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Las calles fueron nuestras
El juicio también se vivió afuera. Cientos de personas estuvieron en Colón 80 durante varias horas reclamando justicia y festejando la llegada del momento tan esperado.
Categoría: Derechos Humanos

El juicio también se
vivió afuera. Cientos de personas estuvieron en Colón 80 durante varias horas
reclamando justicia y festejando la llegada del momento tan esperado. Nora
Cortiñas, Adolfo Pérez Esquivel,
Celia Jinsky de Korsunsky, José Schulman,
Eduardo Hidalgo y Susana Matzkin fueron algunos de los que brindaron testimonio
en el acto realizado en las afuera de la UNS.

El juicio a los 19 represores tiene dos escenarios. Uno adentro de la Universidad
Nacional del Sur y otro afuera, en la calle. Al comienzo, poco a poco, se
fueron acercando los primeros, hasta que el número superó los cien, y fueron
cientos los que se hicieron sentir, que tomaron la avenida Colón y la hicieron
propia. También son parte de esta historia.
Dictado el cuarto intermedio, del silencio del Aula Magna se pasó a un estado
completamente diferente, uno de euforia, de alegría, de emoción, de bronca
contenida, de saber que la justicia estaba cerca. La radio abierta iba informando
y tomando testimonio de protagonistas y quienes quisieran expresarse.
Cuatrocientas personas, con banderas, con remeras de Juicio y Castigo, con
cánticos, se apostaron cerca de las vallas junto a la imagen de los
desaparecidos y las desaparecidas. Todo el largo de las vallas fue ocupado por
decenas de carteles con el rostro de quienes fueron arrancados por la dictadura,
allí estuvieron entre la gente.

Una ovación explotó al momento en que salieron de la UNS las Madres de Plaza de
Mayo. El grito “Madres de la plaza, el pueblo las abraza” las recibió, las
felicitó, las abrazó a ellas que saludaban y agitaban los brazos, emocionadas, festejando
este principio de justicia.
Luego fue todo abrazos, saludos, reencuentros, lágrimas y sonrisas. Mientras se
preparaba el acto organizado por la Comisión de Apoyo a los Juicios, EcoDias
hizo una recorrida para recoger algunos testimonios. El primero fue el de Fortunato
Mallimaci, sociólogo y miembro de la Comisión Provincial por la Memoria.
Profundamente emocionado, hizo notar su sentir en ese día tan especial: “Se siente que la
justicia llega y se siente también que para que llegue tiene que haber
organización, testimonios, gente que la pelee, instituciones que se hagan cargo
y posibilidades de llegar a una justicia que no se dio ni en la década del 60
ni en la del 70, una justicia que la mayoría de nosotros no conocíamos y que
hoy se puede hacer”.
Mallimaci se reencontró con compañeros militantes de aquella época que ahora
volvieron a la UNS porque sentían la necesidad ética de hacerlo: “A su vez, que
se haga en Colón 80… hoy recorría los carteles que están puestos ahí y me venía
a la memoria cómo cada uno de ellos había hablado, había estado, había
participado… nos habíamos escapado por aquel edificio cuando estábamos ahí
adentro, y venía la policía, entonces nos escapábamos por el otro lado… que en
Colón 80 se esté hablando de ellos para hacer justicia, uno siente que no todo
está perdido, y al contrario que se puede seguir peleando”.
Para Mallimaci esta vuelta fue estar en un lugar donde pasaron cosas y en el
que hoy pasan otras: “Uno podría hilar, al fin y al cabo, cada vez que veníamos
acá era para una asamblea, para reivindicar y exigir derechos y hoy otra vez
muchas víctimas, otros sobrevivientes pero nuevas generaciones también están
aquí para exigir derechos y exigir derechos en Bahía Blanca”.
Nora Cortiñas, Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora, es una mujer muy
bajita, apenas se la podía ver entre tanta gente. Su físico se contrapone con una
fortaleza envidiable demostrada en tantos años de lucha. Después del acto, a
Nora la estaban apurando para no perder el avión de regreso a Capital Federal, igualmente
se hizo de un par de minutos para hablar con EcoDias: “No vamos a bajar los
brazos mientras haya un solo genocida de la impunidad, vamos a seguir. Esto es
un triunfo del pueblo, este pueblo que luchó años y años entre medio de los
asesinos y con las amenazas permanentes. Sin embargo, se siguió luchando y
llegamos a esta etapa y no vamos a parar porque los desaparecidos, los que
fueron torturados, presos y exiliados merecen que nosotros sigamos luchando”.
En el acto, Nora señaló que las madres de Bahía habían sufrido más que ellas.
Consultada al respecto respondió: “Ellas ni siquiera tuvieron la libertad de
moverse como nosotros que fuimos y entramos a los cuarteles, y fuimos
permanentemente pidiendo esa Verdad, esa Justicia y luchando por ellos. Así que
acá yo creo que tienen un valor las Madres, los Padres de la Patagonia porque
no es solamente Bahía Blanca, es Neuquén, Viedma, Comodoro Rivadavia, Río
Negro, todos las conocemos, caminamos juntos y hoy les damos el valor por
llegar a este juicio”.
Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz: “Me parece un paso
importantísimo, parecía imposible aquí en Bahía, pero se rompió el cerco y hoy
es posible. Estando ahí en la sala veía a los represores sentados. Ellos
pensaban que el mundo comenzaba y terminaba con ellos, y hoy tienen que dar
cuenta a la justicia de los crímenes cometidos, estos señores que se creían
dueños de la vida y de la muerte. Haber avanzado en esto… el pueblo bahiense lo
tiene que celebrar. Estuve adentro y afuera, lo viví bien y creo que es un
espacio que hay que profundizar y decir nunca más”.

