El Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº4 comenzó con la etapa de testigos en el juicio que sigue contra Gabriel David Marino, por el homicidio triplemente agravado por haber sido ejecutado mediante violencia de género, por odio a la identidad de género y con alevosía, y robo en perjuicio de Diana Sacayán. En el debate, intervienen el fiscal Ariel Yapur y la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM), que encabeza Mariela Labozzetta.
De acuerdo al requerimiento de elevación a juicio realizado por los fiscales Matías Di Lello y Mariela Labozzetta, el imputado Gabriel David Marino junto con otro hombre (que no se encuentra en esta etapa procesal) asesinaron a Sacayán en el interior del departamento de la avenida Rivadavia al 6700 entre el sábado 10 y el domingo 11 de octubre de 2015.
En la audiencia prevista al efecto, Marino hizo uso de su derecho constitucional de abstenerse a declarar.
En la jornada de ayer, los jueces Adolfo Calvete, Ivana Bloch y Julio Báez, junto con los representantes del Ministerio Público Fiscal y las querellas -que representan al hermano de la víctima y al Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI)- escucharon el testimonio de diez de los trece testigos que estaban previstos.
El primero de los testigos fue el hermano de Sacayán, Sasha, quien -ante preguntas de la querella- brindó un contexto general sobre la militancia que hacía la víctima y los proyectos que presentó y que tenía para que mejoren las condiciones de vida de travestis y personas transgénero. Desde el inicio de la investigación, el joven y su familia, contaron con la contención y asesoramiento de la Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas (DOVIC), que coordina Malena Derdoy.
Luego, fue el turno de quién le alquilaba el departamento a la víctima, quien recordó que fue alertada por el encargado del edificio de que la puerta estaba entreabierta y que hacía varios días que no se veían a Diana. Ella fue quién ingresó y vio el cuarto completamente desordenado y el cuerpo de Sacayán bajo un colchón. Esa misma escena se reflejó en el testimonio del entonces jefe de judiciales de la Comisaría 38, quién también entró al lugar y fue el encargado de llamar a la Unidad Criminalística Móvil.
Después, fue el turno de uno de los empleados de seguridad del edificio quien -ante preguntas de la fiscalía- aseguró haber visto a Diana el sábado por la noche en dos ocasiones: en la primera, cuando bajó a abrirle la puerta para que ingrese un hombre cerca de las 20.30; y la segunda vez, a las 22.30, cuando le abrió a un joven y le dio un beso. Según aseguró, ese joven era el imputado Marino.
También, declararon el comisario que estuvo a cargo de parte de la investigación y las posteriores detenciones de Marino y el otro imputado -quién aún que no está en la etapa de juicio-, uno de los vecinos y las cuatro personas que fueron testigos del allanamiento y del operativo en el departamento de la víctima.
El debate se reanudará el próximo lunes 26 de marzo, con la declaración de nuevos testigos.
LOS HECHOS
Según el requerimiento de elevación a Gabriel David Marino, junto a otro hombre (que no se encuentra en esta etapa procesal) asesinaron a Sacayán en el interior del departamento de la avenida Rivadavia al 6700 entre el sábado 10 y el domingo 11 de octubre de 2015.
El cuerpo fue hallado dos días después atado de pies y manos. De acuerdo a la autopsia, Sacayán recibió 27 lesiones en su cuerpo, 13 de las cuales fueron producidas por un arma blanca. En el departamento se encontró un cuchillo con una hoja de 20 centímetros.
Marino está detenido desde octubre de 2015, luego de que se investigaran llamadas y se tomara declaración al entorno de la víctima. En noviembre del año pasado, la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal prorrogó por cuatro meses más su prisión preventiva. El hombre está acusado de cometer los delitos de “homicidio triplemente agravado por haber sido ejecutado mediando violencia de género por odio a la identidad de género y con alevosía y robo”.
En su indagatoria, Marino reconoció que había conocido a Sacayán en el marco de un tratamiento por adicciones y que había tenido un par de encuentros sexuales con ella pero negó haberla matado. Según la versión que dio en su indagatoria, llegó al departamento aquél día y allí había otro hombre con el que la víctima habría discutido. En ese momento, Sacayán habría sacado un cuchillo, el hombre se lo habría arrebatado y la habría apuñalado.
Para los fiscales que intervinieron durante la etapa de instrucción, el contexto y el modo en el que se produjo el hecho permitieron suponer que el homicidio estuvo motivado “por su condición de mujer trans y por su calidad de miembro del equipo del Programa de Diversidad Sexual de INADI, impulsora de la lucha por los derechos de las personas trans, líder de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays y Bisexuales (ILGA) y dirigente del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL)”.
Sostuvieron que Marino llamaba por teléfono a Sacayán, la contactaba por Facebook e iba seguido a su departamento. Incluso, ella lo presentó a sus compañeras y amigas como su novio. Consideraron, entonces, que el acusado ingresó al círculo íntimo durante el último mes de su vida y que esa circunstancia le facilitó el acceso a la vivienda la noche del homicidio.
Travesticidio y crimen de odio
Los fiscales explicaron que la identificación del género de una persona (para delimitar el encuadre de la conducta prevista en el inciso 11 del artículo 80 del Código Penal sobre los homicidios cometidos por un hombre contra una mujer mediando violencia de género) debe hacerse en función de su identidad de género. Por ello, es que el término “mujer” incluye también a las personas travestis, transexuales o transgénero que tienen una identidad femenina.
Explicaron que el inciso 11 abarca una modalidad específica de femicidio que es la llamada “travesticidio/transfemicidio y es la que pretende visibilizar la particular violencia que sufren las travestis y mujeres trans.
Con respecto al odio, indicaron que el primer indicio para establecerlo es el alto grado de violencia con que los autores perpetraron el crimen y “los signos de ensañamiento que exceden claramente la mera intención de matar”. Recordaron que fue apuñalada, amordazada, atada de pies y manos, golpeada, con puños y objetos contudentes y hasta pateada. Luego, repasaron la indagatoria de Marino donde se evidenciaron “prejuicios que albergaba hacia las personas travestis y homosexuales”.
Fuente: fiscales.gob.ar
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