“El día de la visibilidad trans es importante porque aún en el día de hoy somos discriminadas, algunas veces no consideran válidas nuestras identidades. En Argentina se ha avanzado, pero en países como México y Venezuela hace falta que sepan que nuestros derechos se tienen que respetar, que nuestros derechos valen, que somos personas como cualquier otra”, sostuvo la profesora de trombón y trompeta, Agostina Luana Carrá, en comunicación con la Cooperativa de Trabajo Ecomedios.

El colectivo travesti-trans enfrenta diariamente situaciones de vulneración de sus derechos, estigmatización, discriminación, violencia, discursos y crímenes de odio. La docente expresó que es necesario reflexionar y concientizar sobre las condiciones de vida de la comunidad. “Que la gente sepa el bajo promedio de vida que tenemos en general. Es importante que se sepa de la lucha, del acoso, la violencia y los crímenes de odio”. En cuanto a que la edad estimada de vida, lamentablemente, para una persona trans es de 35 años. Agostina Luana Carrá sumó al medio que en su caso no es así, ya que no le tocó transicionar de más joven y tener que luchar con la exclusión del hogar, estar en una situación de prostitución o tener problemas habitaciones como sí les sucede a otras chicas trans.

“Vivía con una identidad que no me correspondía, era fingida porque mi autopercepción la tengo desde que tenía 11o 12 años pero nunca lo hablé, siempre me lo cuestioné pensando que estaba equivocada, sumado a la discriminación de la época”, explicó. La transición social la concretó el año pasado. Sin acceso a otras referentes, valoró que hoy se cuenta con grupos y redes de ayuda, contención, acompañamiento y entendimiento por sobre todas las cosas, de otras personas trans en la misma situación o que quieren comenzar con su transición. “Siempre tuve mucho miedo a transicionar y cuando decidí hacerlo, busqué redes de contención, una psicóloga especializada en género, asistí a reuniones de personas trans que gestiona Casa Chavela”.

En el ámbito laboral

Se asesoró sobre la legislación laboral para estar segura de que su trabajo no corriera peligro. Está dedicada a la enseñanza de la música en dos escuelas secundarias de Bahía Blanca y el instituto terciario en Punta Alta. “No sé si fue por la pandemia, el encierro y el estar pensando todo el tiempo en diferentes cosas que quizá con las actividades se te pasan de largo pero llegó un momento en que dije: ya no puedo seguir ocultando mi identidad ni quien soy, pase lo que pase lo voy a hacer’”, reflexionó.

Comentó que tuvo mucha suerte en ser aceptada luego de su transición, tanto en su círculo de amigos como en el trabajo. “La discriminación la vivo en la calle”, sentenció y explicó cómo es mirada o tratada como varón. “Noto que, desde la ley del cupo laboral trans, hay un cierto cambio en la sociedad. Aunque nos discriminen, existimos. Porque ya es diferente a no estar, la gente tiene en la cabeza que somos reales, somos personas”.

En el ámbito educativo ve más casos de transiciones que en otros trabajos: “A mí me recibieron bien, incluso con alegría. Justo en una de las escuelas donde trabajo hay tres alumnos que son varones trans y se les está acompañando en su transición, en la otra escuela me dijeron que se me iba a respetar mi identidad y en el terciario lo mismo”, subrayó.

“El sistema educativo está tratando de contemplar las identidades trans, pero queda mucho por recorrer y mucho por educar, ya que muchas de las personas que no acceden a la educación es por la discriminación que sienten hacia su identidad”, cerró la profesora.

Carrá forma parte de dos bandas musicales, un ensamble de música contemporánea, In Sonora, y una banda de rock, armada por la baterista Paula Perrella y la orquesta sinfónica del Conservatorio de Música.

Autor: Redacción Ecodías