Con un imponente marco de acompañamiento de organismos de Derechos Humanos, autoridades universitarias, estudiantes y organizaciones sociales y políticas; los fiscales Abel Córdoba, José Nebbia y Miguel Palazzani, que investigaron el accionar del multimedios bahiense La Nueva Provincia durante la última dictadura cívico militar, recibieron el premio Rodolfo Walsh que entrega cada año la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata.

El acto de entrega del galardón al trabajo colectivo en los juicios de lesa humanidad realizados en Bahía Blanca, tuvo lugar el pasado jueves 19 de mayo en el aula Anfiteatrada del edificio “Presidente Néstor Carlos Kirchner” de Diagonal 113 y 63.

El movimiento en los pasillos de la casa de estudios comenzó temprano con la realización de una asamblea interclaustro en la cual Estudiantes, Docentes, No docentes y graduados; discutieron los pasos a seguir en referencia al contexto actual en el que se encuentran las universidades nacionales, debido al achicamiento por parte del gobierno nacional, del presupuesto universitario.

Acompañando a los fiscales estuvieron, la decana Florencia Saintout, un representante de la Agrupación Rodolfo Walsh que conduce el Centro de Estudiantes, Nicolás Martínez, oriundo de Bahía Blanca.

Ubicados en primera fila estuvieron presentes la Madre de Plaza de Mayo de La Plata, Ereña Sánchez Viamonte; el titular de la APDH de Bahía Blanca, Eduardo Hidalgo; Alejandra Santucho de H.I.J.O.S Bahía Blanca y compañeros de H.I.J.O.S La Plata; el intendente de la ciudad de Ensenada, Mario Secco; los familiares de Emilia Uscamayta Curi, una estudiante de esa facultad fallecida el pasado 1 de enero en una fiesta organizada por gente allegada al intendente platense de Cambiemos, Julio Garro; el sobreviviente de la Escuela Superior de Mecánica de la Armada, Martín Gras; los sobrevivientes del CCDyT La Escuelita, Alicia Partnoy, Patricia Gastaldi y Eduardo Hidalgo; el titular de las Agencias Territoriales de acceso a la Justicia, Julián Axat; la fiscal Cristina Caamaño; el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla; el Titular de la Procuraduría Adjunta de Narcocriminalidad de la Nación (PROCUNAR) e integrante de Justicia Legítima, Félix Crous; la jueza federal María Roqueta; el senador provincial por Bahía Blanca, Federico Susbielles; los investigadores que colaboraron con el libro de Adelina Dematti de Alaye, quien falleció este 24 de mayo; Ricardo Martínez y Karen Wittenstein; el periodista y abogado querellante en causas de lesa humanidad, Pablo Llonto; el extitular del CONICET, Roberto Salvarezza; y el decano de la Facultad de Ciencias Exactas, Carlos María Naón.

Asimismo, sumaron adhesiones al reconocimiento, el ex ministro de la Corte Suprema, Raúl Zaffaroni y el presidente del Tribunal Oral Federal en lo Criminal N1 de La Plata, Carlos Rozanski.

En la previa del acto protocolar, se proyectó un video institucional que mostró el trayecto de la investigación sobre el accionar de la familia Massot durante la última dictadura cívico militar; así como también el trabajo comenzado por el fiscal Hugo Cañon, quien falleció en enero pasado.

La primera en tomar la palabra, fue la decana Florencia Saintout quien describió el honor que significa entregar el Premio Rodolfo Walsh, de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, a los fiscales Abel Córdoba, José Nebbia y Miguel Palazzani. Y sostuvi que “este premio, que se da en una Universidad Pública, en un edificio llamado Néstor Kirchner, no es un premio neutral: es un abrazo con aquellos que luchan, con quienes han tomado posición por el lado de los más débiles. Es un premio que lleva el nombre de Rodolfo Walsh, que tenía una preocupación profunda por la verdad y por la justicia, que supo embarrarse, transformarse y comprometerse. Rodolfo Walsh supo, además, que el periodismo de investigación tenía que estar presente en la lucha política, que tenía que estar en contacto con el pueblo. Tal como ocurre con estos fiscales de la Patria”.

