El ex fiscal Hugo Omar Cañón disertó en la
jornada Justicia Legítima acerca de la democratización del Poder Judicial.

Fue el primer panelista en
la jornada que, meses atrás, se llevó a cabo en Bahía Blanca bajo el nombre de
Justicia Legítima y que tuvo como objetivo debatir acerca de la reforma y
democratización del Poder Judicial.
Hablamos del ex fiscal, doctor Hugo Omar Cañón que, en primera medida, celebró
que este tipo de eventos se realicen en la Universidad Nacional del Sur: “Estamos
ganando de alguna manera este espacio público que es la universidad después de
haber estado tanto tiempo invisibilizada y manejada por personajes tan nefastos
como aquel Remus Tetu, exterminador y predecesor de la Triple A con aquella
muerte de un estudiante dentro de los pasillos de la universidad. Así que esto
es una demostración también de la oxigenación democrática de un espacio público
como es la universidad pública y también donde se han celebrado y desarrollado
los juicios por crímenes de lesa humanidad con esta sentencia que después de
tantas décadas de espera y de trabajo incansable se ha logrado con la
perseverancia de los organismos de derechos humanos, de las familias, de las
víctimas, de la sociedad toda y con una política de Estado asumida desde 2003
que ha posibilitado los juicios que terminaron con la condena anunciada el 12
de septiembre del año pasado”.
En segundo término, Cañón hizo un repaso de cómo surgió Justicia Legítima: “A fines
del año pasado, a principios de diciembre hubo una solicitada publicada por
cuatro sellos que querían o pretendían representarnos a todos los que estamos
trabajando o hemos trabajado en la justicia. Generalmente esas cosas pasaban
silenciosamente y acá en esa solicitada publicada creo que el 4 o 5 de
diciembre, se hacían afirmaciones respecto a las presiones del poder político
con respecto a la justicia y que se estaría quitando la independencia del Poder
Judicial o se estaría potencialmente generando esa posibilidad”.
Ante ello se generó un profundo malestar que llevó a la publicación de una
solicitada por parte de unos 300 trabajadores de la justicia que no coincidían
con lo anteriormente descripto: “A partir de ahí empezó a ampliarse la cosa,
después viene la propuesta de hacer un debate público en la Biblioteca Nacional
y allí ya se fueron multiplicando las voces, se fueron multiplicando las
presencias, las firmas y afirmando esto de querer tener una opinión también en
este debate de qué tipo de justicia queremos”.

