El colectivo Semilla logró la séptima edición de la
Feria de Editoriales Autogestionadas en la Casa de la Cultura. Un nuevo espacio
que logró crecimiento en la difusión e intercambio de experiencias y
producciones literarias locales. Feria fiesta de libros, lecturas y
presentaciones, que este año se condimentó con el Pequeño Festival de
historietas y afines.

«Esto no es una revista literaria», «Los siete magníficos»
y «Escalones» conforman el colectivo Semilla. Coorganizaron la Feria
de Editoriales Autogestionadas, una nueva entrega cargada de esfuerzo y energía
para contagiar publicaciones de autores bahienses. «Entre la primera y la
séptima feria logramos que la gente entienda de qué trata, al principio la
gente no entendía que era una editorial autogestionada y la diferencia con una
editorial común, ahora saben que vienen autores que publican en la ciudad, son
editoriales de su lugar, saben a qué vienen a ver» asegura Gerónimo
Unibaso, uno de los impulsores del evento. Participaron todas las editoriales
locales, «todos los años son diferentes por el hecho de que la editorial
pequeña va cambiando el nombre o se va diversificando. El primer año fueron 5
editoriales y ahora llegan a 7 u 8, son más pero diferentes».

Por tres días
Con la proyección de «El jardín secreto», documental sobre la poeta
Diana Bellesi arrancó el primer día de feria. A ello, se sumaron las
presentaciones de la revista Rizoma 5 y «Nací en verano» de Natalia
Romero. La ronda de lectura fue inaugurada por Natalia Molina, Valeria de Vito,
Sofía Gómez Pisa, Miguel Martínez Naón, entre otros.
«Se llega a la séptima edición con mucho esfuerzo, ahínco, todos los años
decimos ésta va ser la última, porque uno cuando va preparando la feria se
cansa mucho pero cuando uno termina contento y con tanta energía dice sí
hacemos una más y terminamos el año que viene, así se va generando una vez
más» suma Unibaso. «La editorial autogestionada plantea un contacto
diferente entre autor y editor, que es el mismo que acuerda con el autor,
imprime y más que nada es el tamaño, las editoriales comerciales tienen un
tamaño mucho más grande, hablás con el representante, te publican 500 libros y
te cobran para hacerte conocido, no se juegan por un autor que no tiene un
respaldo. Entonces, el espacio es cubierto por las editoriales
autogestionadas».

Me hiciste historieta
El Pequeño festival de historieta y afines se asoció este año a la Feria de
Editoriales Autogestionadas. Ganó audiencia en una tarde de sábado con talleres
para chicos, donde dibujar monstruos fue gratis y entretenido de la mano de
Mauro Serafini, creador de la tira Escuela de Monstruos. Más tarde, hicieron su
entrada tres autores de historietas, Troche, desde Uruguay con «Dibujos
invisibles», Francisco Felkar y su «Hombre Cangrejo» de local y
El Bruno con la «Escuela de Monstruos». La feria en una tarde de
calor agregó más recorrido con libros, discos compactos, mininovedades y
publicaciones extraordinarias. Editorial Vox aportó más lecturas de voz de sus
autores. De nuevo, la música para disfrutar de la tarde noche en Avenida Alem
al 900 con interpretaciones de El asunto más simple de todos.
«Compartimos parte del cronograma con el Festival de Historietas. En las
mesas de lecturas participaron 30 autores locales». A la jornada de
domingo no le faltó nada, otro taller de historieta con Troche, «Luna en
Bicicleta» de Diego Rosake con disfraz incluido, «Iceberg» de
Daniel Martínez y más títulos de la Editorial Colectivo Semilla. Feria y noche
se sincronizaron con las intergalácticas interpretaciones de Dos Astronautas.

El personaje local
“Es una historieta de aventuras con una mezcla de fantasía y ciencia ficción.
La idea es tomar un poco ciertos misterios locales, de movida estuvo pensanda
en ambientarla en Bahía Blanca y Gral Cerri, que refleje ciertos conflictos que
tienen que ver con la costa y los conflictos socioambientales. No quería que
fuera algo panfletario”. La obra de Felkar es mayor porque guarda un mensaje.
“Me encanta a través del arte promover lo que tenga que ver con el patrimonio
natural de los bahienses, que ni siquiera conocemos. Por los canales interiores
de la ría nadan delfines, tiburones de gran tamaño, orcas, ballenas. La Reserva
costera tiene miles de hectáreas y eso lleva a una gran biodiversidad, no
solamente en animales sino también en plantas, hay especies autóctonas nativas.
Tenemos que estar orgullosos de eso. No puedo creer que Bahía Blanca, una
ciudad con una salida al mar, que se identificaba con el mar, le haya dado la
espalda al mar. Culturalmente, lo hemos hecho. Tenemos que pedir permiso a las
empresas privadas para acceder al mar. No puedo entender ver la naturaleza, el
mar solamente como un bien económico, como una cosa que sirve para producir
dinero, que no tenga un valor intrínseco, la naturaleza vale porque sí”.
Respecto a la riqueza de la historieta, Felkar agrega que “equilibra texto con
imagen, es una combinación explosiva. La narrativa visual es atractiva, popular
y si juega con elementos fantásticos tiene otro atractivo”. Reconoce que su
obra es crítica y fantástica, más allá de estar ubicada en la localidad y
representar preocupaciones y situaciones ambientales.
Pasó una edición más y quedaron en el aire fluyendo preguntas sobre las
historietas y sobre los poemas. “¿Pero qué hay detrás de los poemas? Más
asombro. Uno que reverbera y revela cosas que incomodan porque se salen del
hecho puramente comucacional de la interacción. Alguien preguntará / qué fue de
ese poema / y yo diré la rabia / el fuego / el olvido / tantas otras cosas”
aportó el autor local Daniel Martínez. Las editoriales autogestionadas se
fueron saludando a los bahienses y contando qué hay detrás de un año más de
feria.