El juez Álvaro Coleffi le tomó declaración al obispo Guillermo Garlatti
y a Leopoldo Bochile por el dinero que en vida cobraba el cura Aldo Vara,
acusados por crímenes de lesa humanidad.

Como es sabido el cura Aldo Vara, acusado por
crímenes de lesa humanidad durante la dictadura, se murió pero la investigación
sobre su estado de prófugo y la posible colaboración de diferentes personas
para con eso, sigue su curso.
En la mañana del miércoles 11 de junio de 2014, el juez Álvaro Coleffi citó a
declarar al arzobispo Guillermo Garlatti y a Leopoldo Bochile por su presunta
vinculación con el cura Vara cuando éste se encontraba buscado por la justicia.
Es que mientras Vara se escondía de dar cuenta de sus responsabilidades,
recibía un dinero a modo de jubilación que salía del arzobispado bahiense y que
era cobrado por el apoderado del sacerdote fallecido, Leopoldo Bochile.
A raíz de ello, se llevó a cabo una denuncia contra el propio Bochile y también
contra el mencionado Garlatti a quienes se los acusa por el delito previsto en
el artículo 277 del Código Penal que estipula penas de seis meses a tres años
de prisión a quien, entre otras cosas, «ayudare a alguien a eludir las
investigaciones de la autoridad o a sustraerse a la acción de ésta».
En el mientras tanto, se le tomó declaración al administrador de la curia,
Bruno Cuchetti y se realizó un allanamiento en la misma donde se logró dar con
documentación relacionada a los beneficios jubilatorios abonados a Vara, entre
ellas el poder firmado por Vara a Bochile para poder cobrar y los recibos de
los pagos de al menos los últimos diez años.
Finalmente llegó el turno para que los dos acusados declaren y lo hicieron en
las dependencias ubicadas en la primera cuadra de calle Lamadrid. El primer
lugar correspondió al arzobispo Garlatti quien ingresó en horas tempranas y
brindó una extensa declaración. Lo hizo acompañado de su abogado Héctor
Bertoncello mientras que después hizo lo propio Bochile quien entró con su representante
legal, el doctor Rubén Diskin.
Concluidas sus palabras, Garlatti salió del edificio aclarando a los
periodistas presentes que no iba a realizar declaraciones al periodismo: “Me van a perdonar pero no voy a hacer por el
momento ninguna declaración”.
Señalando que respecto a lo dicho ante el juez “ya se van a enterar de todo en
su momento”, Garlatti manifestó que hizo todo lo que tenía que hacer y dijo
todo lo que tenía que decir: “Bueno, adiós, que Dios los bendiga a todos”. Luego
de la bendición cerró la puerta del auto al que subió y se marchó por calle
Lamadrid.
Para otra dirección y caminando se dirigió su abogado, Héctor Bertoncello quien
sí se dispuso a atender a la prensa y preguntado sobre en qué aspectos hizo
hincapié la fiscalía respondió: “Sobre algunas notas y desde la forma en que un
sacerdote se va de la diócesis. Son temas que yo no conocía, que lo dice el
obispo que es de derecho canónico, a quién le pide autorización para irse…”.
Acerca de si está acreditada una relación entre Vara y Garlatti, del dinero
enviado y si Garlatti sabía dónde se encontraba el cura muerto, señaló: “No, el
dinero es otra cosa porque es un fondo fiduciario que se maneja desde Buenos
Aires pero lo del domicilio no porque se fue de acá desde el 2001 Vara”.
Afirmó Bertoncello que Vara tenía un apoderado desde 2001 “que es el señor
Bochile que ahora está por declarar”.

Diferencias ideológicas
Bertoncello dijo no tener ninguna duda de que Garlatti desconocía el
paradero de Vara: “Inclusive hay pruebas que no aportamos nosotros sino que
aportó el juzgado que él (Vara) estaba primero en la casa de su madre en La
Plata”.
Además, destacó que la defensa que hace de Garlatti no es una mera defensa
técnica sino también ética.
Más allá de no saber quién atendía a Bochile en la curia cuando iba a buscar la
plata para Vara, Bertoncello se refirió a una parte de la declaración de sui
representado: “Lo que puntualizó primero el arzobispo es el gravísimo conflicto
que tuvo con Vara en Mendoza en el Verbo Encarnado, inclusive que lo llevó a ir
varias veces a Roma porque el Verbo Encarnado responde a una ideología de
ultraderecha”.
En ese sentido, habló de una diferencia ideológica entre Garlatti y Vara. “Si,
eso está probado aparte porque nosotros acompañamos notas donde Vara lo ataca
gravemente a Garlatti, estamos hablando del año 2001, antes que él fuera
nombrado obispo acá. Es más, fue con el hoy papa, el cardenal Bergoglio a Roma
también a puntualizar las disidencias con este tema porque de acuerdo a lo que
dijo el arzobispo por ejemplo que esta agrupación tenía un seminario y captaba
a chicos para ser seminaristas por ejemplo de Bahía Blanca y no les avisaban
nada a los padres”.
Bertoncello afirmó que confía totalmente en la inocencia de Garlatti pero
vuelto a consultar acerca de lo que se sabía respecto de que se pagaba un
dinero a Vara, brindó una frase interesante: “Sabían que había un apoderado
pero a partir de ahí no sabían quién era el que tenía el pod…es decir, el poder
por escribano no existía, había una nota que le dejó a Rómulo García que era el
antecesor de Garlatti”.
Por otro lado, según se pudo saber, Leopoldo Bochile se negó a prestar
declaración ante el juez.

Bloque quebrado
Aparte de ser abogado de Garlatti, Bertoncello pertenece a la agrupación
política Integración Ciudadana la cual cuenta con representación en el Concejo
Deliberante. Pero justamente por haber accedido a ser abogado de Garlatti, un
sector de Integración Ciudadana, el Partido Comunista, decidió dejar el espacio
que encabeza el concejal Raúl Woscoff.
Los medios también consultaron a Bertoncello sobre este tema que vio la luz
horas antes de la declaración de Garlatti ante el juez Coleffi: “Se que hay un
sector que no está de acuerdo, yo ejerzo mi derecho de defender como a algunos
de esos sectores de izquierda los defendí durante la dictadura militar. Es
decir, yo siempre soy consecuente, nadie puede ser culpable antes de tener una
condena, a nadie se lo puede satanizar diciendo que es culpable y que por eso
no se comparte un espacio político. En mi criterio eso es compartir la
ideología de la dictadura militar, es decir, por ser tal cosa sos culpable sin
tener un juicio previo”.
Más adelante agregó: “Estoy apenado porque es gente que yo aprecio pero yo no
les pedí autorización ni a Woscoff ni a Guevara ni al partido ni a Integración
para hacer esto como nunca le pedí a la Unión Cívica Radical en la década del
70 para defender presos políticos y yo sabía que había autoridades del
radicalismo que no estaban de acuerdo con que yo defendiera presos que podían
ser tildados de marxistas. Este es un juramento que yo he hecho en el 69 cuando
me recibí y lo voy a seguir manteniendo durante toda mi vida. No es un problema
de oportunismo político, es un problema de ética”.