Justicia justa
Siguiendo con su exposición, Cañón mencionó los conceptos de justicia
legítima y justicia justa los cuales se hacen necesarios debido a que existe
históricamente una justicia ilegítima e injusta: “La justicia que tiene que ver
con la defensa de determinados privilegios, que tiene que ver con la defensa de
las corporaciones poderosas que han manejado los hilos de la historia argentina
a lo largo de toda su trayectoria en general. Y cuando hay un momento en que se
puede poner en duda o en peligro ese manejo de los hilos de poder, allí es
cuando viene la reacción y justamente reacción de reaccionario de oponerse a
cualquier modificación del status quo. Y basta citar como una referencia del
status quo, de la permanencia de los intereses, de los valores económicos a
defender, pensemos solamente en una persona o en un apellido más que en una
persona para tomarlo como un hito a lo largo de la historia argentina. Me estoy
refiriendo a Martínez de Hoz que murió hace poco tiempo y que fue el ministro
de Economía de otro que murió recién, el dictador Jorge Rafael Videla que
diseñaron un plan para cambiar la matriz económica de la Argentina. Romper
definitivamente el Estado de Bienestar que intentaron romperlo en la llamada
Revolución Libertadora del 55 y no lo pudieron consagrar o lograr, que lo
intentaron luego Plan CONINTES, vía Onganía con ese proyecto a 30 años que
tenía y finalmente diseñaron una metodología de exterminio para, a través de
ese método criminal, implantar ese modelo de un Estado de desigualdad absoluta
que es la que se generó con la dictadura militar y que luego se consolidó con
la década del menemismo”.
Cañón citó ese apellido como representativo pero obviamente que existen más de
esa índole. Siguiendo con Martínez de Hoz, vale el análisis de no solo el ex
ministro de la dictadura sino de sus familiares antecesores: “Si nos vamos bien
lejos podemos pensar en un Martínez de Hoz antes del 25 de mayo de 1810 que era
un señor que se dedicaba al tráfico de esclavos, traía esclavos de África y los
vendía acá en el mercado interno del Virreinato del Río de la Plata. Era
predecesor de este Martínez de Hoz que estamos hablando ahora. Y pensemos en
otro Martínez de Hoz que fue el fundador de la Sociedad Rural Argentina que fue
el que financió, puso la plata, con otros también de los ricos de la época que
manejaban el diseño de país que se formó a partir de Mitre después de la
claudicación de Urquiza, un país para pocos, un país que va a ser
agroexportador, y financia la Campaña del Desierto del general Roca de 1879”.
Dicha financiación no fue solo por una cuestión ideológica de odio a los indios
sino que tenía, al igual que en la última dictadura, una razón también
económica “quería la plata, quería la tierra, quería la tierra productiva como
el mismo Roca lo dijo, las mejores tierras, las más fértiles. El mismo
Avellaneda lo dijo, que corresponde a esa época, Mitre, Sarmiento, Avellaneda,
Roca después como presidente, de consolidar ese territorio para los grupos de
poder dominantes del momento”.
El apellido Martínez de Hoz representa a otros muchos que formaban parte de la
oligarquía de la época y que tenían, como se dice, la vaca atada: “La vaca
atada que llevaban en el barco para llevar a Europa y darle la leche fresca a
los hijos cuando iban de paseo a Europa. O eso de tirar manteca al techo, el
producto tan rico para los franceses y tan caro y que los ricachones de acá
iban y tiraban manteca al techo como diciendo “nosotros somos superiores a
ustedes porque tenemos manteca de sobra””.
Fue esa gente la que diseñó un formato de justicia que venía desde la Corte
formada por Mitre pero también con leyes como el Código Civil: “Un Código Civil
para blancos, propietarios, católicos y hombres. Las mujeres, más del 50 por
ciento, afuera. Excluidos, fuera del sistema no eran sujetos de derecho,
carecían de todo tipo de posibilidad participativa en lo económico, en lo
patrimonial y por supuesto en la participación del voto. Se habla de la Ley
Sáenz Peña, la ley del voto sufragio universal secreto, universal por la mitad,
las mujeres no votaban. Recién se incorporan en el voto en la década del peronismo
en el 47 con voto en el 51”.

Las simpatías de la clase media
Todo lo explicado hasta aquí, es decir ese diseño de justicia, lleva a
pensar justamente qué tipo de justicia es la que ha funcionado a lo largo de
nuestra historia. Un claro ejemplo ocurre con el derrocamiento de Yrigoyen: “Es
la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que era presidida por un ex
presidente como José Figueroa Alcorta y que uno de los miembros era de origen
socialista, Nicolás Repetto fue el que redactó una acordada, una resolución
mayor de la Corte para legitimar el Golpe de Estado. Legitimaron el Golpe de
Estado que sirvió de precedente para los Golpes de Estado sucesivos que se
dieron en la Argentina”.
Volviendo al hoy, Cañón se refirió a que actualmente se habla de un ataque al
Poder Judicial y de una afectación a los derechos e independencia del mismo.
Tiempo atrás Cañón dio una charla en González Chávez en donde un dueño de campo
no alineado al discurso de la Sociedad Rural, le comentó que su madre había
participado de una marcha en contra del gobierno “por la justicia”.
La mujer no supo explicarse acerca de qué estaba ocurriendo concretamente con
la justicia de nuestro país: “Esta actitud mediática, corporativa, tiene
incidencia sobre grandes sectores sobre todo los sectores de clase media que
siempre, aunque les vaya muy bien, miran con simpatía a los más poderosos, a
los poderes más concentrados y siguen y suscriben el discurso que se instala
desde allí”.
Por razones como estas, Cañón llama a saber de qué estamos hablando: “Tenemos
que saber de que detrás de esto hay un debate muy profundo en la sociedad que
tiene que ver con lo ideológico y sobre todo con una posibilidad de mayor igualdad,
de mayor acceso a la justicia, porque la justicia hoy es absolutamente
selectiva”.
Una justicia, señaló Cañón, que les llega a los pobres, a los desplazados “pero
los ricos no son alcanzados por esta justicia y sí los ricos hacen lobby, sí
los ricos tienen acceso directo a los despachos judiciales y pueden incidir en
las políticas públicas a través de las presiones y a través de la influencia
sobre los jueces”.