemos abordar, los operadores judiciales
y en vez de hacernos cargo de esto y hablarlo francamente con las víctimas es
preferible dejarlo de lado y no hablarlo de frente”.
La justicia, continuó Nebbia, es el furgón de cola de la sociedad “donde la
vanguardia tiene otro movimiento y la justicia es un estamento de la sociedad
muy conservador, no tiene por qué estar y de hecho es lo que sucede, imbuido de
esta perspectiva de género que se tiene que empezar a dar. La justicia es
patriarcal y es altamente machista, esos son los dos elementos que nosotros
señalamos como impedimentos hasta ahora para que se empiece a abordar como se
debe abordar, de frente a las víctimas y que las víctimas cuenten, las que
pueden contar y que digan lo que tengan que decir. O sea en este proceso que yo
relataba de hablar con las víctimas, no era relatarle lo que íbamos a hacer
sino también preguntarles y que ellas nos den su opinión. Tienen mucho para
aportar las víctimas”.
En otras jurisdicciones se ha abordado el tema de la violencia sexual pero de
manera particular, es decir mediante casos individualizados: “Con aquella mujer
que pudo contarlo, ahí se toma ese caso. Pero pongámonos en situación, aquella
mujer que puede contarlo delante de cuatro jueces desconocidos, los
secretarios, las partes, el público presente…Yo voy a tomar una expresión de
una de las víctimas de acá en esas reuniones que decía “ahí montaron un
espectáculo”. Caramba: ¿Alguien les preguntó a las víctimas qué sienten
sentarse arriba de un escenario y que le pregunten de esa manera y ella se
tiene que exponer delante de sus familias, de desconocidos, algo tan
particular, tan sensible e íntimo como esto? Es momento de que empecemos a
preguntarnos estas cosas, hay mecanismos para que se traten estos temas tan
delicados. Y ha sucedido, desde que declaren sin público, sin los imputados,
Cámara Gesell, hay un montón de mecanismos que permiten que la víctima no se
sienta tan expuesta”.
Que se llegue a la investigación e imputación de este tipo de delitos también
habla de un cambio pero por sobre todas las cosas de generaciones diferentes de
quienes llevan adelante estos procesos: “Nosotros los fiscales tenemos una jefa
mujer, eso es genial y hace un tiempo era impensable. Tenemos una presidenta,
Chile tiene una presidenta, tuvimos una Ministra de Defensa Mujer, eso a veces
no tomamos dimensión pero en buena hora que no nos llama la atención pero implica
un cambio de época que tenemos que prestarle atención”.
Anteriormente citamos la violencia sexual sobre hombres, acerca de ese punto,
destacó el fiscal Nebbia: “Nosotros no llegamos al puerto aquí, este es el
punto de partida, discutamos, hablemos, veamos qué surge. A los hombres les
cuesta muchísimo más hablar sobre esto porque es la hombría ya, como si fuera
más grave depende tu condición de género. Insisto este es un punto de partida
en donde se tienen que dar esas discusiones y donde tienen que aparecer esos
relatos”.
En ese sentido, continuó: “Después, lo que señalábamos, esto de la disputa con
el hombre, siempre el concepto de guerra es un concepto masculino. Bancársela
es ser macho y también nosotros señalamos en la presentación inclusive la forma
de generar más dolor al hombre era haciéndolo mujer, feminizándolo porque la
violencia sexual sobre el hombre era como haciéndolo mujer”.
“Lo que sí notamos nosotros es que hay una diferencia con el colectivo de
mujer, en principio no fue sistemático sobre todos los hombres, sí sobre las
mujeres”.

La entrevista que sirvió de fuente para esta nota se realizó en Radio
Nacional Bahía Blanca, AM560, en el programa Tarde Pública ciclo 2013.