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Hacia la vida
Sonó la anécdota hecha relato y parte sustancial de la historia: una familia y quienes se atrevieron a desafiar el genocidio, Jorge Alessandro rescata la acción que salvó vidas y reivindica a compañeros en su obra “El carro de la vida”.
Categoría: Derechos Humanos

Sonó la anécdota hecha relato y parte sustancial de la historia: una
familia y quienes se atrevieron a desafiar el genocidio, Jorge Alessandro
rescata la acción que salvó vidas y reivindica a compañeros en su obra “El
carro de la vida”.

“Alejandra y Juan Manuel viajan, todavía, dentro
de aquel carro, como también lo hacemos nosotros o nuestros padres
desaparecidos, hacia un destino incierto. Pero sí con la certeza que brinda el
desplazamiento metafísico de la memoria, la escritura de un tiempo por venir”, introduce
Julián Axat en el prólogo de la publicación.

Memoria
“El carro de la vida es un relato desde el punto de vista literario, hace
eje con un hecho que tiene que ver con el terrorismo de estado, con la muerte y
desaparición de los padres de Alejandra y con la muerte y desaparición que se
confirmó después de Mónica, hermana de Alejandra (Santucho) y tiene que ver con
un episodio ocurrido unos días después que es el rescate de Juan Manuel y
Alejandra, por unos compañeros de militancia de sus padres”, cuenta Alessandro,
su autor.
La presentación contó con la adhesión de la Secretaría General de Cultura y
Extensión Universitaria y la Subsecretaría de Derechos Humanos de la
Universidad Nacional del Sur.
Muchas personas se acercaron a la Casa de la Cultura en calle Alem para
acompañar esta presentación, entre los asistentes se encontraban dos de los
compañeros encargados de llevar adelante el rescate: Oscar Avila y Miguel
Gallardo.
El libro surge frente a un hecho puntual: “Fue después de 36 años a raíz de la
presencia de Alejandra en la ciudad de La Plata por el juicio de lo que se
conoce como “El Circuito Camps”, en el cual declaró, ella se reúne con algunos
de los protagonistas de aquel rescate que eran los compañeros de militancia,
como dije, de sus padres; y realizaron un homenaje en el lugar donde ocurrieron
los hechos. Ese acto, para mí, fue impactante. El acto estuvo teñido de una
gran humildad, propia del barrio que corresponde a la periferia de la ciudad
con características que aún hoy se conservan, como calles de tierra, cerca de
un arroyo. Todo ello me causó un alto impacto y fue cuando pensé que ello tenía
que quedar escrito, relatarse como uno más de los tantos hechos producidos por
el terrorismo de estado, y así fue como empecé a escribir. También recuerdo que
durante aquel acto, Alejandra, mientras contaba lo que ella recordaba -ya que
era muy chiquita- dijo en algún momento “recuerdo ese carro como el carro que
nos llevó a la vida”.
Más allá de cualquier calificativo literario, el texto es un homenaje a la
militancia. “Los niños fueron rescatados de la casa de unos vecinos, que los
cuidaban hasta que los captores volvieran por ellos, en un carro tirado por
caballos. Cuando escuché eso, me dije, ese es el título; por eso digo que el
título lo puso ella”.

Justicia
“Ya hemos presentado el libro tres veces en La Plata, pero en esta
oportunidad es muy especial para mí por encontrarme rodeada de la gente que
siempre me acompaña, que nos quiere bien, a mí y a todos mis compañeros. Ante
todo quiero ser agradecida, sobre todo agradecer poder estar acá, podría haber
sucedido que no estuviera ni yo ni mi hermano, y estamos los dos. Primero
quiero agradecer a Eduardo (Hidalgo) y a Hugo (Cañón) porque aceptaron esta
propuesta, ellos son los referentes de siempre, a los que recurrimos cuando
dudamos algo, son los que -aunque estemos equivocadas- nos dicen “es decisión
de ustedes” sin cambiar el texto, nos respetan, nos quieren. Es por eso que
consideramos que en esta presentación tienen que estar nuestros dos mayores
referentes. Tampoco me olvido de Ernesto (Malisia) con quien pude compartir
cosas en la primera etapa de H.I.J.O.S., un ser muy maravilloso, no sólo de lo
militante, sino también en lo personal”, evoca Alejandra Santucho, la
protagonista de esta historia e integrante de la Agrupación H.I.J.O.S.
“El caso de Alejandra es un caso típico, ella ha podido superar el dolor de la
pérdida de sus padres, de su hermana y hoy, por sobre eso, ha sabido
transformarlo en militancia por más justicia, por más verdad, por memoria en su
participación en H.I.J.O.S.”, reflexiona el autor. “Creo que esos compañeros
actuaron más por un mandato de su propia humanidad que los llevo a asumir la
valentía, el compromiso y el riesgo de provocar ese rescate. Es un homenaje a
la militancia de aquellos años, entendida como la puesta de voluntad y empeño
por involucrarse con objetivos que los trascendían, que iban más allá de sus
propias personas, de sus propias condiciones, donde lo colectivo primaba sobre
lo individual, el compartir como contenido social. Era una militancia era una
palabra que se conjugaba en la tercera persona del plural del tiempo verbal, es
decir, era el nosotros, era la solidaridad, era el compromiso, era la justicia
-también en términos colectivos-, era el compañerismo”.

