Con nuevos testimonios, se
reanudó el juicio contra 17 represores acusados de delitos de lesa humanidad.
Aún falta que declaren más de un centenar de testigos lo que permite creer que
para mediados de 2012 se podría conocer la sentencia.
2011
fue un año histórico para Bahía Blanca ya que en el mes de junio se dio
comienzo al primer juicio contra represores de la dictadura de la ciudad. Sin
embargo, 2012 también puede convertirse en un año con esas mismas
características, ya que de transcurrir todo por los carriles normales, en unos
meses el juicio podría tener su sentencia.
Las maratónicas audiencias desarrolladas hasta diciembre permitieron, que pasen
por el estrado gran cantidad de testigos de los cuales resta que declaren más
de un centenar, lo que permitiría finalizar este primer juicio a mediados del
corriente año.
La causa 982, caratulada “Bayón, Juan Manuel y otros por Privación ilegal de la
libertad agravada, reiterada, aplicación de tormentos reiterada, homicidio
agravado reiterado a Bombara Daniel José y otros, en Área controlada
operacional Cuerpo Ejército V”, tiene como imputados a: Juan Manuel Bayón; Hugo Jorge Delmé; Jorge Enrique
Mansueto Swendsen; Jorge Aníbal Masson, Mario Carlos Antonio Méndez; Osvaldo
Bernardino Páez; Jorge Horacio Granada y
Carlos Alberto Contreras. Junto a éstos, también son juzgados: Andrés Reynaldo
Miraglia; Héctor Luis Selaya; Carlos Taffarel; Norberto Eduardo Condal; Hugo
Carlos Fantoni, Héctor Jorge Abelleira; Vicente Antonio Forchetti; Héctor
Arturo Goncalves y Walter Bartolomé Tejada.
Recordamos que de los imputados se encuentra prófugo Miguel Ángel García
Moreno, mientras que Julián “El Laucha” Corres murió iniciado el juicio.
Los casos de las vÍctimas Bombara, Hidalgo, Del Río, la masacre de calle
Catriel, las víctimas de Viedma, Chabat o Partnoy, por nombrar algunos, fueron parte
de los relatos que se escucharon en el año 2011 durante el desarrollo del
juicio.
El lunes 6 de febrero de 2012, el tribunal integrado por los jueces Jorge
Ferro, José Mario Triputti, Martín Bava y Oscar Hergott (juez sustituto), luego
de las actuaciones formales, dieron paso al primer testimonio de esa mañana que
correspondió a María Patricia Astelarra, por los secuestros de Cesar Giordano y
Zulma Izurieta.
El infierno de La Perla
El 1 de julio de 1976, María Patricia Astelarra, quien militaba en
Montoneros, fue secuestrada y derivada al centro clandestino de detención
dependiente del III Cuerpo de Ejército. Allí, habrían estado Zulma Izurieta y
Cesar Giordano quienes vivían en Bahía Blanca y se trasladaron a Córdoba
escapando de las fuerzas represivas. Luego de estar secuestrados en
llevados a
de nuestra ciudad.
Consultada por el fiscal Abel Córdoba sobre si hubo personas de Bahía Blanca en
Astelarra contestó que en julio del 76, llevaron secuestrada a una pareja que
ella conocía porque habían llegado de Bahía un tiempo antes. A estas personas
se las conocía como Juan y Ana. El primero fue secuestrado y trasladado al
Departamento de informaciones de Córdoba, mientras que a través de un recibo de
alquiler que éste llevaba en su bolsillo, logran localizar la pensión donde se
encontraba Ana. De esa manera, los dos terminan en
un camisón y botas de goma: “Así la llevan a
María Patricia relató que los secuestrados eran sometidos a diversas torturas
como picana, palo y todo tipo de sadismos: “A las mujeres especialmente nos
vejaban, se abusaban, en mí caso que estaba embarazada de cinco meses, sucedió
lo mismo”.
De Juan, recordó que era estudiante, que medía aproximadamente 1, 70m, flaco,
pelo castaño oscuro con bigotes, una persona seria y de hablar pausado. Además, señaló que en
algún momento circuló en
Perla
Sobre Ana, señaló que se espiaban por debajo de la venda y un día lograron ser llevadas juntas al baño
donde se abrazaron y contaron lo que estaba pasando
No fue mucho el tiempo que Juan y Ana pasaron en
quien agregó que se los llevaron en un traslado masivo y que los torturadores
dijeron que habían sido derivados a Bahía: “Por supuesto no lo creímos”.
