©Todos los derechos compartidos

Un plato de kurumbieres
Saberes que llegan por la boca y se instalan en la panza, de allí salen preguntas sobre la historia local y nacional.
Categoría: Cultura

Saberes que llegan por la boca y se instalan en la panza, de allí salen
preguntas sobre la historia local y nacional.

En el marco de las jornadas “Intersección de saberes: ciencia, arte y practicas
cotidianas” organizado por la Secretaría de Cultura y Extensión de la
Universidad Nacional del Sur, el Museo del Puerto planteó una jornada para
pensar qué hay en un plato de kurumbieres. “Tenemos una política de abordaje de
los objetos, para nosotros todos los objetos de la vida cotidiana- es una frase
fuerza que tenemos- se puede leer el mundo. Los objetos que nos rodean, que
están alcance nuestro se inscriben en procesos históricos, de la vida cotidiana
al mercado mundial, distintas escalas de la historia se pueden leer en un
objeto chiquito. Algo de eso queremos hacer entre todos con respecto a estos
kurumbieres”, introdujo Leandro Beier, director de la institución municipal.
“Estamos en el cocina. Sin cocina no hay historia. La cocina es el espacio de
lo educativo, del aprender, por eso les convidamos kurumbieres, y ellos serán
el disparador para la actividad educativa que les vamos a propone. La idea es
usar el kurumbiere como recurso didáctico. Vamos abordarlo desde distintas
perspectivas utilizando distintos elementos, el kurumbiere como un libro usando
la metáfora del paradigma tradicional y los demás elementos de la vida
cotidiana que van a variar según la libreta que les tocó” explicó Milagros
Bilbao, una de las involucradas en el área educativa. “También utilizaremos
fotografías, archivos de entrevistas, los mismos objetos de las salas”, agregó
Julieta Rausch, “y también cosas de un supermercado, objetos que tenemos,
herramientas que tengamos en casa como una calculadora o una lupa”.

Pensar, pensar

El pizarrón contuvo la síntesis de una puesta en común ante los ejes: vida
cotidiana, inmigración, energía y precio. “El alimento estaba dado en algunas
de las revistas que vivimos desde la función femenina, entonces veíamos la
imagen de la mujer en la cocina, que tenía que ver una función específica y
también con un rol vital afectivo”, aportó una de las docentes presente.
“Pensamos el alimento desde la tradición y eso englobaba varios aspectos, por
un lado la posibilidad de una identidad con el lugar de pertenencia. Pensar una
comida más globalizada hoy hace que tengamos conocimiento de comida japonesa,
tacos mexicanos, pero que también daba una identidad no solamente nacional como
una empanada sino también provincial, local. El alimento como formador de
cuerpos”, afirmó. “La mujer vinculada con el alimento sería un punto de
discusión todavía hoy” problematizó otra educadora. “En la cocina, la mujer y
el hombre, el asado, es lo que vemos en la publicidad”.
“En una de las fotografías de la muestra hay un texto que dice: la mujer en la
casa para tejer, rezar y dar de comer a los hijos. Yo no vine a hacer la
América, vine a casarme con él” intervino. “Había una valoración de la
alimentación, al estar gordito, la mujer flaca y débil. Había pastillas como
proteínas para las mujeres débiles”. Otro de los participantes sumó que “la
gordura era sinónimo de salud”. “También la cuestión de juntarse a comer como
reunión y como reencuentro, nuestros abuelos inmigrantes que venían de la
guerra y el dolor aparece la cuestión de juntarse, para pensar las relaciones.
En contraposición, pensar el mundo globalizado que consume comida rápida,
comida chatarra. Los kurumbieres en relación con las galletitas Oreo, entre la
comida casera y la comida al paso, y la idea de lo artesanal y la inmediatez,
como dos valores que están dialogando”. Se reflexionó sobre cómo la comida
estaba vinculada al valor de lo familiar. “Me llamó la atención que la harina
de trigo enriquecida tiene una ley” y “entonces aparece el Estado. Habíamos
hablado mucho de la elaboración del producto y no habíamos dado cuenta de
quiénes trabajan, bajo qué situación”.
En cuanto a la temática de la inmigración apareció el interrogante “por qué
discriminamos a unos inmigrantes y aceptamos tan fácilmente a otros, por qué
nos molesta la llegada de un boliviano o un paraguayo y nos da orgullo que
venga un europeo”. Un boleto de pasaje en barco de tercera clase y unas
noticias de la actualidad pusieron sobre la mesa las maneras de pensar a los
inmigrantes en torno a categorías: “uno de primera, uno de segunda y
evidentemente, uno de tercera y lo relacionábamos con un cartel de la sala que
dice ´por qué un inmigrante es italiano y un boliviano es un bolita´. Además,
se repreguntó por qué las masitas nos llevan al tema de la inmigración, “porque
son de origen griego, también hablábamos de la receta, los ingredientes de los
kurumbieres, que se hacían con lo que abundaba, y hoy en día nos recorremos
todos los supermercados para conseguir algunos de esos ingredientes”.
“El 4 de septiembre como Día del Inmigrante fue un decreto del Triunvirato, que
propicia el ingreso de europeos al territorio de las Provincias Unidas” dijo
Bilbao, “es interesante pensar cómo se percibe desde el Estado o se clasificaba
a esas diferentes corrientes inmigratorias, vimos que había un certificado que
se aseguraba que la persona no era anarquista ni comunista, y eso pensarlo
entorno a la Ley de Residencia, se creía que atentaban con el orden que se
trataba de imponer en el país”.
“Trabajamos con un fragmento de entrevista que contaba sobre la construcción de
una cocina a leña” aseguró el grupo que elaboró la temática energía. “Fuimos
viendo el pasaje de la cocina a leña, a kerosene, a gas. En las publicidades de
las revistas se vendía la seguridad, las ventajas, los beneficios de utilizar
el gas, después de ver la necesidad de vender eso que era nuevo, tomamos el
camino del tarifazo, es decir desde la promoción del uso del gas hasta casi la
imposibilidad de pagarlo o sacando cuentas. Si hago estas masitas gastó tanto
de gas y si hago otras me lleva menos”. Se evidenciaba que “la gente tenía
miedo de usar gas, aparece el Estado y algunas personas conocidas como garantes
del mismo”.
Batir, revolver y estar todo el tiempo mirando que las masitas se cocinen en el
horno, “nos llevó a discutir que hay un tiempo de energía que es la que regula
el Estado, las corporaciones, la empresa de gas y hay un tipo de energía que es
el trabajo, lo que hacemos con el tiempo, también surgió como contracara que
hay gente que no puede elegir y está vendiendo su tiempo, su energía, tiene que
trabajar todo el día para otros o para el sistema”. En el desarrollo de estas
ideas también se incluyó “la energía de los alimentos a medida que se iban
elaborando y además la energía que nos da”.
“Hicimos un pequeño punteo de los kurumbieres como construcción social y cómo
indica en esta receta. Y lo primero que pensamos es que el plato no cambia sí
el contexto social, antes era un plato habitual y ahora no por los cambios
inflacionarios que se viven, lleva 3 panes de manteca y medio kilo de azúcar
impalpable, productos caros. Sacamos la cuenta y con 8 galletitas de
kurumbieres compramos un alfajor. Como su realización implica tiempo ha quedado
como tradición más relegada, y se prefiere un paquete”.
“Cómo la política actual influye en la economía, en la receta, las decisiones
políticas las veíamos en la factura del gas, que estaba subsidiada y ahora no.
Eso implica la decisión cotidiana si gastar gas o no” aseveró una de las
participantes. Se discutió si la comida es un momento para compartir o si
actualmente los hábitos de alimentación han cambiado, donde se debe tener en
cuenta a los vegetarianos, los celíacos, es decir otras tradiciones del comer.
“También pensemos que la manteca era un material muy económico porque se hacía
en casa”, expresó otra voz.

