“Existen muchos medios de transporte pero la imaginación, señoras y señores,
viaja en tren”, aseguran desde Ferrowhite y el Museo del Juguete. Coronados por
la gloria del primer puesto pondrán a desfilar trenes de juguete dentro de los
trenes de verdad en el mes de noviembre.

“Participamos de unas grandes jornadas llamadas ´El museo reimaginado´ que
organizó la Fundación Teoría y Práctica de las Artes de Argentina y la
Asociación Americana de Museos de Estados Unidos. Dentro de ese formato había
conferencias, talleres y un concurso llamado ´La Coronación´ que premiaba proyectos
alternativos e innovadores, que estaban bajo la consigna de reimaginar,
modernizar, por decirlo de algún modo, la actividad de los museos”, cuenta
Analía Bernardi, integrante del Museo Taller en Ingeniero White. “Habíamos
llegado a la final junto a 5 proyectos que se expusieron durante la jornada,
cada uno tenía 6 minutos para contar de qué se trataba y después había un
jurado que te hacía preguntas, finalmente, resultamos electos en un proyecto
que hicimos con el Museo del Juguete de Boulogne”.
El Museo del Juguete, que se encuentra
en San Isidro y Ferrowhite museo taller del puerto de Ingeniero White, se suben
al tren de pasajeros que une Bahía Blanca con Buenos Aires para inventar por
sus pasillos un pequeño museo ambulante con locomotoras de lata que preguntan:
¿Dónde quedó aquella promesa de un mundo en el que todo iba a marchar sobre
rieles? “Con orgullo demócrata” fue anunciada la premiación.

Juntos
“El contacto con el Museo lo teníamos desde hace años, los directores se
conocían de antes, de la época de Reynaldo (Merlino) y de Daniela
Pellegrinelli, ya tenían pensado hacer algo, el año pasado nos volvimos a
encontrar y de casualidad Daniela nos propuso hacer esto que, en principio, era
una idea fantástica, hacer algo con los trenes de juguete y le pareció que éramos
unos buenos aliados para hacer algo. Después la comunicación fue virtual,
skape, mails hasta la última semana que nos volvimos a ver físicamente en
Buenos Aires y terminamos de ajustar todo”, explicó Bernardi.
El proyecto consiste en armar un museo itinerante de trenes de juguete que
forman parte de la colección del Museo del Juguete, que también contará con el
aporte de un colaborador, quien va a prestar para la ocasión algunos trenes.
“Hacer una muestra de trenes de juguetes que circule por un tren de verdad,
entonces hacer un viaje desde Plaza Constitución a Bahía Blanca en noviembre de
este año y durante las 14 horas que dure este trayecto ir mostrando esa
colección del Museo del Juguete, además de tener la oportunidad de hacer
entrevistas a los pasajeros y hacer alguna otra dinámica lúdica para que pueda
darse ese viaje”. Será una oportunidad para que los museos participantes se
hagan conocidos y accesibles al público. “Un poco la intención es tensionar ese
universo fantástico o de la imaginación con la realidad, a ver qué pasa en ese
cruce”. La idea, entonces, es crear un
museo en miniatura y que las salas sean los pasillos del vagón.
Un viaje en tren conlleva mucho tiempo y nada por hacer. “Correr un trencito
“Matarazzo” por los pasillos de un coche clase turista que traquetea
destartalado, acaso sea la ocasión para tensar la imagen de los servicios
ferroviarios de los últimos años -y sus recientes tentativas de recuperación-
con los pronósticos de prosperidad que forjaron nuestro imaginario sobre este
medio de transporte”.
Ferrowhite Museo Taller realizó, este año, experiencias de trabajo con
otras instituciones. “Estuvimos en la recuperación de nomencladores de las
estaciones con ABTE que es una agrupación de artistas de Buenos Aires, también
con los amigos de La Dársena, otro proyecto que hicimos en el túnel (de la
Estación Sud). Esos proyectos colaborativos, como nosotros los llamamos, es
juntarse con gente afín o que de la fusión pueden salir cosas interesantes, a
partir de mezclar el juego con lo real, el ferrocarril con la pintura, de eso
se trata, de mover esas identidades y ver qué surge a partir de eso”.
El Museo del Juguete funciona en San Isidro, se inauguró en el año 2008 por
iniciativa del artista plástico Jorge
Meijide, que fue creciendo con el aporte de muchas personas y la decisión del
municipio. La institución recupera,
conserva, promueve y amplía las experiencias de juego y el uso de
juguetes, propone la exploración de las diferentes maneras de comunicarse y
convivir, también se discuten los prejuicios, preconceptos y juicios de valor
sobre el juego y los juguetes en la sociedad actual.
Con silbato de inicio, valijas y bolsos como almohadas, el vaivén del
movimiento de los vagones, los juguetes se adueñarán de los momentos más
ociosos del viaje. Ayer los trenes con frutas venían desde la Patagonia, los trenes
trasladaban combustible YPF y los trenes estaban repletos de viajeros. Qué
rápido ruedan las ruedas del ferrocarril y con un montón de trabajo por hacer,
los Museos celebran. “Un museo de
juguete sobre los trenes de juguete que viaje en tren de Boulogne a Ingeniero
White. Un museo con rueditas para llevar las reliquias del ferrocarril soñado
hasta los postergados pasajeros del ferrocarril real. Y para jugar, porque de
eso depende, en definitiva, nuestra capacidad para modelar el porvenir. Si
tenemos éxito, puede que al cabo del trayecto ya no se sepa si viajamos en un
tren de juguete o jugamos con un tren de verdad”.