A cargo
de Jorge Habib, el Teatro Municipal propone un espacio de estudio, análisis y
discusión de los espectáculos teatrales en cartel en la ciudad. Concebido como
un laboratorio de percepción de la teatralidad, a la par testigo y protagonista
del acontecimiento teatral, impulsa la formación de espectadores críticos. La
idea surgió de la Escuela
de Espectadores de Buenos Aires, dirigida por Jorge Dubatti. Después de una
jornada de intercambios con él, se pensó en crear una réplica de lo hecho en
Buenos Aires para nuestra ciudad. Así, Dubatti supervisa la actividad realizada
desde el mes de agosto, en un encuentro semanal los días jueves de 20.30 a 22.30 hs. en la
prestigiosa institución.
“Tenemos en cuenta que Bahía Blanca no cuenta con críticos de las obras
teatrales, aunque siempre trato de evitar la palabra crítica, porque suena
ofensivo, se entiende que me refiero a personas o grupos que comenten la
actividad teatral”. Según Habib es deseable y necesario para actores,
directores y técnicos recepcionar una devolución sobre la obra teatral,
impresiones y cuestionamientos del público de manera directa o mediante los
medios de comunicación.
Comienzo
En el pasillo, fuera de la sala de ensayo del coro, se dan cita una
veintena de asistentes. Mientras los cantantes se van, los intercambios sobre
la última obra vista empiezan a correr, también surgen las impresiones y las
preguntas. Ningún encuentro es idéntico a otra, si bien hay un cronograma que
incluye formación teórica, con noticias de estrenos y reflexiones formales. En
muchas oportunidades, un grupo se retira a ver una obra que se estrena en el
Teatro Municipal, en la mayoría de las ocasiones concurre un grupo de actores,
directores y técnicos para ser entrevistados.
“Este año pudimos hacer un avance, ya en los primeros encuentros logramos subir
al escenario para charlar con bailarines, después del espectáculo”, cuenta
Habib. De esta manera, se pudo ver de cerca a quiénes estuvieron en el
escenario, hablar con los directores de las obras, y saber cómo se germina un
hecho teatral. “Los integrantes de la Escuela asisten a una serie de espectáculos,
acordados previamente, de diferentes circuitos del teatro y luego los analizan
con nuestra coordinación al frente de la clase y con la asistencia de los
teatristas creadores del espectáculo analizado. El campo de espectáculos
considerados es abarcador de la teatralidad poética: teatro, danza, ópera,
narración oral, circo, teatro callejero, títeres, performing arts” fundamenta
el proyecto.
La ley del teatro
¿Por qué formar a estos espectadores? “El teatro es una expresión contra la
corriente, en dirección contraria, resistente; es un lenguaje ancestral, que
remite a una antigua medida del hombre: la escala reducida a la dimensión de lo
corporal, la pequeña comunidad, lo tribal, lo localizado. Porque el punto de
partida del teatro es el encuentro de presencias, el convivio o reunión social”,
defiende Jorge Dubatti. Se hace urgente definir la ley teatral, “el convivio es
la conjunción de presencias e intercambio humano directo, sin intermediaciones
ni delegaciones que posibiliten la ausencia de los cuerpos. No se va al teatro
para estar solo: es una práctica de socialización de cuerpos presentes, de
afectación comunitaria” sin intervenciones técnicas, más que las existentes en
ese lugar.
El convivio teatral se da entre el público y los actores, es un momento de
conexión, en el cual ambas partes logran compartir códigos en una convivencia,
fuerzas y concentraciones compartidas.
Detrás de la puerta
En el transcurso de estos dos meses ya han asistido grupos y elencos para
conversar acerca de sus producciones. De esta manera, combinaron su presencia
las dos comedias municipales, “El extraño viaje de Nicolau Pipper” de Cristian
Palacios y “La Farsa
de Pathelin”, obra anónima y una de las primeras del teatro francés, siendo una
sorpresa para ambas los intercambios que lograron entre sí. De esta manera, se
logra uno de los principales objetivos de la Escuela, que consiste en acceder a la
subjetividad de los artistas en un espacio de encuentro y diálogo por fuera del
acontecimiento teatral. Convencidos de que el espectador es curioso, inquieto,
ávido de novedad, información y claves de interpretación, la propuesta consiste
en brindar herramientas que generen pensamiento crítico teatral y de esta forma,
el teatro también logra vida.
Protagonistas
Uno de los participantes le pregunta a Jorge cuánto tiempo dura la
formación de la Escuela
de Espectadores. “Todo lo que ustedes quieran”, responde. Y a continuación
cuenta que la próxima actividad es subir al escenario, detrás del telón para
entrevistar a los integrantes de Expreso Mudanza y el Ballet contemporáneo de la Escuela de Danza. Ambos
grupos presentaron tres obras: “Cruel”, “Encantada” y “Sueño con Bach”.
Mientras suena “Don’t be cruel” en la voz de Elvis Presley, los participantes
preguntaron sobre la génesis de las puestas, el trabajo de las directoras junto
a los bailarines, cómo se combinaron la danza clásica con la contemporánea, cuáles
fueron los razones de la musicalización y la coreografía.
En la formación se brindan criterios de valoración que permiten que los
espectadores logren un bagaje de conocimientos e interacciones con las obras y
sus protagonistas. Las entrevistas suelen girar sobre estos aspectos, como
sucedió con “Ciegos”, el homenaje a Ernesto Sábato, y también las funciones de
“Payamédicos”, clowns que cambian teatro por hospital en sus intervenciones. En
los últimos encuentros de la
Escuela, asistió el elenco de “M’hijo el doctor” para aportar
la visión del teatro clásico.
Alternativas
El teatro más que un arte escénico, es la oportunidad de catarsis, según el
mismo Aristóteles lo afirma, se logra con la expiación de las emociones
mediante la emoción violenta, permite las descargas emotivas. Quien asiste a la
obra suele experimentar diversidad de movilizaciones: llora, se emociona, se
alegra, se distiende. “Es increíble, la concentración del actor debe ser mayor
a la sumatoria de los espectadores asistentes” interviene Habib, “sino no se
capta su atención, la obra debe representar un corte con la vida cotidiana del
público”.
“No hay que subestimar al público. Al contrario, es necesario pensar que el
público puede ser educado”, afirma Patrice Pavis. Para hacerlo, el espectador
debe asistir a la representación, tener la experiencia viva y concreta, verlo
en directo, en tiempo y lugar reales. La apuesta está hecha en Bahía Blanca,
todavía hay tiempo para sumarse a la
Escuela de Espectadores. Placer, ocio, diálogo, pensamiento,
reflexión, problematización y transformación de la realidad son los ejes del
proyecto. Fuera de toda estructura y detrás del telón, Jorge Habib, observa una
zapatilla de bailarina, parece sorprendido: “¿Saben de qué está hecha la punta?
Sí, de tela, ¿no es increíble?”, finalmente, enternece con su enseñanza.
Vale decir que Jorge Habib es actor, director y profesor. Egresado de la carrera de Formación
Actoral de la Escuela
de Teatro de Bahía Blanca, se formó en Danza teatro con Adriana Barestein y
Mariana Belloto. Dirigió obras de teatro junto a Eduardo Gondell y Rubén
Schumager, también, Clínica actoral junto a Ricardo Golcer y Ricardo Suel. Fue
co-fundador del grupo Caos y formó el grupo Los Muts. De una trayectoria
reconocida y respetada asegura que “cuando asistí a la experiencia de Escuela
de Espectadores que lleva adelante Jorge Dubatti, no pensé que sería yo el encargado
de hacerlo en Bahía”.
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