“Para
saber cómo se hace un museo comunitario hay que venir a White”, fue el planteo del
encuentro entre trabajadores de la institución y 20 trabajadores de museos,
estudiantes y docentes de Museología de Buenos Aires y La Plata, quienes
compartieron experiencias en relación a cómo se hace y cómo tiene que funcionar
un museo comunitario.
Estas representaron las Primeras Jornadas de Museología Comunitaria, que implicaron pensar y
debatir, pero también participar de prácticas concretas en las que
intervinieron trabajadores y vecinos. Se generaron debates e intercambios en torno al museo
municipal, sus cambios, sus políticas de hacer y pensar a lo largo de 24 años.
“El museo surge en el 87, se empieza a hablar de tener uno unos años atrás.
Cuando se festeja el centenario de Ingeniero White los vecinos le piden al
intendente de turno un museo que dé cuenta de la comunidad. Siempre hubo una
postura de que el museo esté relacionado con los valores populares”, afirma
Sergio Raimondi, su director, frente a 20 invitados del Instituto Superior de
Formación Docente y Técnica Nº 8 de La Plata. El grupo estuvo coordinado por
Alicia Sarno, profesora de las cátedras de Museología I, Museografía I y
Museografía II de la Carrera de Museología de las instituciones citadas.
“Pensar la comunidad en su heterogeneidad y en su carácter de construcción
permanente, considerar la articulación de los saberes necesarios para definir
de ese modo un museo, y reconocer el indefectible posicionamiento político:
cada una de esas reflexiones no pueden hacerse al margen de la acción
concreta”, definen desde el blog.

Proyectos
A lo
largo de este año, se han concretado varias caminatas por el límite entre el
pueblo y el puerto de Ingeniero White. En este caso, fue una práctica entendida
para aprender desde el oler, tocar, mirar, pisar y conectar sobre la marcha. De
a pie los estudiantes, sobre la economía, la historia y el presente de la
comunidad, encuentros ocasionales con trabajadores portuarios. Una palmera como objeto de indagación histórica, charlar
con Raúl “Mumi” Alonso, ex trabajador de la Junta Nacional de Granos, y con
Daniel Aversano, empresario del amarre, acerca de los cambios en el trabajo
portuario.
Además, Katty Aponte, vecina del barrio del Saladero, les mostró cómo
hacer un patio a partir de gajitos y vasitos de yogur en el Paseo de los
bidones, como lo hizo con los chicos de los barrios Saladero y Bulevar. En esta
etapa surgieron las prácticas sociales en relación con el hacer. Finalmente, se
hizo un ejercicio con repasadores platenses, porteños y whitenses, pensando en
los recorridos del mercado mundial.

Marcos teóricos
“Hacer implica debatir discusión en torno a las prácticas de un museo
comunitario a partir de la lectura de algunos textos”, se afirma en el
encuentro. En debate, se discutieron cómo influyen en las estrategias y en el
perfil que el museo sea un ente estatal, cómo se vincula con la comunidad, cuáles
son las estrategias comunicativas para concretar el mayor anhelo: la
participación de la gente.
“Este es un pueblo y puerto que se modificó
significativamente en los 90. En agosto de 2000 con los dos escapes, se marcó un
corte con la percepción de la realidad por parte de la gente”, aporta Raimondi.
“La mayor paradoja de este museo es que quienes lo piensan y trabajan no son
museólogos, pertenecen a otros vertientes del saber”, afirmó Sarno, aunque “no
es posible desconocer su tarea y el lugar que están ocupando, por el contrario,
debemos decir que es un museo que se constituye como el primero en su tipo”, en
relación con su carácter de comunitario.

Soy de acá
Para recuperar energías entre las distintas actividades, se degustaron las
pizzas de Paola Marino, hija de “Chacha” Marino, cocinera e integrante de la
Asociación de Amigos. Sobrevino con el relato de las dificultades y acuerdos
que se construyen constantemente en el grupo que apoya el desarrollo del museo.
Y para finalizar, los tallarines con albóndigas de pescado que prepararon
Graciela Disciosia y Cristina Leiva, cocineras de las Cantinitas del Puerto,
fueron parte indisociable del debate acerca de la emergencia pesquera y el plan
de reconversión de la flota.

El Museo del Puerto se constituye como un polo ejemplar de la experiencia de
museo comunitario. “La experiencia fue muy satisfactoria, logramos intercambios
y discusiones interesantísimas. Creamos acuerdos para seguir trabajando on line
con un blog conformado por el Instituto de Formación Técnica N° 8 de La Plata y
la Escuela Nacional de Museología de la Ciudad de Buenos Aires y, por supuesto,
con nosotros. Será un blog de acceso público y en el volcaremos lecturas y
proyectos en los que estamos trabajando. Además nos propusieron realizar
acciones en la Red Latinoamericana de Museos comunitarios”, cuenta Milagros Bilbao.
Como dicen en su blog “A lo largo
de estos años, el Museo del Puerto construyó un método a partir del ejercicio
constante de la práctica y la reflexión, un método que redefine el concepto
mismo de museo. Que privilegia su intervención crítica sobre el presente
y piensa constantemente los modos de cumplir una función social, incluyendo las
tensiones que esa función supone”.