El 2 de agosto se leyó la sentencia para los integrantes de Triple A. Raúl Roberto Aceituno fue condenado a prisión perpetua, por ser culpable del asesinato del estudiante David Watu Cilleruelo. Los otros tres acusados -Juan Carlos Curzio, Osvaldo Omar Pallero y Héctor Ángel Forcelli- fueron condenados a la pena máxima por el delito de asociación ilícita que se los acusaba, es decir, diez años de prisión.

Las penas otorgadas por el Tribunal, compuesto por los doctores Amabile, Aguerrido y Díaz Lacava, fueron las solicitadas tanto por la querella de H.I.J.O.S. Bahía Blanca, como por el Ministerio Público Fiscal. La organización de derechos humanos publicó en redes que “fue una sentencia tan esperada como reparatoria”.

Celebraron así que “el Tribunal haya transitado todo este proceso del juicio, con el máximo de respeto hacia todas las partes, desde el inicial pedido de disculpas por el tiempo transcurrido, reparando tantas décadas de impunidad, y que la sentencia haya puesto luz, como durante todo el debate, a tantos años de silenciamiento, oscuridad en esa etapa previa al golpe del ‘76”.

“Creemos como siempre dijimos, que la Triple A, con la anuencia estatal, fue la antesala y vino a allanar el camino a la dictadura genocida, persiguiendo, asesinando, y torturando compañeros y compañeras con compromisos políticos y sociales”, expusieron.

La sentencia ratificó “contundentemente la acción criminal de la patota en una Bahía silenciada y hasta desmemoriada, gracias tanto al gran trabajo realizado por el equipo de la fiscalía, como con lo declarado por testigos, víctimas y sobrevivientes de esta nefasta etapa”.

Por eso celebraron: “Hoy Bahía Blanca es un poco más justa, hoy deseamos de corazón que esta sentencia sirva para reparar y sanar cuerpos, historias, memorias y también espacios políticos. Con los 30.000 como Bandera Siempre”.

EN LA BAHÍA DEL SILENCIO
“La Justicia dijo que Aceituno, Pallero, Curzio y Forcelli son 4 asesinos que pertenecieron a la Triple A, patota paraestatal que asesinó, al menos, a las 24 víctimas que este juicio investigó.
Son asesinos repudiados por el pueblo argentino.
¿Qué tienen para decir quienes guardaron silencio durante décadas, aun sabiendo quiénes eran?
¿Qué tienen para decir los vecinos whitenses y bahienses que se sentaron en el juicio a decir que eran buenos muchachos?
¿Qué tienen para decir las autoridades del PJ local, que declararon a su favor? ¿Qué tiene para decir el resto, quienes no salieron a repudiarlos y guardaron un vergonzoso silencio?
¿Estaban esperando la sentencia para hacerlo?
¿No creyeron en la palabra de los organismos, de las víctimas, de las madres, hermanes, hijes?
¿No les creyeron a quienes vieron a sus seres queridos masacrados, torturados, acribillados con 20, 30, o 50 tiros?
¿Por qué no les creyeron?
Ayer la justicia en Bahía Blanca falló. No solo les creyó a las víctimas, sino que se probó, que era como ellxs declararon.
La justicia falló condenándolos, para que quienes tuvieron que vivir la pesadilla de sus crímenes y persecuciones, tengan algo de reparación, y también para que quienes no les creyeron, o miraron para otro lado, nunca tengan que pasar por el horror que ellos pasaron.
Estos crímenes no son pasado. Son presente. Y si se mira para otro lado, se pueden convertir en futuro”.
(Publicación de H.I.J.O.S Bahía Blanca, 4 de agosto de 2021)

Autor: Redacción Ecodías