En ese sentido, Saintut, enfatizó sobre el agradecimiento para con la investigación que Abel Córdoba, José Nebbia y Miguel Palazzani llevaron adelante. “Una investigación minuciosa, que se pregunta por el lugar que ocupó La Nueva Provincia, un actor de tanto peso, en la última dictadura cívico-militar. Los fiscales vieron a través del análisis del discurso del diario cómo se fue construyendo el exterminio del otro, las condiciones del horror. Ellos fueron quienes investigaron cómo la familia Massot no sólo ocultó información, desinformó y tergiversó, sino que también entregó trabajadores a la tortura, a la muerte, a la desaparición. Fueron estos valientes fiscales quienes pidieron, también, la publicación de la sentencia de la última causa por delitos de lesa humanidad en Bahía Blanca en LNP, como acto de reparación a la biografía de las víctimas”, sostuvo.

En referencia a los intereses atravesados por la investigación de los fiscales, la decana argumentó que, “se enfrentaron con coraje y valentía al poder de los medios, pero también a un aparato judicial profundamente conservador, nos hacen creen en la justicia, en la posibilidad de la reparación, en la justicia ligada a la verdad y a la memoria”; y también recordó al fiscal Hugo

Cañón, que fue el “primero en recorrer este camino y cuyo aporte ha sido absolutamente imprescindible”. Para concluir, instó al “aprendizaje colectivo” y que los fiscales “han dado cuenta desde el lugar de la Patria donde están, que esa parte de la historia que estaba en sus manos la hicieron caminar”.

Los fiscales

Una vez concluidas las palabras de la decana, se hizo entrega de tres estatuillas del premio Rodolfo Walsh y ese fue el momento de las fotografías; aunque habría más luego.

Los fiscales se ubicaban de izquierda a derecha; Pallazani, Córdoba y Nebbia.

El primero en hablar al micrófono fue Abel Córdoba, quien manifestó y así lo mostraba su rostro, muy emocionado y abrumado por el momento. “siento que las palabras no me alcanzan para describir lo que siento”, aseguró.

La primera referencia de Córdoba fue para la educación pública y la importancia que representa recibir el reconocimiento por parte de una facultad perteneciente a una universidad pública. Por lo que sostuvo que “la universidad cumple su cometido cuando interrumpe el destino, y para tres paisanos como nosotros la universidad pública interrumpió nuestros destinos, por eso es tan importante que la distinción se haga en este ámbito”.

Lo siguiente fue reconocer la figura de Cañón en relación a los juicios de Bahía Blanca y contó que cuando comenzaron los juicios, veían en el banquillo de los acusados a generales, tenientes, policías, miembros del servicio penitenciario, pero sentían que faltaba alguien; faltaban los ideólogos del exterminio; y remarcó la participación activa y no solo complicidad, de La Nueva Provincia en el terrorismo de estado y la complicidad a su vez de Vicente Massot en el asesinato de los obreros gráficos Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola.

“entre las bravuconadas de un medio amarillista y lo que hizo ese medio en Bahía Blanca hay una distancia enorme, porque ellos fueron coautores de los terribles crímenes que se cometieron”, sostuvo.

Y recordó, “cuando llamamos a la viuda de Heinrich para declarar en la fiscalía me contaba el drama humano de quedarse sin su compañero a cargo de sus hijos; ella me contaba que tenía 5 hijos y solo dos pares de zapatillas para mandarlos a la escuela, y que pese al hambre que pasaron nunca se acercó a pedirle a los asesinos de su marido una indemnización”.

También describió el momento en el que solicitó al juez Eduardo Tentoni realizar un allanamiento al diario y a lo que el juez respondió que “vamos a aparecer los dos con un tiro arriba de un bote”. “parecía que el juez se sentaba dentro de sí, queriéndose esconder”, contó Córdoba.

Antes de dejarle la palabra a sus compañeros y que estallara la primera ola de aplausos, Abel Córdoba aseguró que “los juicios de lesa humanidad están atravesando el momento más difícil, corremos el riesgo de que los juicios terminen siendo rituales vacíos de contenido sin el acompañamiento de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia; a eso debemos resistirnos”.

El segundo en hacerse del micrófono, fue el fiscal choelense, José Nebbia quien agradeció a la Facultad por el reconocimiento, destacando el rol de la universidad pública y argumentando que “es tinta sobre la papel la prueba de la participación de La Nueva Provincia en el terrorismo de estado y ningún proceso de exterminio empieza porque sí, y nosotros recuperamos pruebas desde el año 1973”.

