Desde
el Concejo Deliberante se elaboró un proyecto que busca capacitar al personal
del 911 y administrativos/as de los equipos de salud locales en lo que refiere
a orientación, contención y asistencia a mujeres víctimas de violencia.

Tal vez el que atiende el llamado de una mujer víctima
de violencia no es el que más contacto va a tener con esa persona ya que deriva
a la misma al profesional correspondiente y ahí termina la comunicación entre
el operador y la mujer. Pero quizás una palabra incorrecta o una expresión
prejuiciosa pueden afectar a la mujer que pide ayuda e incluso hacer que
desista de realizar la denuncia. Por eso es conveniente que todas esas personas
que tienen un primer y mínimo contacto con la mujer que sufre de violencia,
estén capacitados en la atención por más, se insiste, mínima que sea esa
comunicación.
En razón de ellos se elaboró desde el Concejo Deliberante un proyecto de
ordenanza para la creación de un Programa de Capacitación en Asistencia a
Mujeres Victimas de Violencia.
Lo que se busca es justamente capacitar al personal del sistema 911 y a los
administrativos/as de los equipos de salud municipales en todo lo que refiere a
contención, orientación y asistencia de mujeres víctimas y obtener información
estadística.
El programa estaría co-gestionado por la Secretaría de Gobierno, la Secretaría de Salud y la Subsecretaría de
Niñez, Adolescencia y Familia de la Municipalidad de Bahía Blanca.
La autora del proyecto es la concejal Gisela Ghigliani (Bloque Frente para la Victoria) quien conversó
con EcoDias y explicó los lineamientos de la propuesta: “Este es uno de los
temas que me interesa trabajar y siempre conversamos con los operadores y todos
aquellos que trabajan en la temática, que la oportunidad que uno tiene de
asistir a una mujer víctima de violencia debe ser aprovechada de manera completa
integralmente. Entonces es fundamental que todas las personas que pudieran en
algún momento intervenir en una situación puntual, en la solicitud de
asistencia o viendo ya a la mujer o por teléfono, de la manera que fuere, estar
capacitados. Algunos para hacer ya la orientación, la promoción, la prevención,
la derivación y otros, aunque tengan una intervención mínima por lo menos
conociendo también qué es importante que no haya que decir”.
En ese sentido, Ghigliani agregó: “Porque a veces uno por una cuestión
ideológica o prejuiciosa hace algún comentario y realmente para una mujer que
llega a solicitar la ayuda que atravesó un sinnúmero de dificultades personales
en gran parte, psicológicas además de todo su contexto, y a veces una palabra
equivocada, un gesto hacen que se vuelva para atrás. Una mujer llega desvastada
ante una situación así”.
Para la capacitación, Ghigliani trazó tres grandes grupos que deben recibirla:
“Uno, los operadores del 911 que si bien su intervención es absolutamente
limitada porque ellos derivan directamente a Comisaría de la Mujer o algo, pueden en
algún momento quedar vinculados en alguna pregunta o algo y tampoco está bueno
hacer una derivación sin poder decir algo, entonces me pareció que es importante
ese grupo”.
Otro grupo está conformado por administradores, telefonistas y determinados
miembros del personal de unidades sanitarias y del propio Hospital Municipal:
“A veces el asesoramiento no es solo decir “usted puede concurrir acá…” A veces
hay maneras de contener una persona, no van a ser especialistas en violencia
para tratar a mujeres víctimas pero sí tener una orientación”.
El tercer grupo en cuestión involucra al resto de los integrantes de los
equipos de salud: “Ya es diferenciada la capacitación por eso yo ahí propongo
que se consulte con los equipos a ver en qué ellos notan que puede ser más útil
la capacitación porque la mayoría de las personas que trabaja asistiendo
pacientes ya tiene una capacitación previa en ésta o por su interés personal o
porque ha participado en algún grupo, en alguna red entonces no es exactamente
igual la capacitación a los otros dos grupos. Yo preferiría que aquí se
contacte, se haga una encuesta previa, cuál es la metodología, no es la misma
lógica recibir una mujer en un hospital que en una unidad sanitaria, entonces
acomodar un poco más y aggiornar más la capacitación a las necesidades propias
de las personas que trabajan en ese lugar”.

