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Sentir y decir
Con el objetivo de “resignificar el rol de los adultos mayores, como capital social e historia viva, sigue en marcha el Programa Nacional de PAMI. Se conjugan relato oral y escritura, recuerdo y dolor, alegría y oportunidad.
Categoría: Cultura

Con el objetivo de “resignificar el rol de los
adultos mayores, como capital social e historia viva, sigue en marcha el
Programa Nacional de PAMI. Se conjugan relato oral y escritura, recuerdo y
dolor, alegría y oportunidad.

Abuelas Relatoras por la Identidad, la Memoria y la Inclusión Social “ha dado
frutos en muchos lugares del país”, comienza el Dr. Damián Vanzzini, director de
la UGLV del PAMI. “Surge de una idea de resignificar el rol de nuestros adultos
mayores de la sociedad, son nuestro capital social y la historia viva. Mucha
gente que empezó a pensar en recuperar ciertos aspectos de nuestra historia
tendiendo a asociar con la educación y con el relato de nuestra historia”. La
actividad nació de un convenio entre la institución y las Abuelas de Plaza de
Mayo en octubre de 2010. “Nos pareció natural trabajar en ese sentido, para
recuperar un relato de nuestra historia por parte de nuestros adultos mayores”.
Con tres años de producción y tres publicaciones logradas, el taller sumó
actividades a su jornada, ya no solamente dedicada a la escritura. “Como muchos
programas del PAMI tiene una particularidad regional en cada lugar en el que se
desarrolla. Bahía Blanca ha dado muestra de la potencialidad, de lo que
significa a la hora del intercambio generacional, a la hora de resignificar a
los adultos mayores que cuentan esa historia que no se las contó nadie, sino
que la vivieron, y qué les pasaba a ellos en sus vidas, en sus cuerpos, en sus
familias, en sus instituciones”.

Pasos
Desde sus inicios, “se trabajó muy bien, la gente tenía una gran necesidad
de expresarse, ese primer año hicimos el primer libro: “Recuerdos y
presencias”. En diciembre ya lo teníamos, fue sorprendente”, recuerda Elsa
Calzetta lic. en Letras y coordinadora del Taller. En el primero participaron
varias personas y “de este primer grupo quedaron casi todos, y otros son
colaboradores a la distancia, después se han ido incorporando. Porque la
característica es que no está cerrado por edad o por no pertenecer a PAMI, al
taller pueden ingresar todos los que tengan la necesidad de relatar o de
escuchar el relato, y que tengan necesidad de construirse o reescribirse a
partir de estos encuentros. Lo que pasa es hermoso, algunas personas cuentan
por primera vez, sus miedos y lo que vivieron en ese momento”.
Y la pregunta que viene, cómo quiénes nunca han dicho pueden escribirlo.
“Recordar es volver a pasar por el corazón”, cita Vanzzini, porque la intención
es “volver a traer a nuevas generaciones, ponerlo en discusión, ponerlo en la
mesa de debate de lo cotidiano”. Pero en la gestión de los escritos, “todo
comienza con la magia del grupo, con la conformación del mismo, cuando las
personas sienten que son respetadas y que hay una contención para hablar en
principio, y luego, hacer lecturas, responder a consignas, que hacen que se
motiven y después, vamos escribiendo”, confiesa Calzetta.

La primera vez
En el comienzo del taller se hizo ardua la tarea de convocar. “Fue amplia,
colaboró mucho la Asamblea por los Derechos Humanos (APDH local) para la
difusión. Se hizo un encuentro con gente de Buenos Aires”, las instalaciones de
la Universidad Nacional del Sur se colmaron. “Y después, nos reunimos
periódicamente, una vez por semana en PAMI, hasta lograr que hubiera muchos
interesados, que replicaron la actividad, ahora estamos trabajamos muy bien”,
reflexiona Elsa Calzetta.
Una vez que se logró dar a conocer, los interesados llegaron. Una de ellas,
Gladys Panizzi cuenta que se enteró por su hija. “Me sorprendí, porque justamente
ahí se hablaba de lo que yo sabía y había vivido”. Con confianza y alegría
florecieron los relatos. “Fue grandioso el estímulo para quienes lo escribimos.
Me siento cómoda en el grupo y si lo vamos incluyendo y abriendo con algún tema
actual, con la esperanza y la libertad que tenemos ahora de poder hablar”. Para
Isabel Benítez la experiencia fue, al principio, confusa. “No entendía nada,
quienes eran, como sería, que pasaría, lo que me encanto que había buena onda.
La propuesta me parecía muy interesante, porque no había podido escribir sobre
cosas que había vivido, nos fuimos haciendo amigos”.
La escritura se hace memoria, recuerdo y valor. “Empecé a sentir más que
entender. Se fue generando un ida y vuelta, venían las consignas de Elsa, un
día eran palabras saltarinas y otro día, frases a completar. Y empecé a
escribir sin darme cuenta, con cosas que no había podido sacar antes, no podía
creer que estuviera viviendo eso, nunca pensé que estuviéramos en una etapa
donde cada uno era realmente protagonista. Se fueron dando los libros, el
primero se presentó en la Estación con los Tiburones de la Ría, todos bailando,
fue una alegría. Es un taller que resignifica, no es para sufrir o acordarnos
que éramos víctimas”, cuenta Isabel. “No es que nos quedamos en eso, tenemos
todos una actitud de esperanza, creemos en el hombre, creemos en nosotros, en
la justicia, en la libertad y la inclusión social”, agrega Elsa Calzetta.

