Integrantes de HIJOS, Movimiento Evita y
Colectivo Kirchneristas, pintaron flores en 40 sectores de la ciudad donde
ocurrieron secuestros y asesinatos durante la última dictadura militar.

Si algo tiene de particular
el juicio a los represores es que sirve para señalar. Lo hace la fiscalía, lo
hace la querella, los que asisten a las audiencias y los periodistas que cubrimos
cada jornada en busca de Justicia. Y se señala a cada uno de los 17 represores
que están siendo juzgados pero también a aquellos que murieron, a aquellos que
vivos siguen impunes e incluso a aquellos civiles que se han nombrado durante
el más de un año que lleva el juicio.
Se señala con bronca y dolor pero además, en las últimas semanas surgió una
idea que también consiste en señalar pero en esa oportunidad se hizo con mucho
amor.
Se trata de una iniciativa que nació en el seño de Colectivo Kirchnerista y que
se efectivizo a través de un trabajo en conjunto con HIJOS Bahía Blanca y el
Movimiento Evita. Lo que se concibió señalar lugares de la ciudad en los que
ocurrieron secuestros y asesinatos y pintar una flor recordando lo que allí
ocurrió.
Integrantes de las tres agrupaciones, brindaron una conferencia de prensa en la
que dieron detalles de lo realizado. El abogado Diego Czerniecki, también
miembro de la querella en el juicio a los represores, señaló: “Un poco como
para reforzar la presencia popular de lo que viene generando este juicio en la
ciudad y para demostrar que pese a cierta cuestión de algunos cómplices civiles
de la dictadura que pretendían que acá en esta ciudad “no pasó nada”, en el fin
de semana pasado con una idea de los compañeros del Colectivo Kirchnerista, del
compañero Gerardo Bellido juntamente con la gente de HIJOS y los militantes del
Movimiento Evita Bahía Blanca, decidimos salir a señalizar cuarenta lugares en
concreto en donde, en esta ciudad pasaron cosas. Pusimos en cada uno de los
cuarenta lugares donde han sucedido secuestros o asesinatos durante la última
dictadura militar a modo simbólico, dibujamos una flor y pusimos la fecha en
que esos hechos sucedieron”.
Por su parte, Alejandra Santucho de HIJOS remarcó la importancia el hecho como
una visualización de los juicios que se desarrollan además de la memoria por los
desaparecidos: “Esto de la visualización de este tipo de cosas que nos parecen
muy importantes ya que esta es una ciudad que se caracteriza, yo voy un poquito
más allá, más que complicidades hay partícipes directos que actuaron junto con
la dictadura. Ya a los civiles no los manejamos como cómplices sino como
partícipes necesarios, que fueron quienes se beneficiaron con esta dictadura
que hubo en Argentina, y el intento de ellos por acallar este tipo de cosas
hace que nosotros agudicemos el ingenio y salgamos de todas las formas posibles
a difundir este tipo de cosas”.
Para Alejandra, la actividad fue muy linda y gratificante debido al significado
de la misma: “Señalar cuarenta lugares donde ocurrieron hechos, donde no solo
hubo desapariciones sino que hubo secuestros, puede que no hayan aparecido
nunca más pero otra gente sí, que volvió, lugares donde la dictadura dejó su
huella. Que los vecinos, que todo el que pase por el lugar sepa que a metros de
su casa algo pasó, que acá también pasan y pasaron cosas. Y también en el marco
de prontamente la señalización de La Escuelita, todavía no tenemos fecha exacta pero
sabemos que estamos muy cerquita, de la señalización, del cartel grande en La Escuelita que también va
a ser un hito muy importante para que la ciudadanía bahiense sepa que ahí hubo
un centro clandestino donde se torturó, se secuestró y donde hasta nacieron dos
bebés que todavía estamos buscando”.

Un acto reparatorio
Gerardo Bellido, integrante de Colectivo Kirchnerista, destacó el trabajo
sobre todo por el mensaje que así puede llegar hacia los más jóvenes:
“Enmarcados en una agrupación juvenil lo que notábamos era que gran parte de
los jóvenes que viven en Bahía Blanca y que no están tan involucrados en el
tema, desconocían por completo la causa, pensaban que en Bahía no había pasado
nada y lo que tratamos fue que llegue el mensaje, de que se vea, de que cuando
pasen por ahí caminando y vean la flor entiendan el significado, que comprendan
que eran jóvenes igual que nosotros en este momento. Y más que nada también
para las generaciones que vienen, que sea un paso que nunca más se vuelva a
repetir”.
Fueron cuarenta los lugares señalizados con la flor, pero en Bahía son
muchísimos más los sitios en donde ocurrieron hechos de esta naturaleza, sin
embargo este es solo el comienzo de una tarea que se intentará continuar:
“Lamentablemente son muchos los lugares, ojala hubiesen sido menos y hoy
estaríamos lamentando menos desapariciones, menos secuestros. La idea es
continuar pero todavía no tenemos algo definido” comentó Alejandra al tiempo
que agregó Czerniecki: “Concretamente en una primera pre selección que habíamos
hecho, habíamos elegido sesenta lugares, después nos dio la capacidad operativa
para pintar cuarenta, y no son tampoco sesenta sino que hubo muchos más lugares
donde ocurrieron secuestros, asesinatos o desapariciones de compañeros. A
medida que se vaya pudiendo vamos a tratar de ir marcando más”.
Contó Czerniecki que uno de los grupos que pintó una flor tuvo contacto con la
hermana de Gustavo López que al verlos les convidó café. Fue una de las
anécdotas enriquecedoras que dejo esta tarea que conmovió a todos: “Nosotros -dijo
Alejandra- como hijos fuimos a los lugares donde fueron secuestrados los padres
de nuestros compañeros y fue muy emotivo. Fue un acto reparatorio en ese
momento el hacerlo en la casa donde secuestraron, donde a los chicos los
dejaron en la casa de los vecinos… fue muy emotivo”.