El Instituto Cultural auspicia un taller de cine gratuito dirigido por los cineastas Romina Haurie y Juan Alecsovich, realizadores de la película bahiense “El nombre de las flores”.

“A lo largo del taller lo que vamos a coordinar es todo un temario que va desarrollando parte por parte todos los procesos que tiene la realización de un producto audiovisual terminado, guión, iluminación, manejo de cámara, fotografía, montaje, dirección, dirección de fotografía, son 16 puntos totalmente independientes para poder tratar cada punto en cada clase”, comenta Alecsovich en referencia al dictado de 16 clases en total, en el curso que se dicta en el Teatro Municipal todos los días lunes a las 17 hs.
La idea del taller surge a partir de la película. “Se nos acercó Quique Agesta, el director del Teatro, a fines del año pasado cuando presentamos la película. A raíz del suceso que tuvo la película y que la gente vio como trabajábamos nos ofreció hacer este taller. Estuvimos encantados con la propuesta, tuvimos que trabajar para armarlo en muy poco tiempo y hacer algo bueno”, describió Romina.
La película a la que se hace referencia es la creación de Alecsovich y Haurie, donde cuentan la historia de una mujer de 30 años que emprende una búsqueda que le permite reconstruir la memoria de sus padres, a quienes apenas conoció.
La metodología del taller será teórico práctica, según lo explicó la profesora. “Siempre estuvo en nuestra cabeza el tema del rodaje. Si bien la teoría va a estar y está buena, es importante ver el tema del rodaje, porque el cine tiene mucho de trabajo en equipo, es fundamental el trabajo en equipo y que cada uno sea responsable de la parte que le toca.
La idea es esa, que la gente agarre los equipos, se anime a poner luces, y pueda rodar”.
Consultado respecto a quiénes está destinado el taller, Juan destacó que la actividad “es de carácter gratuito porque el taller lo auspicia el Instituto Cultural. Y es para todas las edades. De hecho el grupo que se formó es heterogéneo, hay hombres y mujeres cuyas edades van de los 22 hasta pasados los 60 años. Esa es otra parte linda del desafío, porque el cine es trabajo en grupo y cuando el grupo es heterogéneo, lograr encajar todas las piezas para que haya una interacción positiva del grupo, va a ser parte de la propuesta”.
En relación con las expectativas que tienen los talleristas, fue Romina quien señaló que “las expectativas nuestras son que la gente tenga un acercamiento con el cine, que en este poco tiempo logre entender cómo funciona: resaltar el trabajo que es mucho, que se vayan satisfechos, que se lleven una buena impresión en esto. Y si los anima a especializarse en una de las áreas, genial. Y sino, que al menos tengan un pantallazo de lo que es la profesión”.