Una fiesta de encuentros realizó el
centro de día para niñas y niños a 30 años de su fundación. Se destacaron los
valores, las emociones y las historias de egresados y actuales concurrentes.

«Cuando estuve repasando lo que han sido estos 30 años de la
institución se vinieron a mi mente cientos y cientos de imágenes de
situaciones, de momentos maravillosos y lo que era recurrente y un poco también
conversando con muchos egresados eran los sentimientos de afecto que ellos
manifestaban haber recibido a lo largo de su recorrida dentro de la
institución. Y siempre en cada uno de ellos estaba rescatar, particularmente,
el afecto, el cariño que recibieron de todos los que en estos años han
trabajado y seguimos trabajando dentro de Sueño de Barrilete» emocionó
Elmo Fantino, coordinador del lugar.

Oportunidades
Sueño de Barrilete depende de la Subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familia
del municipio. Cumple tareas en su sede de la calle Pueyrredón 157, también
ofrece talleres en Pacífico 150 y Viamonte 2800, subsedes de las delegaciones
Norte y Noroeste. Durante sus inicios, en 1985, se conocía bajo el nombre Casa
del Menor en la Calle. Nació con «el objetivo de establecer un puente
entre la pobreza, la exclusión, generadora de chicos sin juguetes, y una
sociedad que debe generar los anticuerpos a partir de asumirlos como propios, y
no como un sobre relieve de la acuarela urbana”, cuentan desde su blog.
La institución atiende a más de 150 menores de 6 a 18 años, quienes reciben
desayuno, almuerzo, merienda, apoyo escolar y talleres para desarrollar
diversas habilidades. Tras las actividades, todos los chicos vuelven a sus
casas. Los talleres se realizan de 18 a 20 horas, entre ellos se encuentran
Gepetto, para la confección de juegos didácticos, y la redacción del boletín
“El equipo”, que representa la voz de los 21 integrantes- psicólogos,
asistentes sociales, operadores de calle, preceptores y cocineras.
Trabaja con el protagonismo de niñas, niños y sus familias, sus tareas son de
orden inclusivo, constituyen un puente, un creador de oportunidades. “En el año
2008, y a partir de la implementación el año anterior, de la Ley 13.298 de
Promoción y Protección de Derechos del niño, adolescentes y jóvenes que plantea
la corresponsabilidad como una de las herramientas que posiciona a la sociedad
organizada en su conjunto y en la que cada uno tiene no solo la posibilidad
sino la obligación de hacer su aporte en la dirección de contrarrestar la
situación de vulneración de derechos en la que se halla un niño/a, sentimos que
debíamos estrechar fuertemente vínculos con la institución Escuela”. Por lo
tanto, realiza tareas coordinadas con varias instituciones educativas de los
sectores que atiende. Durante tres años realizaron experiencias de acompañamiento
en la Escuela 37, después se incorporó la Escuela 52, también se integró al
alumnado de la Escuela 48 y la sala de 5 años del Jardín 949. En estos lugares
obtuvieron colaboración y participación tanto de docentes como de directivos y
equipos técnicos.

Festival
Después de las palabras del coordinador Elmo Fantino, dos egresados realizaron
reflexiones desde el recuerdo y el agradecimiento. En ese momento, la emoción
de los familiares y los integrantes del lugar inundó el Coloso Cultural de Villa
Mitre. “Soy el barrilete de la Casa del Menor, es mi lugar, es mi familia, me
formó como persona”, aseguró Diego, egresado del lugar. “Quiero agradecerles
por el amor que nos dieron siempre, ustedes no son empleados, ustedes no son
trabajadores, trabajar significa trabajar y ustedes lo que único que hicieron
fueron darnos amor, hacia nosotros cuidados, protegernos”, aseguró otro de los
participantes.
El festejo incluyó la exhibición de lo realizado por el taller de danza y
música, danzas árabes, un show con “Tachame la escalera” y coreografías de
turno mañana y tarde. Los videos institucionales sumaron las actividades del
Taller Pequeños Sueños, 30 años generando oportunidades y los relatos del
Taller Cuentacuentos, quienes organizaron un actividad con un aporte de marca
propia en las vacaciones de invierno, narraron para el público de la Biblioteca
Rivadavia. Esta última actividad fue producción de los talleres de plástica y
arte, en ellos construyeron láminas al estilo libro álbum, con estos materiales
hicieron llover historias de ratones, gatos y humanos que despertaron
admiración y alegría entre los concurrentes. El estímulo fue mucho porque se
animaron a preparar otra entrega de cuentos de terror, con máscaras y voces del
más allá.
“Majestuoso, imponente allá en lo alto, artesanalmente construido, pensado. Y
abajo, deseado y finalmente, disfrutado por ese niño al que se le ha brindado
la oportunidad de vivir”. Ese es Sueño de Barrilete. La confirmación de años de
trabajo y dedicación se hicieron presentes con las familias de niños y niñas,
ahora, hombres y mujeres que trabajan, ríen, viven desde otros lugares y con
otras vidas, cada uno construyendo con sus hijos.