El ritmo y el color de los carnavales de este año se hicieron ver por
los barrios de la ciudad, murgas y agrupaciones pusieron ritmo a las noches de
febrero. Los días feriados se lucieron en
con más de 20 murgas para celebrar la recuperación de los festejos y la
apropiación de la fiesta en la calle.
“Hoy bailaron las murgas, en la
misma calle que hace unos años desfilaron los militares” dijo el titular del
Instituto Cultural, Sergio Raimondi en el cierre del primer día de Carnaval.
“El año que viene va a salir el doble de bueno”. La última dictadura militar
derogó los feriados de carnaval en Argentina. Con el regreso de la democracia,
comenzaron poco a poco a reaparecer las murgas y los corsos. Y, desde el año
2010, se está dando un impulso muy fuerte desde el gobierno nacional al trabajo
que las murgas y comparsas realizan de forma comunitaria.
Noche de espuma
Los más chicos corrieron por la
plaza Rivadavia, espumas en mano, una fiesta entre amigos y familiares.
Alrededor estaban las calles cortadas y convertidas todas en peatonales. La
gente caminó hacia el escenario guiados por el sonido de los tambores y los
redoblantes. Frente al mismo, los murgueritos de Los Barriletes, Los trapitos
del Noroeste y
de los Tambores hicieron sus presentaciones al son de sus propios cantos. Se
sumaron Los Callejeros de Bordeu,
Estrellas Murgueras de Spurr, Murga Los Faroleros del Carnaval. Los pequeños
bailarines robaron la admiración y los aplausos de los presentes.
América Morena y la comparsa Iberá brindaron capitales rítmicos propios. Los
del Barro bailaron bajo las alas de una gran gaviota, con carteles digamos No
al dragado hasta Cerri y se alzaron con el estandarte de la mayor protesta en
la presentación misma.
El público aportó máscaras y
disfraces, principalmente, los pequeños. «Una murga es una institución
colectiva. Nada de lo que se produce en un carnaval funciona en términos
individuales. Siempre es un trabajo que tiene que ver con la articulación de
muchísimos sujetos”, declaró Raimondi. El cierre estuvo a cargo de
que se lució con sus trajes rojos y blancos, galeras, guantes, paraguas y un
muñeco que precedía a los 125 integrantes. “Con una gota de sudor y los
susurros de mi corazón, quiero decirles nada más ser murguero no tiene igual”,
cantaron sobre el escenario la felicidad de ser. Y la murga y el candombe se
mezclaron en la propuesta de Los Tiburones de
medio ambiente”, según dijeron sus integrantes al comenzar la presentación pasada
la medianoche.
Segunda jornada
Con el tiempo y la práctica, la
fecha recobra significado y también, se resignifica. Los orígenes mismos de los
carnavales no están unificados, “una de las versiones del origen de la murga
argentina nos lleva a la colonia española y al baile y los festejos de los
esclavos, otra fusiona esos orígenes con los festejos de los grupos de
inmigrantes españoles”, afirman desde el Instituto Cultural. Lo cierto es que
la segunda noche, también se constituyó como espectáculo. Entendiendo que las
agrupaciones se apropiaron de los elementos culturales para transformarlos, lo
sucedido en esta fecha se entiende.
una ejecución de trompeta. El Carnaval permite el estallido de la alegría pero
también la liberación de los problemas cotidianos que implican a los
ciudadanos. “Los desenredados de Gira Vida”, “Los Machimbre”, “Las Casitas” y
los impulsores de los centros “Vía Libre” y “Los Mocosos” marcharon frente al
público.
Lo que se cantó en calle Alsina
Con el Twist de la ironía en el
ritmo de María Elena Walsh, la murga “
llegué tarde? Porque vine en colectivo, después de esperar dos horas me colgué
de los estribos, pero ahí no terminó la odisea de mi viaje, pues se nos pinchó
una rueda y el motor se incendió”, cantaron poniendo en evidencia el deficiente
funcionamiento del transporte público de pasajeros de la ciudad. “Pueden dragar
el estuario, y matar a los cangrejos, fusilar a las gaviotas lo que importa es
el dinero, ¿para qué queremos más? ¡Libertad a las empresas!, maldita
naturaleza no te deja progresar”, siguieron. Los aplausos se elevaron cuando se
escuchó “el polo no contamina y de esas chimeneas sale humo de color no es
azufre ese olor, son jazmines y violetas y sólo explota de amor”. Para
finalizar con sarcasmo, se lo llamó “alguien consiguió un buen puesto, se nos
fue pa´la provincia”, en clara alusión a Cristian Breteinstein.
Batucada Bagunça, también se
presentó en el centro bahiense. La formación del grupo de amigos percusionistas
recibieron influencias de la percusión y batucada de los continentes africano y
brasilero. En esta jornada transmitieron alegría y hasta contagiaron a algunas
mujeres presentes para bailar cerca del escenario. Además, tuvo su lugar y
desfile
Diversas.
Ambos días feriados, convidaron
a la alegría y al canto. “La murga argentina es desfile y baile callejero. Es
el trabajo de todo un barrio durante todo un año, para apropiarse en febrero de
los espacios públicos, aunque sea por unos días”, declararon desde el
Instituto. Dijo presente el sentir popular y como lo dijeran Los Tiburones: “es
importante sacar el diablo afuera… Escribimos cuerpo a cuerpo en la comparsa,
si esta vida es una farsa; que regrese el carnaval”.
Sigue el baile
En los siguientes barrios y
localidades habrá más festejos:
– Villa Harding Green,
Ferrowhite Museo Taller y Templo del Momo, avenida Paroissien y Humboldt, el
día sábado 25 de febrero.
– Cabildo, el 26 de febrero. En
esta fecha se repite la convocatoria en el Templo del Momo.
– Villa Mitre e Ingeniero
White: 3 de marzo.
– Villa Bordeu: 4 de marzo.
– Punta Alta: 11 de marzo.
Trajes y baile
Diego y Nana del Centro Murga
Vía Libre explican cuáles son los elementos fundamentales de la vestimenta
murguera. “Galera, guantes blancos, moños” son regla aseguran. “En el caso de
las mujeres pueden ser guantes cortos o largos”. Más allá de las explicaciones
y acuerdos que el grupo logra, los trajes tienden a conservar el mismo color y
tono, “se personaliza con los apliques que uno quiera agregar”. Este tipo de
intervenciones, logra darle identidad, “lo veo como un tatuaje”, afirma Nana.
Galeras y guantes parodiaban a
la aristocracia colonial cuando en las noches de Carnaval los esclavos se los
apropiaban. La levita se usa del lado del revés, con la tafeta hacia afuera y
solían coserles parches de colores, de allí el color estridente o llamativo de
las vestimentas.
En cuanto al baile murguero,
consta de tres momentos: la marcha, con los pasos tambaleantes de los esclavos
que sacudían los grilletes, el triple salto cuando las piernas parecen
desprenderse de las cadenas y la matanza, otro salto que finalmente libera todo
el cuerpo. Si hablamos del desfile, la murga toma a préstamo la marcha de la
comparsa, que parodia las marchas militares, mientras que los pasos de este
momento son producto de la mezcla de ritmos de candombe, rumba y milonga, entre
otras. La puesta en escena de estos grupos está vinculada a los instrumentos de
percusión, los esclavos cantaban su opresión al ritmo de los tambores, la
actual murga adopta y adapta el bombo con platillos, aportado por los
inmigrantes europeos.
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