Los 30 mil están…
Minutos antes de iniciar el acto, se llamó por micrófono a varias
personalidades para que hablaran ante el público, y también a otros que merecían
estar en ese escenario para recibir así el reconocimiento de la comunidad.
El ex juez Luis Cotter hizo un gran esfuerzo para subir los cuatro escalones
que lo llevarían al escenario. Apoyado en sus muletas y ayudado por otros
compañeros, finalmente lo logró. Cotter no podía no estar en ese escenario,
pensaron quienes saben de su trabajo valioso en pos de este momento histórico:
“No puedo decir que estoy contento, pero sí que es reconfortante. Y además
pienso que la demora de la iniciación de estos juicios tiene nombre y apellido,
y algún día ellos también van a tener que estar sentados diciendo el por qué de
toda esta demora. Fueron muchos años de lucha, lucha difícil, costó pero el
objetivo lo valía, al final acá vemos el resultado. Lo que más me alegró fue
ver juventud, porque es una manera de que exista la posibilidad de un eslabón
más que va a seguir toda esta lucha”.
Otro de los símbolos importantes de la búsqueda de verdad y justicia en nuestra
ciudad es Celia Jinsky de Korsunsky, Madre de Plaza de Mayo de Bahía Blanca. Cansadísima por la
larga jornada pero satisfecha, señaló: “
Me hubiera gustado que llegara mucho antes, me
hubiera gustado que no hubiera pasado nunca, que todos los 30 mil estuvieran,
vivieran, disfrutaran o no, pero estuvieran sobre la tierra. Me hubiera gustado
que no exista en el mundo gente que aniquila a otra gente, pero parece que son
pedidos muy difíciles.”
Al igual que Cotter, Celia se mostró contenta por la participación de los
jóvenes en el primer día: “El juicio es un pasito más, ojalá lo pueda entender
la gente, que lo entienda Bahía… Lo que más espero es de los jóvenes, es el
futuro de ellos porque ya los grandes son grandes. Está bien la cantidad de
gente, de chicos que había, me parece muy importante”.

Arte y Memoria
Los que hicieron el aguante afuera pudieron verlos durante toda la mañana. Quienes
salimos de la UNS sobre el mediodía, alcanzamos a verlos y disfrutarlos a
tiempo. Se trata de una serie de cuadros, de obras con retratos de personas
desaparecidas, que están realizados de una manera particular. Primero, porque
quienes los hicieron son familiares y amigos de las víctimas, y segundo porque
el estilo permite ver una suerte de reconstrucción, una palabra muy importante
en toda esta historia.
EcoDias conversó con María Celia Paniagua, actriz, quien colabora con el
colectivo Arte y Memoria que encabeza el artista plástico Jorge González Perrín
que propone lo que mencionó como pintura colectiva, “es decir, sobre la foto de
una persona desaparecida -que hoy es la prioridad en virtud de los juicios pero
no necesariamente tiene que ser una persona desaparecida ya que Arte y Memoria
es amplio-, con una cuadrícula sobre esa foto se la reconstruye a la imagen de
esa persona pintando con cuadraditos a cargo de los familiares, amigos, quienes
quieran homenajear a esa persona. Se van pintando los cuadraditos y se va
reconstruyendo la imagen, los cuadraditos quedan, eso no se retoca. De esa
manera, pintamos en Bahía cinco retratos y en Buenos Aires hay otros tantos”.
El pasado 24 de marzo en Capital Federal se llevó a cabo bajo la misma
modalidad una pintura de Rodolfo Walsh en dimensiones gigantes.
María Celia explicó la respuesta que se obtuvo de los familiares: “Se han
acercado, ellos dicen que la experiencia es muy buena, muy reparadora porque,
claro, la mediación de la pintura posibilita una nueva reelaboración del dolor,
pero pasan otras cosas. Entonces ellos, los protagonistas dicen que es muy
recomendable la experiencia”.
Una particularidad es que las obras son totalmente en color. Generalmente las
fotos de las personas desaparecidas suelen ser en blanco y negro. En este caso,
el color brinda otra perspectiva: “Esto es en color, esto es muy importante,
los colores, las imágenes de vitalidad de las personas porque es de esa manera
que estamos rescatando aquellos valores que ellos sostenían que son la vida”.
Prometiendo más pinturas sobre una maestra suya desaparecida en Rosario y sobre
ex combatientes y caídos en Malvinas, María Celia también dejó su impresión del
día vivido en la calle: “Es histórico, es alucinante que en Bahía, en las
puertas de la Universidad estemos presentes y con esta propuesta de Arte y
Memoria que a mí me parece una propuesta tan interesante porque es esto de
rescatar la vitalidad, aquellos valores, es muy movilizador… Arte y Memoria,
dos palabras que se las traen”.