Verdad
Frente al primer borrador, Alejandra Santucho cuenta que “cuando leía la
historia parecía como que me quería apurar, me lo devoré, lo leí muy rápido,
parecía que me apuraba para saber cómo terminaba. Nadie mejor que yo sabía como
terminaba, pero quizás inconscientemente lo que quería era que tuviera otro
final o que por lo menos no hubiese sucedido todo lo que pasó y sí algunas
partes. Así es que mi eterno agradecimiento a Jorge por el respeto con que
escribió, por el respeto con que rescató la experiencia personal y la historia
de los compañeros que sin duda, de lo que hay escrito, es lo que más nos llega
a nosotros y lo más veraz de la historia”.
Los agradecimientos se hicieron extensivos a los “compañeros de H.I.J.O.S que
están casi todos, los de antes y los de ahora, lo que demuestra que hay algo
que nos une y nos hermana que es justamente esto. Y por último, quiero
agradecer a quienes, por quienes, nosotros estamos acá que son el Colo y el
Negro que son los dos protagonistas que esa noche tomaron la decisión de
rescatarnos a horas, no más, de que vinieran a buscarnos haciendo, cómo dice
Hugo, espionaje, preguntándome a mí si había milicos adentro, contándole yo al
Colo: “Colo, nos van a venir a buscar” y el decirme “Bueno, quedáte tranquila,
quedáte tranquila”, todo lo que me podía decir. Y despertarme esa madrugada el
Negro, con bigotes y el pelo peinado para atrás; una cosa muy rara, pobre
familia llena de susto; despertándome diciendo “Tata somos nosotros, somos
nosotros”. Y lo que recuerdo es que lo único que atiné a decirles fue “Los
estaba esperando”, y realmente los estaba esperando porque era muy conciente de
lo que iba a pasar en muy pocas horas. Entonces, el agradecimiento a todos los
que hicieron posible que nosotros estemos acá”.

En la Ex ESMA
“El carro de la vida” fue presentado el 27 de septiembre ante un numeroso
público en el Espacio Memoria y Derechos Humanos.
Estuvieron presentes entre otros dos compañeros encargados del rescate, el Colo
Gallardo y Oscar Ávila, quienes recordaron detalles del rescate y recordaron al
otro compañero, el Cuervo Tolosa y Pajarito Martínez, presente en el acto.
Leonardo Fossati, representante del directorio de organismos de derechos
humanos en el Espacio Memoria, señaló: “Es un orgullo que en este lugar, que
funcionó como maquinaria del horror, hoy se den a conocer este tipo de
historias de personas que se jugaron la vida en pos del otro”.
El secretario de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, Guido
Carlotto, sostuvo: “Quienes sobrevivimos al terrorismo de Estado tenemos que
recoger muchas historias que todavía no se han contado, aquellas historias de
gente común, del pueblo, que nos abrieron las puertas, resistiendo a la
dictadura”.
En este acto los artistas Roberto Crespo y Fabián Martínez donaron al Espacio
Memoria la pintura que evoca el rescate de los hermanos Santucho. Entre los
presentes se encontraban Eduardo Jozami, director del Centro Cultural de la
Memoria Haroldo Conti; y los integrantes de la comisión organizadora del homenaje:
Norma Benítez, Jorge Asuaje, Daniel Cárdenas, Héctor Ortiz y Tito Martínez.



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2013-10-07 08:10:00
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