Las casualidades no existen,
dicen. Son tantas las cosas que ocurren en cambio por las causalidades; más si
de cuestiones judiciales se trata.
Justamente la situación procesal
del director del diario La Nueva Provincia Vicente Massot, como la
responsabilidad penal de Hugo Mario Sierra (quien fuera secretario federal
durante la dictadura) son dos de los expedientes que estaban a cargo del Juez
Álvaro Coleffi.
En las últimas horas el Juez fue
recusado por la defensa de los imputados, y decidió apartarse de la causa.

Ya se venía denunciando las maniobras para frenar el proceso de Verdad y
Justicia en el terreno de las responsabilidades empresariales y civiles.
Fueron los mismos representantes del Ministerio Público Fiscal, José Nebbia y
Miguel Palazzani los que denunciaban que las presentaciones realizadas, entre
otras las del secretario del Juzgado Federal Nº 1, Mario Fernández Moreno
pretendían “correr el eje de lo verdaderamente importante: la responsabilidad
penal de los civiles cómplices con la dictadura cívico-clerical-militar”.

Autores y alfiles
Hacíamos mención en nuestra edición pasada al sainete judicial bahiense en el
que tanto el juez Santiago Ulpiano Martínez como el solícito secretario a cargo
de la Secretaría de Derechos Humanos Mario Fernández Moreno, llevarían los
papeles nefastos y seguramente mejor pagos.
Tal como se venía denunciando se apartó el juez Álvaro Coleffi, el juez que
intervenía en las causas donde se investiga a la prensa, el poder judicial, y a
la iglesia Católica en la dictadura militar. Participaciones y
responsabilidades
Ni uno ni otro parecen estar de acuerdo con “el curso” que siguen los trámites
a cargo del juez Álvaro Coleffi en materia de investigación de Delitos de Lesa
Humanidad.
“Distinguirme de Martínez y de Fernández Moreno, me HONRA”, dice Coleffi.
La intención desacreditar al juez Coleffi sigue la lógica del poder que no
quiere dejar de serlo en esta ciudad. “¿quién es el autor detrás del autor?, se
pregunta Coleffi, y nos preguntamos.
En el escrito sobre el pedido para que se aparte, da cuenta de cómo el
secretario solícito Fernández Moreno enarbola -selectivamente- frases y
emociones sanguíneas.
“Conozco los temperamentos de Martínez y de Fernández Moreno, no me interesa ni
juzgo su forma de pensar, sí me preocupan sus maneras de actuar. No son los
únicos”, se lamenta Coleffi. Nos lamentamos.
“He resistido al embate metódico, diario, concertado, organizado y
obstaculizador. He tolerado estoicamente el juego de doble pinzas que pretendió
condicionar mi labor. Y aseguro que los condicionamientos no vencen mi
espíritu”.

Orquesta ordinaria
Como no lograron torcer el desempeño del juez Coleffi la “orquesta” interpreta
otra melodía escandalosa y ordinaria. Y es que los poderes que tiene que
defender la corporación son, seguramente, los que los ha puesto donde están.
Trampas, entorpecimientos deliberados, y más maniobras con el único fin de
evitar la gestión que ya está iniciada: “Aun así se ha avanzado dentro del
marco probatorio incorporado por el Ministerio Público Fiscal, especializado en
la materia, hacia instancias procesales irrefutables no recorridas en la
Justicia Federal de esta jurisdicción”.
El juez que investigó a Massot, buscó a Vara y decidiría sobre Hugo Sierra ve
lógico que al secretario solícito Fernández Moreno (y a Martínez, el juez) le
preocupen su actuación; porque conoce el dicho “el león cree que todos son de
su condición”, acá no son leones pero igual se muestran oportunamente
preocupados.

Gravedades
Con clara diligencia Fernández Moreno, en el sainete hizo las veces de
manchador de la imparcialidad de Coleffi, quien resolvió apartarse de la causa
de Massot, además de poner en conocimiento al Consejo de la Magistratura de la
Nación “dada la gravedad institucional” de lo ocurrido. Solicita además a la
Cámara Federal de Apelaciones que realice las diligencias necesarias para que
se intervenga en el caso de la presentación de Fernández Moreno considerando
que el funcionario “ha incurrido en un claro exceso funcional”, que ha hecho
“gala, uso y publicidad de información” y que se ha “extralimitado en la
función”, al calificar conductas ajenas, dando lugar a que pidan el
apartamiento del propio juez.
 
En los próximos días se podrá entender más crudamente el escenario judicial
local que nos toca sufrir en las causas de Lesa Humanidad. Y como dice el
escrito con el que se aparta el Juez Álvaro Coleffi, resulta necesario que este
concierto infame se conozca, se comprenda y se dimensione cabalmente.