Crecimientos
El programa aumenta, la apertura de sus inicios se vuelve a discutir. “Dos
cuestiones charlamos con el grupo: una, la dificultad de decir para quienes
pasaron por esa dura época, y también a quienes no lo estuvieron”. Se abre el
espacio para que otros puedan decir y se pongan en tensión otras cuestiones
tales como la mujer en violencia de género, extranjeros en situaciones de
discriminación, jóvenes en situaciones de abuso de poder, “queremos conversar
con mucho respeto cada uno de los temas que están relacionados con los Derechos
Humanos”, proponen Vanzzini y Calzetta.
Mucho de lo que se hizo hasta el momento se encuentra en papel: “Recuerdo y
presencias”, “Caminando la memoria” y “Voces de la memoria”. “No es solamente
estar en el grupo recibiendo, sino que haber podido ir a las escuelas, estar en
La Escuelita el 24 de marzo, estar en los juicios, ir al Teatro Municipal, de
alguna manera es decir qué bárbaro que pueda estar acá contando esto. Es para
venir y probar, en el grupo podemos ser quienes somos, podemos decir lo que se
me ocurre. Cuando comencé no era jubilada, y ansiaba serlo, porque ahora me
muevo el doble, ha sido resignificar qué es la tercera edad”, suma Isabel Benítez
entusiasta. “Lo que ha cambiado es la mirada sobre salud y enfermedad, se
invierte en salud. No financiamos la enfermedad, sino la salud”, agrega Vanzzini.
La perspectiva cambió y también se ofrecieron otros espacios para seguir
construyendo relatos. La llegada de las Abuelas Relatoras a las escuelas “fue
buenísima”, asegura Panizzi. “Los chicos escuchan, abren los ojos enormes,
también algunas profesoras jóvenes que no han vivido ese tiempo”. Según
Calzetta, “lo que es encantador, es la comunicación entre el adolescente y el
abuelo, esa relación de edad, porque muchos no tienen un abuelo o abuela que
los escuche por distintos motivos, lo manifiestan y nos piden que se haga
extensivo a otros cursos”. Porque los pequeños y jóvenes preguntan y cuentan.
“A veces relatamos situaciones en la escuela, donde el docente era totalmente
autoritario, y les asombra muchísimo”.
El relato gana en sentido si Panizzi dice “dar sentido a la propia vida es
saber quién soy, qué hay en mi sangre, de dónde provengo”. O de la mano de
Eduardo Hidalgo llega: “hay que ser como el puente necesario, que facilita la
llegada al conocimiento, a la verdad, a la vida en sus expresiones mas
evidentes y validas. El que une mas allá de las diferencias y aún así convoca a
unir, el puente que se suma naturalmente al camino, que conduce que señala
hacia un objetivo y nos acerca a dónde queremos llegar”. Las personas que
integran y participan del taller se multiplican y se convierten por creadoras y
creativas en puentes.

Para contactarse con el Taller en Bahía
Blanca: Miércoles de 14.30 a 17 hs. en San Martín 261 o bien al correo
electrónico: [email protected]

La entrevista que sirvió de fuente para esta nota se realizó en Radio Nacional
Bahía Blanca, AM560, en el programa Tarde Pública que se emite de lunes a
viernes de 18 a 20 hs.
Los martes a las 19 hs. se puede escuchar parte de la producción de este Taller
en este espacio de la radio pública.

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2013-11-11 20:14:00
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