La Macanuda se empezó a pensar antes de la pandemia, haciendo un trabajo arduo de investigación sobre qué querían hacer, cómo hacerlo y de quién aprender. Luego de pensar diferentes formatos y opciones, estudiar, planificar, buscar lugares y formas de sostenimiento, el proyecto se concretó.

“En esa primera etapa, también trabajamos sobre cómo queríamos comunicar, el nombre, logo, colores, hasta que finalmente y después de la pandemia, le pudimos dar forma”, explicó la integrante de la Compañía Teatral La Candelaria e impulsora de La Macanuda Centro Cultural, Luisa Antía.

Inauguraron hace unos pocos meses, en octubre del 2022, siendo muchas personas las que empujaron para que esto pase, desde diversos lugares. Las y los colaboradores participaron de las Mingas que organizaron por meses para adecuar la casa, pensaron nombres, llevaron plantas, tejieron lámparas, haciendo propio ese sueño: “Quisimos que La Macanuda sea un sitio habilitador del encuentro creativo y comunitario, que nos ayude a imaginar y potenciar la idea de que existen y urgentemente necesitamos otros modos de vivir y vincularnos con el mundo que nos rodea”, subrayó Antía.

“Ante la destrucción de lazos humanos y medioambientales, nos resistimos a la idea de creer que esta es la única manera de abrigar la vida. Sostener un espacio de arte es uno de los desafíos más difíciles que afrontamos. Sin embargo, sabemos que es un espacio muy necesario en la ciudad. Esperamos que en La Macanuda sigan sucediendo cosas y se alberguen muchos sueños”, agregó la impulsora.

Este año, además de música, teatro, muestras, conversatorios y ferias, sumaron los Talleres de Arte que ya han comenzado pero continúan con inscripción abierta, como el Taller de Teatro Comunitario coordinado por Mariana Bordón y el taller de Palabras coordinado por Mónica Oliver, propuestas iniciales para adultos con formato cuatrimestral. Asimismo, los talleres de Arteinfancias, de Movimiento y de cerámica son para las infancias, a cargo de Brenda Carolina Olivera, Sofía Caporale y Camila Kaufmann, respectivamente.

“En cada experiencia que vamos viviendo siempre vuelven esos temas iniciales que nos hacen pensar en que esto puede ser diferente. La necesidad de hablar del cuidado del medio ambiente, de de nosotras mismas, saber qué comemos, quién produce nuestros alimentos. Muchos temas que van inundando La Macanuda, pero sobre todo la conciencia de que es en ese encuentro con otras personas que podemos creer en que otro mundo es posible”, cerró Antía.

Autor: Redacción Ecodías