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Patrimonios
En busca de reforzar las identidades del Museo de Bellas Artes y el Museo de Arte Contemporáneo surgen las muestras “Para darle estilo al caos” y “Museo en situación de calle”.
Categoría: Cultura

En busca de reforzar las identidades del Museo de Bellas Artes y el Museo de
Arte Contemporáneo surgen las muestras “Para darle estilo al caos” y “Museo en
situación de calle”.

A fines del mes de abril, se abrió la exhibición “Museo en situación de
calle”, experimentación artística de ocho jóvenes que se apropiaron de las
obras patrimoniales de los dos museos y crearon murales dentro y fuera del
Museo de Arte Contemporáneo. El 10 de mayo se inauguró “Para darle estilo al
caos”, propuesta que exhibe la colección de obras que asciende a más de
ochocientas. “Es una muestra fuerte y delicada, porque conlleva resolver el
trabajo con los espacios pensando en los visitantes, obra en sala y público”,
apuntó Christian Díaz, director interino de las instituciones municipales.

Intenciones
“El trabajo es más de fondo, y apunta a un plan con dos objetivos: la puesta en
valor del patrimonio museológico y la identidad de los dos museos”, dijo Díaz
en conversación con EcoDias. Si bien ambas metas se transformarán y se
encontrarán a medida que las muestras sean vistas por los públicos, el trabajo
tiende a la diferencia y también crear un vínculo entre ambos, graficando el
puente que efectivamente los une desde lo arquitectónico. Ambas iniciativas
constituyen las primeras acciones del año de un proyecto mayor, que pone en
valor la colección.
Respecto a la muestra “Para darle estilo al caos”, que tendrá como residencia
la María Luisa, el Museo de Bellas Artes transformará sus salas «en un
almacén de resguardo de la colección visitable, y cada sala será un área de
trabajo, a la vez los distintos públicos que vengan nos verán trabajando sobre
las obras». Por eso, se torna importante otro recurso indispensable de los
dosmuseos, las trabajadoras y los trabajadores. “Massi Díaz realizará tareas de
restauración, y el espacio designado será una de las salas delanteras de La
María Luisa, y en la otra, Carolina Montero, encargada del archivo,
contextualizará la obra, sabiendo el año y evento por la cual ingresó, la
temática trabajada por el artista y qué vinculación tenía la obra y la realidad
de la ciudad al momento de realizarla. También es posible que algún visitante
recuerde cómo era la ciudad, y si la obra está o no vinculada a ese momento
histórico». Habrá también una sala de interpretación para finalizar el
recorrido,  donde el visitante podrá
rescatar la parte estadística del patrimonio. «El público verá datos de la
colección, por ejemplo en 1931 ingresaron por cantidad de obras, el director a
cargo, cantidad de obras hasta ese momento, apuntamos a que tenga
información».
Puesta la vista en mostrar a los trabajadores de los museos en acción, que
junto a los visitantes construirán nuevos sentidos institucionales. Con las
áreas definidas, y a la espera de la intervención de los distintos públicos,
«la muestra se irá construyendo de acá a noviembre, no es que así es y
seguirá igual durante todo el año, esto sucederá por muchos motivos, el
fundamental es porque cada 15 días máximo vamos a cambiar las obras exhibidas,
entonces, será el esfuerzo de mostrar la mayor cantidad de expresiones. El
criterio no está relacionado con un recorte curatorial sino como se trata de
una puesta en valor empezaremos a mostrar las que estén más deterioradas, las
que dan más trabajo». Algunas de las obras no tienen registrada la autoría
o cuál es su origen, premio o galería, motivo de su ingreso, incluso si fue
premio de salón, donación o en qué año. «No es lo máximo, pero tenemos casos».

Perspectivas
El rescate remonta a los trabajadores a evocar la dirección de Andrés Duprat,
en 1992 empieza en el Museo Municipal de Bellas Artes, y luego propone y lleva
adelante la construcción del Museo de Arte Contemporáneo. Hasta ese momento dirigía
el MAC en la sede de La María Luisa, la casona histórica, también se encargaba
de las actividades del Museo de Bellas Artes ubicado en subsuelo del palacio
municipal, «creo que en ese lugar la gente lo tenía muy incorporado»,
rescató Díaz. En 2002, Duprat deja la dirección y se va de la ciudad,
«finalmente se muda el Bellas Artes a María Luisa, y el cubo blanco,
minimalista se convierte en el Museo de Arte Contemporáneo, cuando sucede
efectivamente  él ya no estaba en la
dirección». Ante este evento, surge el primer logo de los museos que los
pone en diálogo, «en realidad, empiezan a funcionar como un solo museo y
lo vivimos hasta el año pasado, muchas de las muestras abarcan los dos museos,
como fue el caso de Derechos Humanos, la Bienal de Arte, hasta las muestras de
la colección como El interior de lo que se muestra, ocuparon los dos museos”.
La búsqueda de identidades propias es una meta a largo plazo, “estamos
trabajando fuertemente en separarlos porque se torna necesario hasta porque
fueron creados por decreto, no pueden ser uno solo”. Los dos museos llevaron
adelante un estudio de los públicos que los visitan, “observamos a quienes nos
visitan y además, les preguntamos, y muchos dicen El Museo, en singular. Cuando
les preguntamos qué creen que es el edificio de al lado contestan que son las
oficinas y el depósito”. Este trabajo es muy intenso, «tenemos en mente
dos museos contemporáneos de arte, es decir, dos maneras de hacer museo de
manera contemporánea. En la María Luisa orientado a las Bellas Artes y en el
MAC lo más experimental, lo más al borde del arte actual”.
El abordaje de una nueva mirada de los dos museos es tarea de años de labor
conjunta de los trabajadores, en rescate abierto de sus saberes y percepciones
en la tarea cotidiana, educativa del espacio visitado. “El equipo de trabajo
pone una gran impronta, el deseo es vamos a mostrarnos. Es cierto que hay un
fuerte ingrediente que es la arquitectura y los distintos lenguajes, y en
primera instancia, su sustancia son los trabajadores, que están hoy, y que de
repente mañana serán otros, pero eso que nos queda todo lo que se hizo, exponer
la obra y los trabajos realizados, y generar otro vínculo con el lugar”.
En el marco de instancias posteriores, ya se pensó en la segunda etapa del proyecto,
que comenzará en el mes de julio. “Saldremos con este grupo de artistas que
participaron de Museo en situación de calle para seguir experimentando.
Esperamos  lograr un mayor trabajo en
cuanto a la profundidad y abordaje de las obras artísticas, por ejemplo,
podríamos proponer  paisajes del puerto y
hacer un recorrido, que lo pensamos con Turismo, para que logremos una
instancia de trabajo conjunto”. Poco se hicieron esperar las necesidades que
los dos museos tienen, “esto nos permite hacer un diagnóstico de la colección,
ver en qué estado de conservación, catalogación, qué tenemos especialmente en
la misma. A partir de ahí se iniciarán nuevas acciones, que aún no las sabemos
porque dependen del trabajo que logremos con la colección”. Otra situación
plantea la preservación del patrimonio, destinando un depósito adecuado que
permita la conservación de las expresiones artísticas.

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2018-05-23 00:00:00
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