Se realizó el “Encuentro Fratimonial de trabajadoras y trabajadores de museos”,
dos días dedicados al conocimiento y el intercambio, una experiencia nacional.

Integrantes de museos de diversas provincias compartieron la vivencia de
los museos de Ingeniero White. La premisa sonó fuerte, “quienes quieran conocer
los museos de White, en realidad, tienen que conocer Ingeniero White”, esto lo
dijeron desde la Asociación de Trabajadores y Trabajadoras de Museos (ATM) que
tiene una filial local. El encuentro surge a partir de la Conferencia
Internacional del Movimiento Internacional para la Nueva Museología, que se
realizó en octubre de 2017 en la ciudad de Córdoba. Fue una semana de
formación, trabajo y discusión teórica en torno a lo que es la museología
social dejó como semilla la inquietud en trabajadoras y trabajadores de museos
sobre cómo se concreta la experiencia de acercar los museos al público.

Confluencias
En aquel momento, Ferrowhite Museo Taller y Museo del Puerto participaron
de esta conferencia, llevaron los proyectos comunitarios en una acción
conjunta, la venta de repasadores construidos en el taller de serigrafía,
“desde ahí surgieron en muchas personas el interés por conocer los museos de
Ingeniero White, ATM pensó entonces en invitarlos, coordinamos la posibilidad
de realizar este encuentro, también para plantearnos qué pasó desde 2017 hasta
ahora”, introduce Julieta Rausch, trabajadora del Museo del Puerto. De esta
forma y con estas intenciones, el Encuentro Fratimonial fue tomando forma. La
palabra “fratrimonial” viene de la discusión generada por Mario De Souzas
Chagas respecto del término “patrimonio”, que tiene que ver con el patriarcado,
que nos llega por herencia vertical de nuestros padres. En cambio, lo
“fratimonial” es una construcción relacionada con los fraternos, con los
hermanos y las hermanas. “Fue una palabra inventada en la Conferencia, que
también se vinculó con sororidad, y esto se ligó a que la mayoría de los
trabajos realizados en los museos está llevado adelante por mujeres”. Resuena
en este término, el deseo de compartir y valorar las prácticas, aquí y ahora.
“Es una alegría repasar la lista de inscriptos e inscriptas y ver que hubo
gente de distintas ciudades y puntos del país, también ver la diversidad de los
museos que participaron y las funciones de sus trabajadoras y trabajadores. Un
encuentro que nucleó gente de Buenos Aires, La Plata, Rosario, Tucumán, La
Pampa, Neuquén y a estos presentes, se sumaron quienes trabajan en los museos
locales”, sumó Analía Bernardi, otra de las integrantes de ATM. Llegaron desde
el Museo Etnográfico Juan B. Ambrosetti de la Universidad de Buenos Aires, el
Museo de Astrofísica de La Plata, el Proyecto de Arqueología y Arte que llevan
adelante docentes y alumnado de la Universidad Nacional del Sur; también
integrantes del Museo de Malvinas, el Museo Histórico Nacional, el Museo del
Cabildo y la Revolución de Mayo, el Museo del Traje, el Museo de Arte Moderno
de Buenos Aires, la Casa Museo Olga Orozco, a los más próximos como son los
Museos de Arte, el Museo de Ciencias, el espacio comunitario de la Confitería
de la Estación Sud, Ferrowhite y Museo del Puerto. La propuesta de intercambios
y conocimientos se hizo extensiva a personas que conforman la División
Provincial de Patrimonio Cultural de Neuquén y Dirección General de Museos que
trabajan en los programas de formación virtual. “Una diversidad geográfica, en
la tipología de los museos y en las funciones de compañeras y compañeros;
quienes trabajan en las áreas duras como los espacios de Conservación, Registro
de colecciones y Documentación, también de las áreas de Investigación y
Escritura museológica, Asesoría Pedagógica y Acción educativa y cultural,
Montaje y Diseño gráfico y de colecciones”. Este crisol de pertenencia habla de
la riqueza de estos espacios, tanto en lo objetual visto en el patrimonio
tangible como en el patrimonio inmaterial, “también un montón de saberes y
prácticas que se resguardan en los museos y se llevan adelante, esto a veces
está invisibilizado, entonces de pronto juntarnos en este colectivo, vernos las
caras, reconocernos, también reivindica y fortalece nuestra tarea y compromiso
diario uqe tiene que ver con hacer mucho más accesible el patrimonio cultural
hacia muchas más personas que habitan y pasan por el territorio”.

