La iniciativa se llevó a cabo en el marco del aniversario del fallecimiento de Celia Jinkis de Korsunsky, quien partió el 14 de julio de 2022, y que tras más de 45 años de lucha, nunca pudo saber el paradero de su hijo. Las encargadas de seleccionar el material que se expuso y de diseñar la muestra fueron sus amigas y compañeras de militancia, Carmen Ortiz, Mónica Colaianni y Marita Aure.

“Fue un lazo muy fuerte el que nos unió, con un recorrido de muchos años juntas”, afirmó Aure: “Celia es una referente muy importante en lo que es el movimiento de Derechos Humanos y todo lo que son distintos grupos reclamando por cuestiones de derechos. Ella siempre estaba presente”.

La muestra comenzó a gestarse poco tiempo después de su fallecimiento, a partir de la idea de su familia y amistades: “Teníamos que homenajearla por lo que ella fue como persona, como militante, como referente, con esa integridad tan grande que siempre tuvo. Así empezamos a pensar en eso, y nos reunimos en la Secretaría de Derechos Humanos de la CTA a pensar actividades”.

La primera acción fue la participación en el acto por el 24 de marzo, y luego la creación de una huella en referencia a su lucha y Eduardo en la Plaza de la Memoria y la Resistencia, y se hizo un afichaje con obras de alumnos y alumnas de la Escuela de Artes Visuales en calle 12 de octubre y López Francés, sitio dónde próximamente realizarán un mural.

Vida y recorrido

Para la realización de la muestra fotográfica y documental se sumaron Julieta Ortiz de Rosas, Carolina Montero y Emiliano Randazzo, entre otras personas.

“Celia tenía un frondoso archivo en su casa y, tanto a sus hijas como a nosotras, nos había dicho que no quería que todo quedara en un cajón. Quería que esto sirva, que quede en un lugar donde se vea con amor y con compromiso, para que sirva a las generaciones futuras. Ese era un norte que ella tenía, y a nosotras se nos grabó a fuego, y queríamos dar cumplimiento a esa promesa”, puntualizó la referente de la Secretaría de Derechos Humanos de la CTA, Marita Aure.

 De esa manera, se seleccionaron los elementos que finalmente se expusieron, de entre varias cajas colmadas de libros, fotografías, objetos, esculturas, y documentación.

Mónica Colaianni, en diálogo con la Cooperativa de Trabajo Ecomedios, contó que “esta selección llevó mucho tiempo. Es una proporción pequeña de todo lo que hay en el archivo. Era una recolección de documentación que ella hizo durante muchos años, desde el 86 cuando desaparece su hijo. Sus trámites, cartas presentadas a los distritos militares, a obispos, a organismos internacionales, habeas corpus. Infinidad de papeles. Celia acostumbraba a escribir pequeños papelitos con frases que eran importantes, así que fue un trabajo minucioso”.

Por su parte, Julieta Ortiz de Rosas, explicó: “Al principio no teníamos muy en claro qué tipo de registro íbamos a exhibir, pero a medida que íbamos conociendo el archivo, nos dimos cuenta de la magnitud de determinados registros que hicimos prioridad”.

Así, con predominancia del papel, se priorizaron cartas que tienen que ver con el núcleo familiar y afectivo de la referente; cartas del año 1966 en las que Eduardo le cuenta a su madre que estaba paseando por Buenos Aires, otras en las que narra su experiencia en el servicio militar, y otras que exponen su persecución. También se recopilaron fotografías de diferentes movilizaciones y actividades a lo largo de la militancia y búsqueda de Celia; papeles con ideas y borradores de discursos; y transcripciones de entrevistas realizadas en FM de la Calle a sobrevivientes de la dictadura cívico militar.

“La muestra es la continuidad de muchas cosas, es algo más de un montón de acciones que se vienen haciendo hace tantas décadas. Y en el contexto del aniversario de la muestra de Celia se hace esto, pero la materialidad de la muestra es por otros procesos de lucha. Siempre hubo movimiento en relación a la Memoria, la Verdad y la Justicia, y acá se armó el planteo de la defensa de Derechos Humanos apoyándonos en el archivo de una Madre de Plaza de Mayo que es referencia”, reflexionó Ortiz de Rosas.

Defender la democracia

En la actualidad, en un contexto donde determinadas esferas políticas buscan reivindicar a la junta militar y negar lo sucedido entre 1976 y 1983, estas iniciativas son un bastión que sostiene la historia: “No es pasado. Es hacer Memoria, y es caminar hacia el futuro, y seguir mostrando y sabiendo qué pasó y cómo pasó”, afirmó Aure.

En esa línea, agregó que “en estos tiempos corremos con la desventaja de que hay discursos que falsean la verdad, la tergiversan, y hay que estar todo el tiempo batallando con esto. Por ahí en una dimensión más pequeñas, es mostrar esto”.

Por su parte, Colaianni expresó: “Se hizo una reivindicación del negacionismo, de negar el genocidio. El objetivo de la muestra es traer a la luz lo que realmente pasó, con algo concreto que no se puede negar. Son verdades históricas, avaladas por muchos años de lucha, con muchos años para mostrar lo que realmente paso, de situación de dictadura. Una prueba de eso son los Juicios, a pesar de que hayan sido tardíos porque no es tan fácil llegar al juzgamiento, por otra de las características de la represión en dictadura que es que era clandestino”.

“La Memoria es un tema que muchas veces no es prioritario para la mayoría de las personas. Por eso hay que hacer un trabajo de hormiga importante, sabiendo que al público al que se llega no es masivo, pero siempre es importante mostrarlo”, concluyó.

Autor: Redacción Ecodías