El aguante
Si algo hubo este 28 y 29 de junio de 2011 fueron sentimientos encontrados:
alegrías, tristezas, algo raro, descriptible sólo con haber estado allí.
Eduardo Hidalgo, ex detenido-desaparecido, secretario de la Asamblea Permanente
por los Derechos Humanos, compañero y amigo, es testigo en esta causa y por ese
motivo todavía no puede presenciar las audiencias.
Era una imagen singular ver justamente a quien tantos años había luchado por
este momento, del otro lado de las vallas cuando uno entraba a la UNS. Y más fuerte
fue el sentimiento cuando en el segundo día, en el transcurso del juicio en el
Aula Magna, se escucharon en la voz de la secretaria del Tribunal Oral los
relatos del caso de Eduardo, de su hermano Daniel y su compañera embarazada, asesinados
a mansalva. Estremecedor y doloroso fue escuchar la lectura de los secuestros,
los tormentos sufridos, y saber que Eduardo Hidalgo, al igual que otros y otras
víctimas, se encontraba afuera, soportando el frío con familiares, con la
gente, haciendo el aguante…

La prensa y el juicio
No fueron pocos los medios que cubrieron la apertura del juicio. Cámaras de
televisión, fotógrafos, cronistas y periodistas equipados para poder informar,
se ubicaron desde temprano en la platea superior del Aula Magna. No sólo de
Bahía Blanca sino también colegas de Capital Federal y de la localidad
rionegrina de Viedma.
EcoDias quiso conocer la opinión de algunos periodistas ante tamaño
acontecimiento judicial y social. Por caso, Fernando Rentería, de Canal 9 de
Bahía Blanca, señaló: “En principio, realmente es muy fuerte, una cosa es lo
que se decía, el armado teórico de cómo iba a ser, y otra cosa es estar acá.
Particularmente, no los pude ver de frente porque pasaron solamente las cámaras,
pero ver sentadas ahí a 17 personas que uno trata de imaginárselas apretando
gente, torturándola, picaneando, realmente es muy fuerte. Y que se llegue a
juzgar esto más allá de la demora, me parece que finalmente hubo un pasito más
en la evolución de la sociedad, y que se haya dado en Bahía Blanca no es poca
cosa para dejar atrás un montón de especulaciones. Realmente, me parece un paso
enorme que esto comience y ojalá sea el primer peldaño de todos los juicios a
todos los represores que son muchos”.
Marcelo Lev, de Agencia Télam Bahía Blanca, también rescató el valor histórico
del juicio: “Yo creo que esto es algo emocionante, yo voy a cumplir 40 años y
ver esto, la historia de Bahía Blanca, aunque no soy de Bahía pero por todo lo que
uno fue viendo creo que es algo emocionante. Y era hora que se pueda hacer
después de tantas postergaciones, de esto que se dice de la Bahía Gris, de la
Bahía oscura, creo que es fundamental que seamos partícipes de esto que va a
ser histórico no sólo para Bahía sino para todo el país”.
Mayra Santa Cruz es periodista de Radio Encuentro, una radio comunitaria de
Viedma que no sólo informa sobre el juzgamiento a los genocidas sino que
acompaña a los familiares de las víctimas de esa localidad: “Sabemos que es una
causa compleja, una causa larga. Hoy la lectura de elevación a juicio creo que
es lo que va a copar la jornada y después es estar acompañando a los compañeros
en el acto afuera. Nosotros, como una organización social, no es que estamos
cubriendo el hecho sino que lo estamos viviendo y acompañando a los compañeros
que están, porque para ellos es un día impresionante, viviendo una mañana en la
que hay de todo tipo emociones”.


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2011-07-04 14:50:00
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