Con la organización de la Feria Municipal Artesanal de la ciudad en articulación con el área de Cultura de la Municipalidad, el objetivo es recrear la esencia de las ferias se realizaban en la década de los ’90 en la Plaza del Sol.

“Lo que se hacía era un encuentro entre todas las áreas artísticas. Nos convocábamos ahí antes de navidad. Era autogestivo, y fue muy importante para nosotros, y la gente lo recuerda con mucho cariño”, contó una de las impulsoras del evento, Adriana Iglesias.

Además, esta propuesta se complementa con la Feria masiva del mes de octubre: “Nuestra idea es que acá haya contacto con la gente, que participen las diferentes áreas, que se genere un intercambio entre los artesanos, de saberes y técnicas. Y también es un poco una muestra que sirve para que, por ejemplo, los chicos vean las opciones que hay”.

En ese sentido, otra de las artesanas que forma parte de la organización, Fernanda Cid, contó: “Hay gente que no va al teatro, que no conoce espacios culturales. Pero viene a la plaza y lo ve más accesible. Está acá, pueden entrar en contacto”.

Así, destacó como fundamental la importancia de la posibilidad de acceder a educación artística de calidad, gratuita y de libre acceso en la Escuela de Teatro, de Danza, de Artes Visuales, y el Conservatorio de Música.

A través de las propuestas escénicas, que contaron con la participación del grupo de música popular Sin Arreglo, Shelper; Les escoberes, Orquesta Municipal de Guitarras; el Coral Santa Cecilia; Laberínticos Funk Rock; La Sonámbula Blues, Verde Vibración Reggae; Perrito Media Hora Rocj; Cromatismos Groove Metal Dúo; Chisperito Circo; Circo Trip y Centro Murga Vía Libre, entre otras, también se busca visibilizar la calidad de espectáculos artísticos de la ciudad.

Otoño en la plaza

Por segundo año consecutivo, la fecha elegida es durante los primeros días del mes de mayo. De esta manera, las y los artesanos tienen la posibilidad de convivir con un clima ameno que se conjuga con el periodo de cobros del grueso de la población.

De los más de 150 puestos, un gran porcentaje vienen de otros puntos del país, como Córdoba, Río Negro, y partidos de la costa bonaerense: “La importancia de que se apoyen estos eventos es esa. Que hay compañeros que vienen y necesitan pagar transporte, donde quedarse, y está bueno que la gente pueda acompañar esta iniciativa”, afirmó Iglesias.

Los rubros son infinitos -metal, plata, sahumerios, cerámica, tejidos, marroquinería, juguetes, títeres, entre otros-, y cada puesto ofrece una variedad de opciones que, con un toque personal, hacen única la experiencia de compra.

Conexión y creación

“Todo el tiempo la gente pasa y pregunta si las cosas las hacemos nosotras. Y siempre respondemos que todo lo que hay en esta Feria es creado por nuestras manos. Lo fabricamos, podemos explicar el proceso. Eso a la gente le llama la atención. Hacemos los productos uno por uno, y a veces es difícil competir en el mercado con eso, porque una cosa industrial sale mucho más barata”, reflexionó Adriana, en diálogo con la Cooperativa de Trabajo Ecomedios.

Por su parte, Cid explicó: “A nosotras nos lleva mucho tiempo hacer una pieza y, si bien tiene su valor, tenemos que tener en cuenta la realidad económica. Hay cosas más elaboradas, pero después hacemos algunas cositas más sencillas para poder vender en cantidad, porque vivimos de esto”.

En cuanto a la decisión de optar por crear productos únicos, la artesana del tejido indicó: “Yo siempre recomiendo conectar con lo que le guste a cada uno. Es un modo de vida que elegimos. A mí me equilibra mucho sentarme horas a tejer, y encuentro la satisfacción en hacerlo. A veces es como una terapia, es sentarse a crear, tener un tiempo de relajación, de concentración, de ver lo que querés hacer. Es una forma de vida muy diferente a la industrial”.

En un contexto social que puja por la producción en serie y la desconexión de la experiencia humana, preservar espacios como las ferias artesanales es un compromiso que las y los trabajadores defienden diariamente.

En esa línea, Iglesias afirmó que no podría pensar en otro trabajo que no fuera la creación: “Cuesta mucho, pero esta buenísimo. Porque si no se va perdiendo la artesanía. Incluso cuando la situación es mas difícil, como en la pandemia o ahora mismo, siento que tenemos más posibilidades. Tenemos esta posibilidad de expandirnos y buscar otras maneras de vender”.

Su par, concluyó con la seguridad de que “la feria siempre está. Por ahí necesitas trabajar en algo fijo, pero siempre podés volver. Le buscamos la vuelta, y a mi por lo menos me cambió la vida, me rescataron. En otros lugares sos un número, y acá formamos una comunidad”.

Autor: Redacción Ecodías