Nuestra Patria como nunca antes, salvo en las dictaduras y en particular la que se instalara oficialmente el 24 de marzo de 1976, vive hoy un violento retroceso en la vigencia, protección, y ejercicio de los Derechos Humanos que se asimila a aquellos tiempos.
La violencia de la desocupación instalada como hecho o como amenaza en las familias de los argentinos, consecuencia de la depredación económica que beneficia a las minorías poderosas. El despojo de la riqueza del pueblo es inescrupuloso y sirve para engordar las cuevas en paraísos fiscales de los socios del gobierno, o de funcionarios corruptos que hasta se califican a sí mismos como luchadores contra la corrupción, y no titubean en mostrar su asalto a cielo abierto de la economía argentina. Un endeudamiento brutal explicado cínicamente por sus responsables como necesario para crecer, y que condena a nuestro país a futuro, como ya lo vivimos hace 42 años, empujándonos nuevamente al abismo del que comenzamos a salir entre 2003 y 2015. Las calles son ganadas por aquellos marginados por la violencia de quienes gobiernan, y vuelven a ser parte del paisaje revisando en la basura para poder comer. El hambre y la pobreza planificadas como destino de un pueblo que recuperó sus derechos durante doce años. El desprecio por nuestros jubilados, condenándolos a una muerte también anticipada y planificada donde la salud sea solo una palabra y no el derecho a una etapa de su vida que debe ser cuidada, por todo lo que hicieron en su vida productiva. A nuestros niños y jóvenes se los persigue y estigmatiza por portación de cara en su política disciplinadora, y se les quita hasta la vida desde un estado criminal asesinándolos con fuerzas de seguridad represivas construidas para el control social, y luego justificadas en sus crímenes por ellos mismos al punto de considerar un tiro por la espalda como un detalle en su esquema genocida. Lo más esencial y parte también de esa planificación social como la educación pública, se la está llevando a su mínima expresión y deje de ser un derecho que construye a un país hacia adelante, para transformarla en un privilegio. La desigualdad y el despojo, son solo algunos de los rasgos fundamentales de este gobierno inhumano y violador de derechos que la Constitución y las leyes garantiza y que ellos no cumplen e ignoran, y que llaman “pesada herencia” que para nosotros era, es y será por siempre un país pleno de dignidad que debemos recuperar. La vida entonces como derecho esencial está en riesgo para todos, y las armas que el pueblo entrega para su cuidado vuelven a apuntar hacia ese mismo pueblo como en tiempos del Terrorismo de Estado.
El Poder Judicial asociado como hace 42 años a los represores y reciclado en un partido político al servicio de los más poderosos, aplicado como herramienta para la persecución política de opositores. Silencioso frente a la notoria agresión del sistema democrático y sus instituciones, como al mismo tiempo permisivo a las maniobras que derrotan al Estado de Derecho quitándole al pueblo argentino sus garantías constitucionales. Tribunales emergentes de esas acciones, que otorgan “libertades domiciliarias” a genocidas incluso condenados a cadena perpetua, después de larguísimos juicios. Poder Judicial con oídos sordos y ojos ciegos, a la existencia de presos políticos de cuyo grupo se destaca notoriamente Milagro Sala hace más de 800 días presa, sin más acusaciones que argumentos falsarios que no representan delito y solo para mantenerla presa, bajo nuevas formas de la llamada por entonces a disposición del Poder Ejecutivo Nacional (PEN). El vaciamientos y la lentitud de los juicios además, ha tenido dentro del Estado resultados brutales e incluso el intento de apoderarse de archivos, documentación, o la aplicación de medidas que provoca la expulsión de la absoluta mayoría de técnicos y personas capacitadas, que trabajaron en el sustento de los juicios al Terrorismo de Estado. Las políticas de estado para buscar borrar la Memoria y la Verdad, para evitar la Justicia y lograr la impunidad de los responsables civiles y militares del Terrorismo de Estado, como querer transformar Campo de Mayo en la mentira de un espacio de protección ambiental. Hoy este gobierno de socios del genocidio están intentando dejar en libertad a genocidas como Alfredo Ignacio Astiz, con más de una condena de por vida bajo el argumento falsario de carencia de capacidad carcelaria, encubriendo un indulto o amnistía. Cabe recordar también el escandaloso crimen de cuarenta y cuatro marinos enviados a un espionaje mortal, y abandonados a su suerte a sabiendas de haber sido abatidos por el enemigo usurpador inglés.
Esta oligarquía feroz, estos herederos del Terrorismo de Estado con algunos sobrevivientes de hace 42 años que planificaron entonces el exterminio, y que ahora accionan sobre la información y la manipulación de la población con los manuales de acción sicológica de la dictadura aggiornados a estos tiempos, ponen otra vez en escena aquello de CIVILIZACION o BARBARIE donde ellos presuponen ser los civilizados sostenidos en su metodología de disciplinamiento social represivo, y donde los barbaros somos los que defendemos el Estado de Derecho, un auténtico sistema democrático que nos costó y nos cuesta sangre de compatriotas, las garantías constitucionales, como al mismo tiempo la vigencia y ejercicio de todos y cada uno de los Derechos Humanos.
Recordar hoy como cada año a nuestros 30000, es hacer pie en la única y auténtica unidad que ellos representan aún en estos tiempos, junto a un proyecto nacional superador que nos proteja y nos permita volver a ser un país pleno de dignidad como ya lo fuimos, y no la falacia de aquellos esperpentos seudo dirigenciales que estuvieron tirando piedras doce años para derrotar el proyecto nacional que estuvo en vigencia, y que ahora se embanderan en un concepto de unidad que solo aporta al olvido de sus fechorías para beneficio de sus ambiciones personales o sectoriales, para volver a entramparnos a la salida de tiempos históricos de abuso social como el que vivimos cual salvadores.
Nuestro país vivió doce años inserto en el mundo, no por endeudarse criminalmente sino por destacarse con sus políticas de Estado en Derechos Humanos, y una ampliación nunca registrada en la historia de su base de derechos que fue, es, y será la verdadera herencia cuyo peso político fue que hubiera un gobierno que hiciera propias las luchas populares por la dignidad del pueblo.
Por tal razón seguimos firmes en el mismo lugar, convicciones y principios de siempre, que podemos sintetizar pensando en un por venir con dignidad detrás de un proyecto nacional con los mejores dirigentes; con Memoria, Verdad y Justicia para derrotar los intentos de impunidad y firmes en ni olvido, ni perdón ni reconciliación.
30000 COMPAÑEROS DETENIDOS DESAPARECIDOS, PRESENTES! * Documento leído por Eduardo Hidalgo ex detenido y sobreviviente del centro clandestino de detención “La Escuelita”.
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