Asimismo, se preguntó el por qué en los ámbitos del derecho no se tratan estas temáticas. “En este ámbito de periodismo destacan la labor de un grupo de abogados en una fiscalía; yo me pregunto ¿qué pasa en nuestros ámbitos del derecho que no se tratan estos temas?”.

Para ilustración de todos los presentes, Nebbia fue leyendo algunos de los artículos firmados por Massot y sostuvo que LNP, “fue un foco de penetración cultural muy fuerte y lo que nosotros vemos es que fue utilizado como usina por el Estado terrorista”.

Luego de la segunda ola de aplausos, la palabra de Pallazani.

Miguel Pallazani, comenzó o continuó, con los agradecimientos; mencionando a la “guardia imperial” como calificó a H.I.J.O.S Bahía Blanca y la APDH, con referencia al acompañamiento hacia el trabajo de los tres fiscales.

Asimismo, sostuvo que la iglesia católica también fue “una pata fundamental” en el accionar de la dictadura, también en Bahía Blanca.

Sobre la decisión del juez Claudio Pontet, quien dictó la falta de mérito para acusar a Vicente Massot, afirmó que “llegan al punto de defender lo indefendible y cometen la ridiculez de decir que La Nueva Provincia fue una víctima de la dictadura”. En marzo de 2015, el juez federal Claudio Pontet dictó la falta de mérito probatorio del empresario periodístico Vicente Massot, rechazando las pruebas presentadas por los fiscales. La decisión provocó un amplio rechazo de organismos de derechos humanos, que leyeron el fallo como un paso estratégico de la corporación judicial de Bahía Blanca para que no avancen los juicios por responsabilidades civiles, eclesiásticas y mediáticas.

Para finalizar, Miguel Pallazani, llamó a continuar luchando e hizo referencia al vaciamiento que intenta realizar el gobierno de Mauricio Macri, sobre las políticas de Derechos Humanos.

El reconocimiento

La distinción Premio Rodolfo Walsh, en memoria del periodista y escritor secuestrado y desaparecido por el terrorismo de Estado, y decidida por el Honorable Consejo Directivo de la casa de estudios, es un reconocimiento a aquellas figuras que desde su trayectoria en la política, la cultura, el deporte o los derechos humanos hacen un significativo aporte a la reivindicación de las causas sociales y populares.

En su misión, teniendo como punto de partida que ninguna dictadura es posible sin su necesario apoyo comunicacional para conseguir el consenso simbólico en la sociedad, los fiscales realizaron investigaciones inéditas sobre la participación civil, en este caso de un multimedios, como uno de los brazos ideológicos del Ejército y la Armada.

Desde la Facultad de Periodismo, sostuvieron que la “labor de los fiscales apuntó a la relación de los directivos del diario con miembros de la Junta Militar, y al secuestro en sus casas en junio de 1976 de Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola, delegados gremiales del diario e integrantes del Sindicato de Artes Gráficas de Bahía Blanca. La familia dueña del medio, imputada en el caso como coautores “instigando, determinando, prestando aportes indispensables para su concreción material y encubriendo a sus autores inmediatos”, no denunció los secuestros de sus trabajadores, anunció en breves líneas su desaparición y no volvió a recordar lo sucedido”.

En la segunda imputación, los tres fiscales resaltaron cómo el medio, cuyo actual propietario es Vicente Massot, machacó conceptos propios del discurso militar que fueron sustento de los crímenes de lesa humanidad, y que son una muestra de la relación causal entre las publicaciones y el genocidio, tales como “guerra”, “guerra sucia”, “enemigo”, “delincuente subversivo” y “aniquilamiento”.

En el documento en el que solicitan el procesamiento y la prisión preventiva de Vicente Massot, en 2012, los fiscales citan un editorial de La Nueva Provincia del 19 de noviembre de 1977, donde establecen el estrecho vínculo entre los militares y la postura del diario: “Más que hablar de la guerra, hay que hacer la guerra. De entre todas las profesiones le cabe al periodismo un puesto de avanzada en las trincheras de la Patria. Contiguo al de los soldados que, día a día, se lanzan a la cotidiana aventura de defender las raíces fundacionales de la Nación, anejo al de los esforzados agentes de policía, siempre dispuestos a dar su vida en defensa del país, nuestro puesto está cavado en las entrañas ideológicas de la realidad…”.

Autor: Redacción Ecodías