Líneas de acción
La gran apuesta y actividad central estuvo puesta en el trabajo en
territorio, por lo tanto, después de una reunión con la Asociación Amigas del
Museo del Puerto, y un almuerzo compartido, la tarea se extendió en caminatas
por el puerto, por el pueblo y por el Boulevard. Al grupo de visitantes, “se le
propuso hacer un registro de un territorio determinado y estuvo acompañado por
vecinas, vecinos y trabajadores portuarios, habitantes de ese territorio de
todos los días, la posibilidad de conversar con ellos y entender ese
territorio, y poder tener esa experiencia de caminar las calles de White”. Con
un mapa del lugar, una bolsa recolectora de objetos, tal como se hace en la
visita de Arqueología de la Marea en Museo Taller, recorrieron libremente los
espacios. Posteriormente, se valoraron esos registros y recopilaciones en una
visita al Museo Taller, que coronó el día sábado, caluroso y concurrido por los
relatos. Al otro día, Bella Vista Galpón Enciclopédico recibió a los y las
visitantes, Reynaldo Merlino y Gustavo Monacci, quienes trabajaron en
Ferrowhite y Museo del Puerto. “Fue cerrar un triángulo entre tres espacios que
están vinculados por la trayectoria en las maneras de pensar los museos y en
las de pensar la historia local, justamente, porque este relato que se va
construyendo tiene que ver con la gente que forma parte y formaba parte de estos
espacios, entonces nos parecía importante visitar este lugar”, apuntó Bernardi.

Una identidad propia
El día domingo se hizo un taller de debate, dirigido por Verónica Jería,
impulsora de la formación de ATM, donde se siguió el debate sobre el Documento
del Movimiento Internacional para la Nueva Museología, elaborado hace dos años,
“una acción en cada uno de los espacios fue lo que surgió como continuidad, una
intervención coincidente a determinar dentro de unos meses, coordinaremos una
fecha y también pensamos en un futuro encuentro con este mismo espíritu
fratrimonial”. La próxima fecha se agendó para el año 2020, posible reunión en
la ciudad de Rosario, que permitiría la visibilización de más actividades.
“Queremos seguir consolidando la Asociación de Trabajadores de Museos,
potenciar grupos que se sumen, ser miembros activos de las convocatorias y
luchas que tengan que ver con el achicamiento en términos de derechos
culturales y condiciones de trabajo”.
Al momento de las conclusiones, las trabajadoras que conforman ATM evalúan lo
logrado en el encuentro, y coinciden, que el mismo posiciona a la organización
a nivel local, como un referente con identidad propia. “Por un lado, referencia
a un campo específico de trabajo, y al mismo tiempo, trabajamos en la órbita
del Estado, desde dentro podemos conocer cuáles son nuestras situaciones
particulares; también nos referencia en relación con otros trabajadores y otras
trabajadoras de la cultura”, afirma Julieta Ortiz de Rosas. Rescató la
intervención de ATM en la audiencia pública que organizó la asamblea abierta
frente al Concejo Deliberante en diciembre del año pasado, en ese momento se comunicaron
las problemáticas específicas en el trabajo de los museos municipales. El
Encuentro Fratimonial fundó el mismo en un principio de autonomía respecto al
área municipal de Cultura, “tratamos de gestar ATM Bahía Blanca, estamos hace
un poco más de un año trabajando en esto, por eso creemos que el encuentro nos
referencia mucho más”. Una energía potente se percibió entre los y las
participantes, “eran las ganas de ver de qué iba, haber vivenciado entre estos
dos días, en los momentos de comer, de limpiar, de bailar, de cantar y de
caminar por White, iban sumando para sentir lo colectivo, y el valor
transformador que tuvo para quienes organizamos y quienes participaron”.