Si bien no le consta fehacientemente, Juan y Ana podrían ser Cesar y Zulma:
“Creo que fehacientemente a los únicos que le constan son a los autores de
estos crímenes…”.
Al finalizar su testimonio, María Patricia destacó: “Ojala se siga profundizando
y se haga justicia y haya Memoria y Verdad, por los 30 mil desaparecidos y
también por mi hermano menor que fue secuestrado y no sabemos nada”.
Por su parte, Héctor Kunzman, secuestrado en diciembre de 1976 y trasladado a
dijo que compartió cautiverio con una pareja de Bahía que podría ser la de
Cesar Giordano y Zulma Izurieta.
El testigo narró que días después de su secuestro, un suboficial que se hacía
llamar “HB” lo llevó a un local al que llamaban “la margarita” o “la máquina”
donde se picaneaba a los detenidos. Allí le ordenaron que se levante la venda y
observe a una persona atada a un camastro mientras era torturada. Dicho
tormento se extendió entre cinco y diez minutos. “Me pareció una eternidad”.
El del camastro, era un hombre joven al que dentro de la cuadra, y el personal
del Ejército, lo llamaban “Braco”. Su compañera, dijo, era “la vasca” o
“Laura”, mientras que su nombre legal, afirmó, era Zulma.
Luego, Kunzman se entera que la pareja habría sido trasladada en avión a Bahía
Blanca.
Tiempo después, por haberlo visto en la tortura, Kunzman se interesa por saber
sobre el joven y su pareja hasta que le llega la información de que habrían
muerto en nuestra ciudad en un supuesto “enfrentamiento”.
Luego de un año, en
un oficial del Ejército, llamado Carlos Villanueva (conocido como “príncipe”,
“principito”, “gato” o “Villagra”) que habría estado destinado en Bahía,
confirmó la versión y agregó que una hermana de la chica, aparentemente
embarazada de ocho meses, había sido fusilada.
Oral y público
Iniciada la audiencia del día martes se
desestimó un pedido de la defensa de los 17 imputados de impedir la labor de un
fotógrafo extranjero, João Pina
que llegó al estrado de Colón 80, en su intento
por tomar imágenes sin carpetas de las caras de los imputados. El presidente
del tribunal, José Mario Ferro, explicó que conforme a la naturaleza del juicio
que es oral y público se “autorizó que se tomaran fotografías como hacen otros
fotógrafos y como hacen otros medios periodísticos que están en la sala durante
el juicio”.
Con frases y tonos coreografiados, la defensa incluyó en el pedido de exclusión
de la sala -que fue rechazado- comentarios
respecto al “derecho a la imagen” de sus defendidos por parte del abogado
Vidal, mientras que el abogado Gutiérrez hizo lo propio y la defensa oficial adhirió
con un tardío pedido y el comentario sobre las salidas de los abogados a tomar
algo a las confiterías bahienses que recibió la respuesta del juez: “no puede
el tribunal o el presidente concretamente ser responsable por lo que haya
sucedido en una confitería de Bahía Blanca”.
Falso testimonio
Durante esa mañana del martes se escuchó la declaración de Néstor
Hernández, testigo que afirmó que trabajaba para los servicios de inteligencia,
el año 73 hasta el 2000 y al que se lo vincula con las acciones que llevaron al
secuestro, desaparición y muerte de Mónica Morán, docente y artista secuestrada
en junio de 1976 por un grupo de tareas. Néstor Hernández participó de las
clases de teatro del lugar donde fue secuestrada y después de la desaparición
de Mónica no volvió a presentarse. Mónica Morán fue vista en el Comando del Vº
Cuerpo de Ejército y en el centro clandestino de detención y tortura La
Escuelita.
Consideró la fiscalía que el testigo Néstor Hernández, por la reticencia que
manifestaba y por las varias aseveraciones incoherentes, estaba incurriendo en
el delito de falso testimonio y el tribunal dispuso su detención.
Clases
de periodismo
“Los periodistas no solamente van por un objetivo
sino por todos los objetivos, van en captura de la noticia o de molestar y de
generar noticia, porque eso es el negocio del periodismo, no es informar sino
dar opinión publicada” (Guillermo Vidal, abogado de la defensa privada de
imputados por delitos de Lesa Humanidad).
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