CONSTRUIR CONOCIMIENTO

La propuesta para este encuentro con educadores surge de las reflexiones y
acciones que la Secretaría de Extensión de la UNS realizó en el desarrollo del Proyecto
Arqueología y Arte, implementado en el año 2009. “Comenzamos a indagar sobre
las maneras en las que se construyen los conocimientos de la arqueología y el
arte, a partir del trabajo con los saberes y las prácticas cotidianas de
adolescentes, niños y niñas en distintos espacios y barrios de la ciudad.
Notamos que, aunque con tensiones y diferencias, del diálogo y la interacción
surgen nuevos modos de mirar y de generar acciones sociales y políticas
transformadoras. Estas intersecciones rompen con las formas más tradicionales
de producción de conocimiento que se basan en el establecimiento de fronteras
de saberes y su articulación jerárquica” afirman los organizadores. La
iniciativa se pudo realizar por la colaboración de distintos espacios, como la
escuela, los museos y las bibliotecas populares. En el mismo estaba inmerso el
deseo de “
conversar, hacer,
discutir y pensar acerca de las prácticas docentes y los conocimientos que se
ponen en juego en los espacios educativos formales y no formales. Indagar sobre
lo que sucede cuando se conectan con los conocimientos y prácticas cotidianas
de los niños, niñas y adolescentes, que resignifican y construyen a partir de
ahí nuevos significados».

facebook
Twitter
Follow
2016-11-15 00:00:00
Relacionados
ESTEMOS CONECTADOS
campañas
144 600x600px (1)
137 (1)
adhesiones
adhesion facundo 600x325px (1)
adhesion lopez 600x325px (1)
última Edición
Cooperativa Ecomedios
Nos apoyan
Nosotros
Ecodías es una publicación de distribución gratuita.
©Todos los derechos compartidos.
Registro de propiedad intelectual Nº5329002

Los artículos firmados no reflejan necesariamente la opinión de la editorial.
Agradecemos citar la fuente cuando reproduzcan este material y enviar una copia a la editorial.

> Directora
Valeria Villagra
> Secretario de redacción
Pablo Bussetti
> Diseño gráfico
Rodrigo Galán
> Redacción
Silvana Angelicchio, Ivana Barrios y Lucía Argemi
> Difusión en redes sociales
Santiago Bussetti y Camila Bussetti
> Colaboradores
Claudio Eberhardt


es un producto de:

Matrícula INAES 40.246. 

Desarrollado por Puro Web Design.

RSS
Follow by Email
Telegram
WhatsApp