Desechar los “peros”
La violencia de género no es nueva, lo que sí es novedad es la importante
difusión que se está dando en los últimos años y el destacable trabajo de un
gran número de organizaciones que trabajan en este tema. Pero así y todo la
sociedad viene con una matriz cultural respecto a esto que a veces puede llevar
a cometer errores sobre todo por parte de gente que tiene que tratar con la
víctima o bien no saber cómo actuar ante un caso: “Puede ocurrir, yo también
planteo algunas cosas, si yo estoy trabajando con una persona y a mi me dice
“pero ella…” y empieza a poner todos estos peros de por qué no se fue, pero por
qué no pidió ayuda o algo, uno intenta hacerle comprender cómo se construye una
víctima. Una víctima no es en un solo día, sino todo lo que va padeciendo, o
sea no todas las mujeres van a ser víctimas pero aquellas que han quedado en
esa situación no es de un día para el otro. Entonces, si no se puede comprender
ese proceso la verdad que yo, es fuerte la palabra, pero podría decir hasta que
es incapacitable la persona, preferible que no trabaja en esto porque es muy
importante dejar absolutamente de lado este tema de prejuicios”.
Y la comunicación, prosigue Ghigliani, no es solo verbal sino también corporal,
gestual y es la displicencia con que se tratan este tipo de situaciones: “La
gente que trabaja en unidades sanitarias está muy comprometida con el tema por
eso a mi me parece que a ellos es importante preguntarles, son los que ven puntualmente
lo que está pasando”.
Para llevar a cabo el proyecto con eficiencia, Ghigliani habló de consultar a
la mesa local de violencia; “Están trabajando, están las estadísticas, ellos
son operadores de trinchera, consultar con ellos, qué consideran ellos que es
mejor para capacitar a un operador del 911, a un administrativo de algún centro de
salud o del hospital. Porque ellos después trabajan con estas mujeres que por
ahí refieren los distintos recorridos que hicieron. Y otro punto que no quiero
dejar de mencionar, que planteo en la ordenanza es reiterar la invitación a la Secretaría de Salud a
integrar la mesa local de violencia porque hasta ahora no ha ido nadie en
representación y a mi me parece que es un espacio de trabajo fundamental y que
sería muy enriquecedor aportarlo a la mesa”.
Respecto a quiénes brindarían la capacitación, la concejal aseguró que Bahía
Blanca cuenta con excelentes profesionales para ese fin: “Nosotros tenemos un
recurso humano en la ciudad que no es necesario traer gente de afuera. En estos
momentos se está dictando la cátedra abierta de violencia de género en la UNS, la verdad que todos los
disertantes, ha habido y puede haber gente invitada y no digo que no puedan
venir pero nosotros tenemos gente muy capacitada. Entonces, esto yo lo pongo en
el ámbito de Secretaría de Salud, Niñez y Gobierno porque 911 tiene que ver con
eso, poder armar un grupo con la gente que trabaja, hay servicios municipales,
está la mesa local.
Yo estuve de los dos lados, como funcionaria y ahora en la parte legislativa
entonces a mi me gusta dar claramente el marco conceptual de la ordenanza pero
no me gusta encorsetar al funcionario. Me gusta que pueda tener cierto juego de
decir me gusta consultar con este grupo que puede ser la mesa local,
interactuar con dos especialistas de la ciudad y poder darle un poco de
libertad para armar un programa útil e interesante para los que van a
participar. Así que obviamente que si les interesa que yo aporte desde mi lugar
porque tengo experiencia lo voy a hacer pero si no hay gente muy capaz que lo puede
organizar”.