Un puerto de frutas repleto de
estibadores fue invocado por tres docentes whitenses, que festejaron los 130
años de la localidad y los 18 años del Museo del Puerto. Gabriela Rodríguez,
Natalia Schnaider, Margarita Marzocca y una torta de manzana contaron un
fragmento de la historia local al compás de Nico Arias y la Orquesta
proletaria.

Un domingo más en la cocina del Museo del Puerto, más sabores, más tibiezas y
mucha gente con ganas de chocolate y torta. “Un ciclo con un segundo encuentro,
el primero fue en el marco del aniversario de Bahía Blanca. En esta ocasión
convocamos a docentes para trabajar con nosotros y festejar y conmemorar el
aniversario de Ingeniero White”, cuenta Milagros Bilbao, una de las encargadas
del ciclo “Del Aula a la Cocina”.
Cómo se aborda parte de la historia de White en un objeto comestible: “Nosotras
hicimos una torta sobre la etapa en la que se exportaba muchísima fruta desde
el puerto, sobre cómo se recuerda en el pueblo. Se llama torta Melena, es una
receta que circula entre vecinos de la localidad: ¿Será por “mele”, que es
manzana en italiano?”, invita Gabriela Rodríguez, docente de la Escuela
Secundaria N° 1 General Enrique Mosconi.

Desde la panza
“Son tres docentes, dos de ellas de Ingeniero White y la tercera por adopción,
muy ligada a este territorio, docentes de las escuelas de White. Las convocamos
para pensar otra vez en una torta como recurso didáctico a los efectos de
conmemorar los 130 años de Ingeniero White, recortaron dentro de la historicidad
de la localidad y por su experiencia vital el período conocido como la época de
la fruta, como la llaman los whitenses”.
El ciclo tendrá dos entregas más, el eje del mismo es preparar una torta como
herramienta didáctica. Es un momento de reflexión compartida, “las frutas se
encontraba en todos lados y hasta se colocaba en los guisos, principalmente las
manzanas y las peras”, dijo Rodríguez. “Digo que soy whitense aunque haya
nacido en Bahía Blanca, por mi gran identificación con la Escuela Mosconi desde
hace 16 años, un lugar de trabajo, también estuve casada con un whitense y supe
ver días y noches de pesca artesanal”, aportó Natalia Schnaider. “Lo curioso es
que cuando pensamos en hacer la torta, sin querer o queriendo rememoramos el
símbolo del Museo del Puerto, la manzana verde. Mi madre decía que comer una
era un aporte a la salud y la memoria. Museo y memoria parece muy coherente”.
La torta después se partió y se compartió junto a una servilleta didáctica. “Es
una época recordada por ellos como esplendorosa, como los pescadores recuerdan
la época del tiburón como una época de abundancia. Bien, los estibadores
recuerdan la época de la fruta como de abundancia, tiempo que los barcos
estaban en el puerto cargando y descargando frutas, los estibadores hacían
turnos de todo el día y volvían con la plata en la mano. Abundancia en el
puerto que devenía en abundancia el pueblo, dinero que circulaba en el pueblo,
esa época es aproximadamente en los años ´60, termina por un decreto del
ministro de economía Martínez de Hoz, que favorece la exportación de fruta por
los puertos del sur. Nosotros entendemos que es con un objetivo geopolítico de
favorecer los puertos del sur porque estaba en un conflicto territorial con
Chile y de esa manera, se refortalecía la zona de la Patagonia con el tránsito
de mercancía por los puertos. Así que los barcos exportadores de frutas que lo
hacían desde los puertos de la Patagonia obtenían una ventaja impositiva que
les otorgaba el Estado, en el decreto del año ´81. Los vecinos la recuerdan
mucho y se decía en las calles que se llevaron la fruta. En el período mismo de
la fruta nos cuentan que había fruta por todos lados y se usaba para distintas
cuestiones, hasta nos han contado que se ponían peras en un guiso. Era todo con
fruta, con manzana y pera”, aporta Bilbao.
Como toda torta, la de manzana rayada, representa la mezcla entre abundancia,
cómo se movía la fruta y se movía plata y también, aparece la falta, en los
discursos surge que en 1981 se llevaron la fruta, y ya se habían llevado al
Ruso del Boulevard en alusión a la desaparición de un personaje del barrio. Una
torta simboliza un trozo de historia, una recorte de ella, con sabores y
sensaciones propias.
El Museo de nuevo lo hizo, hechizó con su magia recién horneada. Recordamos que
es un museo comunitario municipal que fue creado en 1987 por iniciativa de un
grupo de vecinos. Registra, promueve, elabora y trabaja con el patrimonio
natural y cultural del pueblo a través de relatos orales, entrevistas, charlas,
fiestas, una extensísima muestra que exhibe objetos, canzonettas y hasta
malvones en un bidón. Hay que visitarlo, recorrerlo y saborearlo.

Torta peronista
El sábado 17 a partir de las 15.30 horas, la profesora María Celia Vázquez
cuenta desde una torta parte de la historia del Peronismo. Habrá café,
chocolate, tortas varias y música en vivo. El Museo se encuentra en Guillermo
Torres y Cárrega.