En su paso
por la ciudad, Buscarita Roa, integrante de Abuelas de Plaza de Mayo, habló con
EcoDias de la actualidad de los juicios a los represores y de la labor de las
abuelas para encontrar a los nietos y nietas robados durante la última
dictadura militar.

La lucha que las Abuelas de Plaza de Mayo vienen
realizando desde hace ya más de treinta años tiene que ver con la recuperación
de nietos y nietas robados por los represores durante la última dictadura
militar así como con la búsqueda de Justicia y castigo a los responsables de
ese y todos los delitos de lesa humanidad cometidos durante el Terrorismo de
Estado.
Desde hace ocho años aproximadamente, ambos objetivos han tenido un desarrollo
ampliamente favorable. La aparición de la nieta 103 y los juicios que se están
desarrollando en todo el país son prueba de ello. Es por eso que el mensaje de
las Abuelas es necesario para que la sociedad toda siga creciendo en su conciencia
acerca de la importancia de los momentos que se están viviendo. Y ese mensaje
de las Abuelas llegó una vez más a Bahía Blanca de la mano de una de sus
integrantes, Buscarita Roa, quien dialogó con EcoDias acerca de estos temas.
Consultada sobre el aplazamiento de los juicios en Bahía Blanca, Buscarita
consideró primordial que no haya parcialidad por parte de los jueces, algo por
lo que están bregando para todos los juzgamientos: “Yo creo que más que nada
eso es ser absolutamente cómplice porque una persona que es cómplice puede
estar del otro lado. Nosotros estamos luchando para que los jueces cumplan con
su trabajo y lo hagan lo mejor posible”. Como se recordará, días atrás el
presidente del Tribunal Oral Federal de Bahía Blanca, dr. Velázquez, aceptó la
recusación que presentara la Fiscalía junto a las querellas por su presunta
parcialidad. El juez, con total desparpajo, reconoció sólo después de que fuera
recusado que mantenía una relación de amistad de años con uno de los imputados
en la causa, el abogado Hugo Omar Sierra, ahora docente universitario, otrora
secretario del ex juez Madueño, que se llevó a la tumba las pruebas de su
participación como pata judicial en el Terrorismo de Estado 1976-1983.
La incansable Buscarita abordó también el tema de la reciente condena al genocida
Luis Abelardo Patti, cómo así los culpables van siendo castigados y la Justicia
se va alcanzando. “Nosotros estamos luchando hace 35 años para que haya Juicio y
castigo para los culpables: no se trata de una venganza, se trata de algo
justo, de lo que corresponde, porque cada persona que comete un delito, ese
delito tiene que ser juzgado, tiene que ser castigado. Además, los militares
cometieron delitos de lesa humanidad que son imprescriptibles. Por lo tanto
nosotros luchamos para eso y tienen que hacerse los juicios”,
Es sabido que varios represores cumplen su condena en una cárcel común como
corresponde, sin embargo así y todo, señaló Buscarita, gozan de algunos
privilegios:”Privilegios del tipo de que están muy bien atendidos, de estar
atendidos por personal que se ocupa de ellos. Ellos no están junto con los
presos comunes, por lo tanto están en celdas más cómodas, a veces tienen
visitas de sus esposas, es otra forma de estar detenidos”.

La difícil restitución
Decíamos que la lucha de las Abuelas por recuperar a los nietos robados ha tenido
sus frutos. Semanas atrás se conocía la noticia de que se había encontrado a la
nieta número 103. “El trabajo de las Abuelas es un trabajo como si fuera una
gotera de una canillita que está cayendo en un balde y los nietos llegan así a
cuentagotas. A veces hemos tenido la suerte de encontrar a cuatro en un año,
ahora el año pasado como este ha estado más flojo pero hemos encontrado ahora
la 103. Nosotros estamos trabajando para eso, para encontrar a los nietos,
buscándolos para devolverles su verdadera identidad. Ellos están con identidad
falsa, ninguna persona puede vivir con identidad falsa, es un delito y ese
delito se tiene que castigar. Por lo tanto si nosotros encontramos a los nietos
ellos van a recuperar su identidad. Van a saber quiénes son, quiénes fueron sus
padres y de dónde vinieron”.
Un proceso difícil es el que vive cada nieto recuperado y cada familia
biológica al producirse la restitución, sobre todo teniendo en cuenta las
edades actuales de los nietos, el real conocimiento de su historia y el cambio
que ello produce en sus vidas. Ese proceso de la vuelta a la familia original
es muy difícil, dice Buscarita, pero muy importante también: “Yo lo digo porque
tengo mi nieta restituida hace varios años y mi nieta me ha dicho ‘lo mejor que
me pasó en la vida es saber quién soy’. Yo pienso que realmente ellos quedan
libres cuando saben quiénes son. Estos son jóvenes que realmente están cautivos
por estas familias, no saben su historia, les han mentido. Ahora, a esta altura
de la vida en que los jóvenes tienen 33, 34 años, recién ahora saben la verdad;
ahí recién es cuando quedan libres, recién es cuando su mente les queda libre,
y pueden pensar y pueden decidir qué quieren hacer con su vida”.
Buscarita aclaró que en ese momento tan delicado no existe presión alguna por
parte de las Abuelas respecto a lo que cada nieto quiere hacer y ellos son
libres de decidir: “Porque tampoco es que nosotros estamos presionando diciéndoles
‘nosotros somos tu familia y ustedes se vienen con nosotros’. Ellos pueden
elegir, ellos pueden quedarse con la familia que quieran, ellos solos van a ir
pensando y decidiendo qué es lo que van a hacer en su vida. Lo importante es
que sepan quiénes son, que tengan su verdadera identidad”.