En una tarde serena, alrededor de una pista recientemente inaugurada,
tangueros y público celebraron el día. El 2×4 se dibujó de la mano de los
integrantes de la Asociación Bahiense de Tango, con adultos y niños en un
contagio por la danza popularmente argentina.

El 11 de diciembre se instauró por decreto Nº
5830/77 de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. El impulso por esta
fecha fue producto de Ben Molar, quien se dio cuenta de una gran coincidencia.
El 11 de diciembre es la fecha de nacimiento de Carlos Gardel, el zorzal
criollo, ídolo y figura representativa del tango y también, Julio de Caro,
director de orquesta y renovador del género. “La Voz” y “la Música” siguen
siendo figuras emblemáticas del género.

Inauguraciones
Corría el año 1965, Ben Molar, compositor y gestor de muchos aportes
culturales al tango, iba camino a la casa de Julio de Caro para festejar su
cumpleaños. En una calle porteña asoció ambas fechas, 1890 para Carlos Gardel y
nueve años después para Julio De Caro. Con el apoyo de las entidades artísticas
Sadaic, Argentores, Sade, Casa del Teatro, Sindicato Argentino de Músicos, Unión Argentina de
Artistas de Variedades, Academia Porteña del Lunfardo, Radio Rivadavia,
Fundación Banco Mercantil, La Gardeliana, Asociación Argentina de Actores y
Asociación Amigos de la Calle Corrientes, consiguió destacar la fecha en lo
municipal.
Cuenta la historia que este recorrido iniciado por Ben Molar duró once
años, sin respuesta por parte de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad
de Buenos Aires. En este punto, Molar organiza una gran movida para lograr el
reconocimiento oficial, anuncia un gran festival en el Luna Park en apoyo a su
instauración. El evento se difundió por radio, televisión y gráfica. Horas
antes del comienzo de la celebración, el decreto fue firmado, 15 mil personas
le cantaron “feliz cumpleaños” a De Caro, junto a otras figuras tangueras. Fue
el 11 de diciembre de 1977, De Caro cumplía 78 años.
Luego, consiguió el reconocimiento nacional, hecho que configuró una
nueva celebración, esta vez en el Teatro Nacional Cervantes, se presentaron
orquestas, cantantes y animadores.

Bahía de tango
El nuevo escenario local, la Plaza del Tango, lució de gala, colores
brillantes y el tradicional negro para apropiarse de la fecha. Desde ya hace
unos años, la ciudad se distingue con los sones de la música ciudadana,
milongas en locales y espacios públicos, exhibiciones y participaciones
especiales en fechas patrias. En la vecindad de la Estación Sud, el escenario de
cemento se estrenó en su ley. “Un lugar recuperado, un sueño hecho realidad
para los amantes del tango y los vecinos de la ciudad que celebran a diario la
música arrabalera”, apunta el Instituto Cultural.
Amigos por el Tango desplegó arte con tres subidas al escenario. En
primera instancia, seis parejas dieron muestras de tango salón, después
llegaron los abrazos y pasos para el tango escenario. Se dio paso a los más
pequeños, los chicos demostraron lo aprendido durante el año en las clases de
la vieja casona de la Delegación Norte. La agrupación concentra su actividad
los días sábados en Vieytes 2700. Se dictan clases de tango para principiantes y avanzados, clases
de folklore y tango para niños.
La velada se alumbraba artificialmente y hacen su presentación Enrique Bodini y Noralí, asimismo, siguen Gustavo y Natalia. Entre las
distinciones, Ana Benozzi fue nombrada personalidad del año, por su participación en eventos y su
trayectoria profesional en la enseñanza y difusión del tango. Benozzi maravilló junto a Omar Jaure en una danza de complicidades, firuletes y saltos.
Lucio Pasarelli y su Cuarteto se hicieron presentes. Este cuarteto conformado por
Julián Mansilla, en bandoneón, Pinky Fernández para el contrabajo, en violín Alejandro Cuomo, Lucio Passarelli está en piano, arreglos y dirección, junto a la
voz de Susana Matilla. Alegraron la noche, como hace más de ocho años, en una
invitación a la milonga abierta a todo público. “Desde estas manos y desde esta
cara/ un infierno de amor es hoy mi herida, / y en
lo horrendo de eso, no comprendo/ ni a la vida ni a la muerte estremecida”, De
Caro y Nicolás Cócaro tiene razón en su herencia, ante tanta fiesta, no hay
entendimiento sino un sentir colectivo.